El jueves, el Consejo Regional de Aquitania aprobaba con 80 votos a favor, cinco en contra y dos abstenciones un «protocolo de intenciones» presentado por el presidente del PS, Alain Rousset, cuyo objetivo es asegurar la financiación de la línea Atlántica-sur Europa del TAV, en el que se incluye el proyecto de nueva línea que atravesaría Lapurdi hasta Hendaia para unirse con la «Y vasca».

Los dos abstencionistas, el consejero general Jean-Jacques Lasserre (Modem), que siempre ha sido un acérrimo defensor de la nueva línea, y el alcalde de Donibane Lohizune, Peyuco Duhart (UMP), explicaron ayer las razones por las que no votaron, conscientes de que su posicionamiento necesitaba explicación máxime cuando todos los consejeros regionales, excepto los pertenecientes a Los Verdes, dieron el visto bueno a la declaración de compromiso en base al «interés general».

Particularidades

Los dos electos manifestaron al unísono no estar de acuerdo con el texto propuesto por Rousset, ni tampoco con la petición de «comprometerse sin condiciones previas».

Lasserre y Duhart consideran que «es indispensable tener en cuenta las particularidades e intereses del territorio vasco» afectado por el proyecto de nueva línea, por lo que solicitaron que dicho trayecto tenga un «tratamiento específico y no esté amalgamado con el resto del proyecto».

Reiteran que son favorables al TAV pero creen que lo «prioritario y urgente» es garantizar el transporte rápido a los viajeros. Por lo que respecta a las mercancías, los estudios deben ser, según los dos electos, «globales» y analizarse conjuntamente con los demás proyectos de infraestructuras orientadas al tráfico de mercancías existentes tanto a nivel local (paso Canfranc-Pau, travesía central de los Pirineos...) como estatal, e incluso europeo.

Estiman, además, que sobre el proyecto hay todavía «muchas sombras» y que «no se puede imponer con el rodillo sin aclarar las cosas antes».