Integrar a los migrantes en el mundo laboral es prioritario para la OCDE
Un informe de la OCDE sobre los trabajadores inmigrantes recuerda que son necesarios, pero destaca que hasta la fecha «se les ha destinado en los trabajos peores y de menos cualificación» y han sido los primeros que han sufrido la crisis. En el Estado español la tasa de paro de los inmigrantes, según la OCDE, llega al 27,1% frente al 15,2% de los trabajadores locales. Exige que se actúe contra los empresarios que se aprovechan de las personas en situación irregular.
Juanjo BASTERRA |
La crisis económica está deteriorando la situación del mercado laboral en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de forma «más rápida y profunda de lo que se pensó inicialmente», según indica el informe «Perspectivas de las migraciones internacionales», correspondiente a 2009.
La primera consecuencia es la «rápida reducción» de inmigrantes en el mercado laboral. La OCDE sostiene, ante ese problema, que «es necesario dejar la puerta abierta a los trabajadores inmigrantes para responder a las necesidades futuras de mano de obra». Ese deterioro es palpable en el Estado español, Irlanda y Gran Bretaña, según ese estudio. «Los trabajadores inmigrantes más afectados por la degradación del mercado laboral debido a la crisis fueron los primeros en perder su empleo».
Se dispara el desempleo
De hecho, en el primer trimestre de 2009, la tasa de desempleo de los inmigrantes en el Estado español fue del 27,1% contra un 15,2% para los trabajadores locales», indicó Angel Gurría, secretario general de la OCDE en la presentación de las conclusiones del informe. Criticó que detrás de esa pérdida del empleo de los migrantes reside una combinación del efecto «de la crisis y el endurecimiento de las políticas migratorias por parte de los diferentes países».
En vista de los problemas demográficos que se van a plantear a partir del año 2015, Gurría abogó por que «en este tiempo difícil, los responsables políticos fijen la integración de los inmigrantes en el mercado laboral como una prioridad que no puede esperar».
El responsable de la OCDE criticó en este sentido que en 2009 «por primera vez desde hace tiempo, se ha impuesto un límite máximo en los visados de trabajo temporal en Estados Unidos. En Australia se registró un retroceso de la migración de trabajadores temporales cualificados del más de 25% durante los cuatro primeros meses de 2009. Mientras que en Gran Bretaña e Irlanda, la inmigración procedente de los nuevos estados miembros de la UE disminuyó a más mitad», precisó. Por otra parte, el Estado español, Japón y la República Checa establecieron políticas destinadas a fomentar la migración de vuelta entre los inmigrantes sin empleo, ofreciéndoles una determinada suma para que vuelvan a su país.
«La experiencia del pasado nos enseña que estos dispositivos sólo tienen generalmente un impacto limitado», indica. Así, confirma que el fenómeno del envejecimiento demográfico en los países de la OCDE «no va a desaparecer», por lo que indica que se debe fijar una «hoja de ruta» para la gestión de la migración del trabajo que preconiza una definición inicial de las necesidades del mercado laboral de manera más precisa y que sea capaz de ajustar los flujos migratorios en consecuencia. Propone encauzar la migración irregular y el empleo ilegal, a la vez que se debe reorientar a los trabajadores hacia los sectores legales «para permitir a los inmigrantes y a sus hijos obtener mejores resultados».
La OCDE exige a los gobiernos que integran el club de los países más desarrollados que actúen contra los empresarios que «se aprovechan, explotan y pagan menos» a los trabajadores inmigrantes por esa condición. Hay que tener en cuenta que el 35% de los inmigrantes, que es la media para el conjunto de los treinta países de la OCDE, ocupan profesiones poco cualificadas, aunque en el Estado español llegan al 67,6% del total. Este hecho genera, a juicio del informe oficial, un problema importante «ya que son los primeros que van a la calle, además de ser los que perciben salarios inferiores y son los que menos derechos tienen», denuncia el informe.
La OCDE resalta, no obstante, que en el momento que ha habido bastante demanda de mano de obra, «se aplicó con flexibilidad la entrada de mano de obra irregular», lo que generó dos consecuencias negativas: una mayor desprotección social y laboral del trabajador, «con lo que el patrono se ha aprovechado» y, por otro lado, que con la llegada de la crisis «todos esos trabajadores de otros países se han quedado en la calle, sin protección y sumidos en la pobreza».
Por último, el amplio informe oficial reconoce la importancia económica de la inmigración. En 2008, los inmigrantes reenviaron a sus países de origen a su familias un total de 398 millones de dólares, frente a los 371 millones de un año antes. Entre 2002 y 2008 se ha producido un incremento medio del 134% de los envíos de remesas desde los países de la OCDE.
Angel Gurría reconoció que una vez que pase la crisis será necesaria la presencia de inmigrantes. J. BASTERRA
