Preguntado por la etiqueta de entrenador duro que se le ha otorgado, Lasarte señaló que «tengo una manera de trabajar, una disciplina. Soy de los que le da la mano al jugador, pero no el brazo. Esto es fútbol profesional y si logro el objetivo y tengo mejores amigos fenomenal. Pero mi reto no es hacer amigos, sino conseguir los objetivos dentro de una línea de conducta. Me gusta el trabajo disciplinado, con orden y esfuerzo porque hay que trabajar mucho para conseguir las cosas».

En esa línea marcó distancia con su predecesor Juanma Lillo -que renunciaba a un trabajo físico específico- al considerarlo como «primordial», razón por la que ha venido acompañado del preparador Pablo Balbi: «El aspecto físico es fundamental en pretemporada y en los ciclos de trabajo en una temporada tan larga para lograr el objetivo. Hay cuatro pilares: la técnica, la táctica, el físico y lo mental».

Manifestó que conoce a Lillo y pretende hablar con él para recabar información. Su voluntad es la de formar «un equipo más de propuesta que de respuesta, que necesita sumar en todas las jornadas para disfrutar de lo que significa estar en Primera».

Asume la necesidad de conseguir resultados desde el inicio para lograr el objetivo y que no habrá período de adaptación en su debut como técnico en Segunda: «No se trata de dar saltos de suicida. Jugué hace 18 años en Segunda tres temporadas y me da la sensación de que no ha cambiado tanto su fútbol. Es un poco más rápido, no me atrevería a decir que es más técnico y sí que hay más presión. Me ha tocado trabajar en equipos con muchísima presión, con 50.000 espectadores cada domingo. Esto para mí es un gran reto deportivo y no será sencillo, pero me gusta y estoy convencido de que lo puedo hacer».

Se marca el objetivo de que la afición acuda a Anoeta y para ello «habrá que intentar que el equipo gane, porque en casa ha ganado muy poco. Pasa a menudo que los deportistas pedimos a la afición cuando tiene que ser al revés. Le debemos dar una buena sensación, tardes de alegría. No me puedo comprometer a divertir a la gente, pero sí a hacer un equipo que cree afición en la gente y que lo siga».

Trabajo con jóvenes de casa

Prefiere planificar en función de su equipo y no del rival y además se mostró partidario de trabajar individualmente con los jugadores para conseguir que mejoren. Asume que tendrá una plantilla muy joven de canteranos y quiere que «los futbolistas que vengan se plieguen a este proyecto, que vengan para uno, dos o tres años y que los compañeros, ellos y la gente los sientan como propios. Tenemos un promedio de edad muy bajo y eso es un hándicap negativo, pero no hay leyes exactas en el fútbol. El Xerez hizo una mala pasada temporada y ha ascendido. Tengo claro que es una plantilla joven, pero tiene recursos y calidad y vamos a apelar a ella».

A la hora de hablar de llegadas, señaló sobre la primera que se espera, la del colombiano Johnattan Estrada, que «en algún momento alguien de aquí pensó en él y no tenía que ver con mi persona. Me parece un jugador que puede entrar en este proyecto de forma consensuada». Tanto él como el director deportivo realista, Loren, coincidieron a la hora de hablar de fichajes consensuados entre los dos y de reforzar más la faceta ofensiva que la defensiva.

No quiso hablar de bajas por respeto a los jugadores, pero quedó claro que el futuro de Rivas no está asegurado a pesar de su buena temporada por su alta ficha y por los jóvenes que hay en su puesto. Loren no lo citó cuando habló de los jugadores que se quedan al confirmar que Yagoba Beobide, medio centro que ha sido clave en el ascenso del Real Unión, no va a seguir.