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El Consejo de Guardianes certifica la validez de las elecciones iraníes

El Consejo de Guardianes de la Constitución negó ayer que se hayan registrado irregularidades graves en las elecciones, por lo que excluyó nuevamente la anulación de los comicios. Este órgano está analizando el 10% de los votos, elegidos por un método aleatorio. Por su parte, el Centro Electoral Nacional prometió que hará públicos los resultados urna a urna «para despejar todas las dudas».

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El Consejo de Guardianes de la Constitución, órgano encargado de la validez de los comicios en Irán, señaló que no ha constatado irregularidades mayores en las elecciones presidenciales del 12 de junio, por lo que insistió en descartar su anulación.

El citado organismo, compuesto por media docena de jueces y otros tantos responsables religiosos, está realizando el recuento aleatorio que afecta al 10% de las urnas de todo el país.

«Si hubiera ocurrido una grave ilegalidad en las elecciones, el Consejo habría anulado los votos en las urnas, colegios, distritos o ciudades afectadas, como ya ha hecho en anteriores ocasiones en elecciones parlamentarias», recordó el portavoz del Consejo, Ali Abas Kadjodaei.

«Pero, afortunadamente, no hemos hallado trazos de fraude masivo. No ha habido violaciones graves. Así que no hay posibilidad de que se anulen los comicios», añadió el portavoz, citado por la televisión en lengua inglesa Press TV.

El diario progubernamental fue más allá y aseguró que «ninguna de las reclamaciones de los candidatos ha sido aceptada por el Consejo». Los tres candidatos perdedores según el recuento oficial interpusieron más de 600 quejas referentes a problemas con las papeletas, a presuntos desvíos en el trayecto de las urnas móviles o a la utilización por parte del Gobierno de su maquinaria a favor del candidato oficial.

Los famosos tres millones

Buena parte de la opinión pública occidental se desayunó ayer con la «noticia» de que el Consejo Constitucional habría reconocido la existencia de tres millones de votos «fraudulentos». No es eso lo que reconoció el citado organismo. Lo que señaló, tal y como recogió en su edición de ayer el diario GARA, es que detectó índices de participación irregulares en medio centenar de circunscripciones en las que se registraron tres millones de votos. Todo un matiz.

Por lo que toca a la gravedad de estas irregularidades -se registraron en algunas mesas índices de participación de entre el 95 y el 140% del censo-, habrá que esperar a las explicaciones que, en su caso, dé hoy el organismo competente.

Con todo, y tal y como reconocía ayer un diario español, la denuncia en esos términos carece de sentido en el sistema electoral iraní, en el que cada elector puede votar en cualquier lugar del país. A cada votante se le entrega, previa presentación del certificado de nacimiento o del DNI, un talón de voto del que queda un resguardo que identifica al que ha depositado el voto. El votante escribe en el talón el nombre de su candidato.

Por lo tanto, la cuestión central es que coincidan el número de votos y de resguardos. De no darse el caso, ahí sí habría una irregularidad.

Rapidez del recuento

Otro de los argumentos que esgrime la oposición para denunciar pucherazo se centra en la rapidez con la que el Gobierno anunció la victoria del candidato oficial, Mahmud Ahmedineyad, en la noche del viernes.

Quienes sostienen esta acusación se «olvidan» de que fue el opositor, Mir-Hussein Musavi, quien se adelantó y proclamó su victoria horas antes del cierre de los colegios electorales. Paradójicamente, Musavi no dudó en atribuirse más del 60% de los votos, la misma proporción que los resultados oficiales otorgaron al presidente Mahmud Ahmedineyad y que tanto revuelo ha levantado a escala mundial.

Esta maniobra, la de adelantarse para anunciar su victoria, habría forzado la aceleración del anuncio oficial, en un intento de acortar el intervalo de tiempo entre el anuncio opositor y la publicación de los resultados oficiales.

Y es que ello hubiera podido dar pie a los estrategas de campaña de Musavi para abonar la sensación de que el Gobierno habría estado invirtiendo ese tiempo para realizar un amaño de las elecciones. Hay analistas que recuerdan que el rápido anuncio de la victoria es una estrategia de manual para tratar de invalidar un fracaso y para desestabilizar la situación.

Nuevo y tardío informe

Diez días después de las elecciones, un think tank británico hacía público el lunes un informe realizado por un exiliado iraní que avalaría las denuncias de la oposición iraní concluyendo que los resultados oficiales serían inverosímiles.

Un informe que, en todo caso, no coincide con los estudios realizados por firmas estadounidenses que, escasas horas después de los comicios, concluían que los resultados oficiales no presentaban anomalías de peso respecto al comportamiento del electorado iraní en anteriores citas electorales.

En el contexto de esta descarnada pugna en la que casi nada es lo que parece y los que insisten en el pucherazo cambian de argumentos a medida que éstos van quedando en evidencia, el subdirector del Centro Electoral Nacional iraní, Ali Asghar Sharifi Rad, prometió ayer que se harán públicos los resultados urna a urna «para despejar las dudas sobre la victoria del actual presidente».

«Vamos a hacerlos públicos para resolver las ambigüedades», aseguró, iluso, el responsable del organismo electoral.

El Líder Supremo concede cinco días más para analizar las quejas

El Líder Supremo iraní, el ayatollah Alí Jamenei, concedió cinco días más al Consejo de Guardianes para que examine las quejas presentadas en relación a la elección presidencial, según informó ayer la agencia ISNA.

«He dado mi visto bueno a vuestra propuesta, actuad en este sentido», respondió Jamenei a una petición del Consejo de Guardianes, el órgano encargado de supervisar las elecciones en Irán, añadió ISNA.

En una carta dirigida al Líder Supremo, el responsable del Consejo de Guardianes, el ayatollah Ahmad Janati, señaló que «el plazo legal máximo para examinar las quejas concluye mañana [hoy]» y solicitó «su visto bueno para ampliar durante otros cinco días este plazo con el objetivo de tener más certezas y evitar cualquier ambigüedad posible», destacó ISNA.

El Consejo de Guardianes ha admitido que en al menos cincuenta ciudades se registró un número mayor de votos que electores censados, pero rechaza la acusación de fraude. GARA

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