La polémica sobre el proyecto de nueva línea de TAV que atravesaría Lapurdi para conectar con la «Y vasca» no tiene visos de concluir. Tras las múltiples reacciones suscitadas por la ministra de Interior después de que a finales de mayo anunciase que había ordenado suspender los estudios sobre dicha línea, ahora es el propio primer ministro, François Fillon, quien ha puesto el punto sobre las íes al ordenar que se retomen.

Ha sido el alcalde de Burdeos, Alain Juppé, quien ha hecho pública la decisión gubernamental tras una reunión de arbitraje que se celebró el viernes. La escueta nota añadía que «la nueva línea estaría soterrada en gran parte del recorrido para proteger el entorno humano y natural de la región».

Satisfacción y enfado

La noticia ha generado gran satisfacción entre los electos favorables al proyecto, molestos por el posicionamiento de Alliot-Marie. Entre ellos, el presidente del Consejo Regional de Aquitania, Alain Rousset, que había enviado una carta al primer ministro apoyada por unos cuarenta electos de diferente tendencia, entre los que se encontraban el senador-alcalde de Biarritz, Didier Borotra (Modem), y el alcalde socialista de Angelu, Jean Espilondo, quien hace escasamen- te dos años, en plena campaña para las elecciones cantonales, se mostraba contrario a la nueva línea.

Otros electos, también de diferente signo político, no han tardado en reaccionar a este nuevo dictamen. Así, el presidente de la Mancomunidad de los municipios del sur de Lapurdi, Michel Hiriart (UMP) declaraba ayer su «desilusión» y añadía que esperarán al resultado del estudio que junto a las otras dos mancomunidades (Errobi y Aturri-Errobi) afectadas han encargado sobre la «real necesidad» de una nueva línea y que estará terminado dentro de un mes. Si el estudio confirma sus impresiones, Hiriart ha declarado que «no piensen que pasarán por la fuerza por Euskal Herria».