El responsable de los servicios de información españoles, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Alberto Saiz, dimitió ayer tras varias semanas de acusaciones de prevaricación publicadas en la prensa.

Denunciando la falsedad de estas acusaciones, Saiz, civil, indicó en un comunicado que ha dimitido «para evitar un posible deterioro del CNI y perjudicar la imagen del Gobierno español».

Tras pasar cinco años al frente del CNI, será sustituido hoy por el general Félix Sanz Roldán, antiguo jefe del Estado Mayor de la Defensa del Ejército español (Jemad).

Saiz fue confirmado en su puesto hace dos meses por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero después de que fuera acusado de iregularidades económicas por el diario derechista «El Mundo».

A Saiz le acusaban de emplear fondos del CNI para financiar, entre 2004 y 2008, partidas privadas de caza y pesca en México, Mali o Senegal o reparaciones en su domicilio particular.

«El Mundo» también reveló que sometió a varios agentes del CNI al detector de metales para tratar de conocer a los autores de las filtraciones a la prensa.

Como consecuencia de la publicación de estas informaciones, Saiz tuvo que comparecer en dos ocasiones en el Congreso para dar explicaciones.

El jefe de la oposición, Mariano Rajoy (PP), señaló ayer que su dimisión era «una necesidad nacional», destacando que los servicios de inteligencia «no pueden estar agitados permanentemente por la polémica». Sin embargo, se quejó de que el nombramiento del general Sanz Roldán no haya sido consultado con el PP.

El portavoz parlamentario del PSOE, la formación gubernamental, José Antonio Alonso, aplaudió «el sentido de la responsabilidad» de Saiz, afirmando que «jamás ha utilizado fondos públicos para fines privados y siempre ha actuado con un respeto escrupuloso de la legalidad».

En el mismo sentido, la ministra española de Defensa, Carme Chacón, destacó desde Washington que no tiene constancia de que Saiz haya cometido ninguna irregularidad. «Lo vuelvo a afirmar», insistió.

Sanz, cercano a Zapatero

El general Félix Sanz Roldán, el nuevo responsable del CNI, está considerado como un militar en el que Rodríguez Zapatero tiene especial confianza. Llegó a la Jefatura del Estado Mayor tras el repliegue de los soldados españoles de Irak, ordenado directamente por Zapatero tras su victoria electoral después de los atentados islamistas del 11-M.

Sanz Roldán accedió a la Jemad a propuesta del entonces ministro de Defensa y actual presidente del Congreso, José Bono. Como prueba de su cercanía a Zapatero, las agencias destacaron que desde el pasado 1 de agosto, cuando dejó la Jemad, situó su despacho en Presidencia del Gobierno para desempeñar el cargo de Alto Representante para la Presidencia española de la UE en asuntos de Defensa.

Tanto Saiz como el general Sanz Roldán están considerados también como «hombres de Bono». Los tres son castellano-manchegos. Su llegada al CNI supone el retorno de un militar a su jefatura, algo que no se producía desde 2001, cuando accedió al cargo Jorge Dezcallar.

Durante la etapa de José Antonio Alonso como ministro de Defensa fue propuesto por el Gobierno español para presidir el Consejo Militar de la OTAN, sin lograrlo, lo que supuso un duro revés para el Ejército español.

Los diputados de IU e ICV, Gaspar Llamazares y Joan Herrera, destacaron que el nombramiento del general Sanz Roldán es «un paso atrás» porque defienden que el responsable del espionaje español tiene que seguir siendo un civil.

Llamazares destacó que la sustitución de Saiz deja en evidencia la debilidad del Gobierno de Zapatero «porque ha sucumbido a la cacería que se ha llevado a cabo a través de la presión mediática».