El cambio del sistema de competición en la máxima categoría del fútbol femenino aventura un otoño caliente
Sólo el parón vacacional veraniego ha detenido la polémica surgida en el fútbol femenino a cuenta del cambio de sistema de competición. La RFEF quiere incluir ocho equipos más y dividir la Superliga en dos grupos, lo que ha provocado las quejas de jugadoras y clubes.
Natxo MATXIN
Este proyecto es una adulteración en toda regla de la competición y las jugadoras nos sentimos como juguetes en manos de unos señores que hacen con el fútbol femenino lo que les da la gana, dependiendo siempre de sus intereses personales» es una de las contundentes críticas que se recogen en un comunicado suscrito por la plantilla del Athletic y que refleja a la perfección el sentir mayoritario de las futbolistas que compiten en la Superliga femenina.
La cuestionada decisión de la Real Federación Española de Fútbol les fue comunicada a los clubes durante una reunión celebrada el pasado 26 de mayo. A partir de entonces, el reguero de quejas y protestas no ha cesado, especialmente por parte de las principales protagonistas. La última edición copera que disputaron Espanyol -a la postre, ganador- y el Prainsa Zaragoza fue un buen botón de muestra, pese a los intentos por parte de la seguridad de la organización del evento para impedir la colocación de pancartas en el recinto maño.
Para tratar de superar la enquistada situación, los clubes que se consideran afectados por la nueva distribución competitiva -la mayoría de la Superliga- han intentado abrir cauces de diálogo de cara a buscar la intermediación de otros organismos para solucionar el conflicto. Así, esta pasada semana se produjo un encuentro con el Consejo Superior de Deportes y en los próximos días se prevé mantener otro más con el Ministerio de Igualdad.
Renuncia de algunas futbolistas
En el caso de que las gestiones iniciadas no lleguen a buen puerto, se prevé un otoño caliente en el balompié femenino. Aunque la etapa vacacional de la que están disfrutando jugadoras y técnicos lógicamente ha frenado este ímpetu reivindicativo, no se descarta adoptar otras medidas coincidiendo con el inicio liguero de la próxima temporada. Nadie ha utilizado hasta ahora la palabra «huelga», pero algunas futbolistas internacionales ya han anunciado que podrían abandonar la competición si la Federación lleva adelante sus planes.
Las jugadoras entienden que «la ampliación sin criterio lógico del número de equipos en la máxima categoría va a provocar un descenso considerable del nivel deportivo, lo que traerá consigo marcadores abultados y disminución del interés público», además de la citada posibilidad de «retirada anticipada de jugadoras que reclaman una liga seria y competitiva», tal y como señalaron en una carta enviada a la Federación. Este organismo de momento guarda silencio ante los medios, pero ya ha formalizado sus invitaciones al Eibar, Sevilla, Valladolid, Nàstic, Jaén, Las Palmas, Murcia y Cacereño, dando por hecho que la campaña entrante contará con 24 conjuntos y dos grupos.
Al igual que las futbolistas, los clubes también han enviado por escrito sus quejas. La gran mayoría -catorce, en concreto-, entre los que están Athletic, Real Sociedad y Lagunak, han coincidido en que la inicitiva «revela la falta de transparencia y consideración de la Federación hacia nuestras entidades, al informarnos de tales proyectos transcurrido un año desde su aprobación y a falta de tres meses de iniciarse la competición, dejándonos un nulo margen de actuación, lo que nos coloca en una situación de absoluta indefensión».
La entrada de clubes con nombre en el fútbol masculino -se preveía la conformidad del Real Madrid, que finalmente se ha echado atrás- que generaran nuevos ingresos publicitarios y dieran lo que la Federación entendía como un empujón al fútbol femenino han sido algunos de los argumentos esgrimidos por esta institución para defender el cambio del sistema de competición. De momento, lo que ha conseguido es revolucionar a los agentes que, domingo sí y otro también, tratan de aportar su dosis de profesionalidad y dignidad a este deporte.