Saad Hariri se comprometió ayer a formar un gobierno de unidad nacional tras ser nombrado oficialmente primer ministro por el presidente libanés, Michel Suleiman.

Hariri fue elegido la víspera para el cargo por 86 de los 128 diputados del Parlamento surgido de las últimas elecciones. Recibió el aval de los 71 diputados de la coalición oficialista 14 de marzo y los votos de los opositores chiíes de Amal -del presidente del Parlamento, Nabih Berri-, que le apoyaron con la condición de que forme un gobierno de unidad nacional.

Hizbulah

Hariri se entrevistó el pasado jueves con Hassan Nasrallha, el líder de la organización chií Hizbulah, que junto a sus aliados cristianos se abstuvo en la votación. La composición del futuro gobierno fue abordada por ambos líderes en su primera reunión desde octubre.

Hariri se comprometió a ello en su alocución tras el nombramiento aunque añadió que el nuevo Ejecutivo deberá ser «operativo y blindado contra toda forma de obstrucción o parálisis» en su funcionamiento.

Hijo de Rafic Hariri -ex primer ministro muerto en un oscuro atentado en 2005-, este joven político suní ha vivido hasta ahora entre París y Ryad -tiene también nacionalidad saudí- y es heredero de la inmensa fortuna de su padre, tasada por la revista Forbes en 1.400 millones de dólares.