«En el fondo, es un libro teológico, y confieso que lo he hecho con malicia. Yo sé que muchos de los suscriptores de Txalaparta no tienen una idea muy clara de lo religioso, y por eso he sido, adrede, un evangelizador. Les he querido dar a ciertos temas teológicos una imagen relativamente aceptable. Se lo dije a José Mari Esparza, y él, que no concuerda con las ideas religiosas que yo pueda tener, me lo aceptó perfectamente y se ha arriesgado a publicarlo, lo cual es muy meritorio». De esta forma tan atípica, pero tan claro como siempre, comenzó Jesús Lezaun la presentación de la obra dedicada a su figura.

Y a continuación, ante un nutrido grupo de personas que acudió al acto, añadió: «Pero tampoco os vais a cansar de la teología cuando lo leáis, porque está tan bien escrito que se leen con gusto todos y cada uno de los temas que aparecen en él. Mi imagen política la he reflejado mil veces a través de los escritos públicos, y aquí no aparece apenas. Pero yo sigo teniendo las mismas ideas políticas. Soy pacifista a ultranza, tan es así que tengo absolutas distancias con el fenómeno ETA».

Nacido en Arizala en 1925, Jesús Lezaun es doctor en Teología y está licenciado en Derecho Canónigo. Fue profesor de Teología en el Seminario de Iruñea durante 35 años y ha sido una figura esencial y controvertida en la historia reciente de Nafarroa. «Frente a viento y marea, Lezaun continúa mostrando su condición de teólogo atípico, cuyo instrumento exclusivo ha sido la palabra. Ha sido uno de los referentes éticos, religiosos y hasta políticos más importantes de Nafarroa. Forma parte de una generación de religiosos navarros que rompieron con las estructuras políticas y religiosas del franquismo y de sus continuadores, ofreciendo un nuevo compromiso cristiano. Por eso, su figura ha sido relegada, y su voz, silenciada», dijo José Mari Esparza en nombre de la editorial Txalaparta.

El autor de esta obra de doscientas páginas es Cástor Olcoz (Pueio, 1929), licenciado en Periodismo por la Universidad del Opus Dei en Nafarroa, licenciado en Teología en Roma y diplomado en Técnicas Audiovisuales en esta misma ciudad. También ha sido profesor de Ética, Lengua y Técnicas de Comunicación, y ha editado un par de libros sobre su experiencia docente y la problemática de la comunicación humana.

«Con este libro -agregó Esparza- Olcoz nos ha quitado la deuda que teníamos con Lezaun. Mediante un diálogo cálido y fluido, ha descubierto la personalidad de este teólogo, figura esencial para conocer la situación eclesial de Nafarroa a partir de los cambios experimentados con el Concilio Vaticano II».

Por su parte, Cástor Olcoz explicó que el punto de arranque de este libro se remonta a hace varios años, cuando un grupo de amigos se planteó la pretensión, «un poco utópica», de hacer una colección con personajes de relieve de Nafarroa.

«Temas profundos»

Según dijo, el libro «pretende ser una conversación, porque nos parecía el género más idóneo para poner al alcance de la gente el pensamiento de Jesús Lezaun. Su deseo es llegar a muchas gentes que le han leído y le han oído, pero que sólo conocen del telón para afuera, no del telón para adentro, que es la vida privada, los pensamientos, las costumbres, los gustos, etcétera. Él siempre se ha considerado teólogo, aunque hablara de las cosas más diversas, y esa faceta había que señalarla en el libro como esencial».

Tras señalar que la pretensión de Lezaun es que «todos estos temas profundos lleguen de alguna manera a esas gentes que nunca han oído hablar de ellos», el autor alabó la espontaneidad de este controvertido teólogo vasco: «Siempre ha respondido sin duda a todo lo que yo he preguntado, decía lo que automáticamente le salía. En este libro vemos que Jesús Lezaun es un hombre no sólamente duro sino también emotivo».