El servicio de tren entre Cuzco y la ciudad inca de Machu Picchu tuvo que ser suspendido el lunes por las manifestaciones de miles de campesinos de la región sur de los Andes que exigen la derogación de la ley de recursos hídricos, otra norma que criminaliza las protestas y la anulación de los contratos agroenergéticos, que permiten la concesión de campos de cultivo para la explotación de petróleo y gas.

Cerca de 1.500 vecinos de la provincia de Canchis llegaron el domingo a Cuzco en la que denominan «marcha de sacrificio» y realizaron varias manifestaciones en varios lugares de la ciudad turística, entre ellos la Plaza de Armas. También intentaron tomar el aeropuerto, pero fueron desalojados por la Policía.

En la provincia andina de Andahuaylas, llevan más de diez días de paralización y aislamiento con el aeropuerto tomado, carreteras bloqueadas y grupos de campesinos vigilando el casco urbano.

Si bien las movilizaciones comenzaron en apoyo a los indígenas amazónicos, han ido tomando un cariz propio. El primer ministro saliente, Yehude Simon, dijo que «buscan nuevas razones para sembrar el caos ahora que se llegó a un acuerdo con los nativos amazónicos».