No se puede hablar de éxito en ningún sentido
Tras meses de infructuosa búsqueda, la Policía Foral encontró ayer los restos del cadáver de la mujer desaparecida en Lizarraldea en octubre del año pasado, María Puy Pérez, en un campo de cereal en Sesma. El hallazgo ocurrió después de que su ex pareja -y principal sospechoso desde un principio-, José María Morentin, confe- sara que la enterró en ese lugar tras apuñalarla y, posteriormente, descuartizarla. Se cierra así un capítulo negro de la violencia sexista en Euskal Herria, donde la certeza de que María Puy Pérez había muerto y de que había sido a manos de Morentin no ha podido tranquilizar a sus familiares y allegados, ni a la sociedad en general, durante todo este tiempo. Una sociedad que se ha movilizado y que ha presionado todo lo posible para que se aclarase el caso, una sociedad que incluso buscó pistas en los alrededores de Lizarra.
Mientras tanto, el consejero de Interior de Iruñea, Javier Caballero, y el jefe de la Policía Foral, Alfonso Fernández, calificaron el hallazgo del cadáver como «éxito policial». Cuatro veces ha sido detenido José María Morentin en el periodo que va desde la desaparición hasta ahora, sin que la Policía hallase pruebas suficientes para acusarlo por este delito. Todo indica que ni éste era el día ni éste era el caso para presumir de éxito alguno.
La denuncia presentada en vida por María Puy Pérez contra Morentin por malos tratos es el símbolo más evidente de que no existe en esta historia nada que pueda ser calificado de éxito. Esa denuncia fue presentada por Pérez un año antes de su desaparición, en octubre de 2007. En ella se recoge cómo en el transcurso de una discusión Morentin agredió a la vecina de Lizarra, la golpeó repetidamente y le puso en el cuello una espada que tenían colgada en una pared a modo de adorno, todo ello mientras la amenazaba de muerte. Un testimonio de malos tratos como ése debería haber obligado a actuar de tal manera que el posterior y definitivo crimen contra ella no hubiese sido posible. Es difícil saber qué entienden por éxito algunos.