Formalidad y transparencia han sido los dos factores esenciales para que Javier Calleja optara por la oferta de Osasuna de entre el abanico de clubes que tenía para recalar de cara a la próxima temporada. Así lo confir- mó el jugador madrileño en su puesta de largo como rojillo: «Hubo varios equipos que se interesaron por mi situación, pero el más serio y transparente fue Osasuna, el que se adapta a lo que yo quería».

Con esa buena predisposición y las características de futbolista rodado y conocedor de la categoría, la escuadra navarra confía en la rápida y plena adapta- ción de un hombre comodín, que puede desenvolverse tanto en el carril como en el lateral izquierdos, posición esta última en la que ha jugado 31 partidos con el conjunto malacitano la pasada campaña.

«Toda mi vida he jugado de interior izquierdo, pero este último año principalmente lo he hecho en el lateral, una posición en la que me he encontrado muy a gusto. En principio renegaba un poco de ella -señaló con tono jocoso- y al final terminé por no querer dejarla».

Con la incorporación de esta pieza polivalente, el club de la Plaza del Castillo quiere cubrirse las espaldas frente a los problemas que ya tuvo el año pasado por las lesiones de Monreal y Delporte, y ante un posible traspaso de última hora tanto del de Noain, como de Plasil. Además, en el caso de que el futbolista madrileño jugara como carrilero, el checo, si finalmente se queda en Iruñea, también podría ser utilizado por banda derecha o como media punta, posiciones que no desconoce.

Calleja se dio a conocer como jugador profesional en el Villarreal, donde permaneció desde 1999 hasta 2006, si bien no tuvo suerte con las lesiones -sufrió dos episodios graves- ni encontró un hueco en el once, dado que durante esos años se produjo el despegue del submarino amarillo y la competencia por la titularidad se hizo enorme.

Ello le obligó a recalar en el Málaga, donde fue elemento importante en el ascenso del cuadro andaluz y en la notable temporada que ha protagonizado en su regreso a la máxima categoría. Con una treintena de partidos y 2.840 minutos, el madrileño se convirtió en un fijo para Tapia en el lateral.

La rigidez en las posturas entre su anterior club y el futbolista -el propio jugador lo reconoció en una entrevista al asegurar que «unos y otros hemos sido demasiado cabezones en el tema»- evitaron que renovara con la entidad albiazul.

«Estoy muy bien ahora mismo y tengo muchísima ilusión. Voluntad, ganas, trabajo y tratar de hacerlo lo mejor posible para ayudar al equipo no van a faltar. Me encuentro en muy buen momento y espero dar mi mejor fútbol aquí», fue su carta de presentación.