El reino de Nápoles
«¡Disparadme!»
Con un considerable retraso llega a nuestras salas de cine esta producción italiana coprotagonizada por Omar Sharif, cuya acción transcurre a principios del siglo XIX en el convulso reino de Nápoles.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
Este drama histórico se hizo con el premio especial Regione Veneto de la Mostra de Venecia por su discurso a favor de la multiculturalidad, representada, según el director Lamberto Lambertini, por la ciudad de Nápoles desde tiempos pasados. La acción se sitúa en 1815, cuando acabó el reinado de Joaquín Murat, puesto en el trono siete años antes por su cuñado Napoleón.
Murat fue fusilado, tras la derrota en la batalla de Tolentino, por los partidarios de Fernando de Borbón. Su participación en la película es indirecta, ya que la narración se centra en un simple soldado herido en el frente, así como en su relación amorosa. En cuanto al reparto, quien más destaca es Omar Sharif, quien encarna un rol aristocrático, como el abuelo del joven protagonista, a quien educa en los valores napolitanos desde su posición de cronista oficial del reino. Es así como se explica el prematuro sueño de Murat por conseguir una Italia unida e independiente, roto por la campaña militar contra Austria e Inglaterra.
No es de extrañar que el cine italiano sienta la necesidad de mirar hacia atrás, de buscar en otras épocas las ilusiones y utopías sociales que han caído en saco roto por culpa del mandato presidencial de Berlusconi, ligado a una realidad de falsa prosperidad económica sustentada en la corrupción.