Sigue la oleada de remakes terroríficos a falta de ideas frescas dentro del género, aunque esta vez la nueva versión de «La última casa a la izquierda» parece justificarse porque detrás de ella se encuentra como productor Wes Craven, quien fue el que la dirigió originalmente. Según él, la idea argumental necesitaba ser puesta al día, ya que en 1972 no contaron con presupuesto suficiente para desarrollarla en condiciones. Algo que resulta contradictorio, debido a que, si la película ha llegado a ser una obra de culto, es precisamente por su condición de auténtica serie B.

Por otro lado, el guión tampoco inventaba nada, puesto que se inspiraba en el clásico de Bergman «El manantial de la doncella», trasladando el móvil de la venganza paterna desde la Edad Media a la sociedad más reciente.