El silencio de Conrad Murray, médico personal de Michael Jackson, han levantado conjeturas sobre su praxis. El galeno, testigo de la muerte del artista, tendrá que aclarar la relación de Jackson con los calmantes a la espera de las conclusiones de la autopsia finalizada ayer, si bien parece que la familia del fallecido podría pedir una segunda opinión forense, según desveló ayer el reverendo Jesse Jackson, activista político y amigo de la familia.

Las pruebas médicas realizadas el viernes al cuerpo del artista resultaron poco esclarecedoras, si bien se descartó el suicidio, y serán los análisis toxicológicos los que finalmente ayuden a concretar la causa del fallecimiento. Murray, a quien la policía ha retenido su vehículo porque podría contener pruebas importantes para el caso, fue al parecer el primero que intentó reanimar a Jackson cuando sufrió la parada cardíaca, por lo que se ha convertido ahora en el centro de todas las miradas.

La imagen de Murray, cardiólogo que atendía a Jackson desde hacía tres años, ha quedado cuestionada debido a su paradero desconocido desde el trágico suceso, y ante las sospechas de que alguien habría estado suministrando al polémico artista un cóctel de fuertes medicamentos contra el dolor. Según algunas informaciones Michael Jackson consumía habitualmente Demerol, Dilaudid y Vicodin, tres fuertes calmantes, una combinación a las que el propio cantante denominaba «tónico de salud».

Doctor licenciado en 1989 en el Meharry Medical College de Nashville (Tennessee), Murray tiene un limpio historial de práctica médica en Nevada, donde ejerce y tiene actualmente su residencia, lo que avala su profesionalidad, aunque se apunta maliciosamente que había estado sufriendo numerosos problemas financieros en los últimos tiempos.

Está previsto que el doctor Murray, quien fue interrogado el jueves por la Policía, vuelva a prestar declaración para explicar cómo sucedieron los hechos, aunque no se le imputa ningún delito.

El ansiado regreso

A pesar de la aparente fragilidad de Jackson, fuentes estadounidenses aseguran que los médicos que realizaron la autopsia encontraron el cuerpo del artista en mejor forma y más fuerte de lo que habían esperado. Michael Jackson tenía previsto reaparecer en directo este verano en Londres, un esperado retorno para el que se había estado preparando físicamente y que le había obligado a pasar recientes reconocimientos médicos. El promotor de dichos conciertos, Randy Philiphs, declaró: «Tenía un aspecto genial».