Albania celebra hoy unas elecciones legislativas muy reñidas y cuya limpieza la UE estima crucial para las apiraciones del país balcánico de integrarse un día en el club comunitario.

Las encuestas anticipan una pugna cerrada entre el derechista PD, del primer ministro, Sali Berisha, y el socialdemócrata LSI, del alcalde de la capital, Edi Rama. Protagonista de la política albanesa estos 20 años, Berisha da por terminada la «transición». Rama denuncia que nada fundamental ha cambiado desde la caída del comunismo y denuncia la política «clánica» de Berisha.

Tres personas de ambas corrientes, entre ellas un diputado del LSI, han muerto tiroteadas en campaña. La oposición denuncia irregularidades en la configuración de las listas electorales.