El Astana acaparó la atención ayer en la espectacular presentación de los veinte equipos participantes en el Tour. Todos subieron al mismo escenario que daba la espalda al escaparate de yates de lujo que llaman la atención en el glamouroso Puerto de Mónaco, pero sólo el dream team liderado por Armstrong y Contador y la llegada del Príncipe Alberto motivaron que los más de 8.000 asistentes arrancaran las mayores ovaciones.

El acto de presentación resultó espectacular, sobre todo, por la tribuna de 6.500 localidades situada enfrente del escenario por el que desfilaron los veinte equipos del Tour y desde la que mañana se verá el final y el podio de la crono con la que arranca la carrera. No sólo se llenó, sino que algunos miles más siguieron el acto desde distintas zonas. La presentación comenzó con la subida al estrado de Hinault y Merckx y con la llegada del príncipe Alberto escoltado por guardaespaldas a la carrera al más puro estilo americano.

Pero la atención no estaba puesta ayer en él, sino en los dos príncipes del Astana, Armstrong y Contador, que volvían al Tour desde el séptimo triunfo del tejano en el 2005 y el primero del madrileño del 2007. La organización se saltó con ellos, como en los números de dorsales, el orden seguido en función de los puestos de los líderes en el último Tour. Sólo el Cervélo de Sastre salió por detrás del Astana.

Contador lo encabezó reclamando su liderato y Armstrong iba en segundo plano. Los dos coincidían públicamente por vez primera desde el único día en el que han compartido pelotón, en la primera etapa de la Vuelta a Castilla León que Armstrong no acabó por caerse y romperse la clavícula. Si entonces la relación entre los dos gallos del Astana resultó fría y distante ayer tampoco borraron esa sensación.

Silencio de Armstrong

Ninguno de los dos quiso hacer declaraciones pese a una avalancha de periodistas en busca de imágenes y palabras del norteamericano -al madrileño lo ignoraron- que rompió las medidas de seguridad para impedir su acceso a una zona habilitada sólo para los ciclistas. Pese a todo, no consiguieron ninguna palabra de los dos líderes y sólo recibieron muestras del enfado de Popovych, al que arrollaron.

Esta tarde sorprendentemente tampoco estarán juntos en la rueda de prensa que dará el Astana, en la que sólo comparecerán Contador y el manager Johan Bruyneel. Armstrong no ha querido hablar, como apenas lo hizo en el Giro. Pese a ello, quedó claro que le tocará asumir el protagonismo del mejor equipo que jamás ha corrido un Tour.

Nunca antes ninguno había presentado dos hombres que acumulaban ocho triunfos, uno -Klöden-, con dos segundos puestos en 2004 y 2006, y otro -Leipheimer- que fue tercero el 2007. Además figuran Zubeldia, con dos quintos puestos en el 2003 y 2007, y Popovych, tercero en el Giro del 2003 y mejor joven del Tour del 2005.

Con ellos el equipo que lleva el nombre de la capital de Kazajistán protagonizará su cuarto intento de llegar a París. Astana entró en el ciclismo en una respuesta del Gobierno de Kazajistán en junio del 2006 a la petición de auxilio de su embajador ciclista, Alexander Vinokourov, a petición de Manolo Saiz.

El director cántabro acababa de ser puesto en libertad tras su detención en posesión de sustancias dopantes dentro de una Operación Puerto que se saldó con la retirada del sponsor, Liberty Seguros. Aprovechó la presencia de Vinokourov para pedir apoyo al Gobierno kazajo y logró que con el nombre de Astana Wurth su equipo fuera presentado en Estrasburgo en una cita similar a la de ayer.

Pero al día siguiente de la presentación, la UCI hizo pública una lista en la que aparecían los principales favoritos de ese año -Basso, Ullrich, Mancebo y Sevilla- y cinco de los nueve ciclistas inscritos por Astana -Beloki, Isidro Nozal, Davis, Contador y Paulinho-, a pesar de que sólo los dos primeros habían sido oficialmente relacionados con la Operación Puerto. De hecho, los otros tres fueron liberados de esa sombra luego y han podido desarrollar su carrera con normalidad y saldrán mañana en este Tour. Dos con Astana y Davis con Quick Step al no poder participar Boonen. La otra novedad es la entrada de Wegelius en el equipo de Evans por el positivo por EPO de Erik Dekker.

Como sólo cuatro ciclistas se quedaron libres -Vinokourov, Kashechkin, Luis León Sánchez y Barredo- y la reglamentación contempla que cada equipo debe presentar un mínimo de seis para salir, todo Astana tuvo que volverse para casa por un error en la inclusión de tres corredores en la lista negra de la UCI.

El equipo sí pudo participar en la Vuelta de ese año, que dominó con triunfo de Vinokourov y tercer puesto de Kashechkin, pero el líder no perdonó su ausencia en el Tour y montó uno nuevo desvinculado de la estructura de Saiz, con el mismo apoyo de Kazajistán, sede en Suiza y Marc Biver como manager. Así en el 2007 sí pudo salir, pero Vinokourov, que había ganado dos etapas, dio positivo por transfusión sanguínea. Pocos días después Kashechkin corría la misma suerte. El Tour obligó a Astana a abandonar la prueba en la jornada de descanso de Pau y el equipo tuvo que despedir a sus líderes locales.

Pese a ello Daniyal Akhmetov, presidente de la Federación Kazaja y primer ministro de su país, no quiso dejar el ciclismo y montó una tercera estructura con sede en Luxemburgo y Bruyneel como manager. Se recogió la que quedaba huérfana con la desaparición del Discovery Channel y a sus principales corredores. Pese a que entre ellos estaban dos de los tres primeros del Tour anterior, Contador y Leipheimer, y que el equipo se esforzó en trasmitir que nada tenía que ver con el antiguo Astana y mucho con el que había ganado ocho de los nueve Tours anteriores, ASO no le invitó a sus carreras y le impuso un año de penitencia -en el que Contador ganó Giro y Vuelta- para poder volver a la prueba.

Y Vinokourov se ve en Astana

Un regreso que no se ha podido confirmar hasta hace pocos días por los incumplimientos en los pagos de las autoridades kazajas, lo que llevó a la UCI a amenazar con retirarle la licencia Pro Tour y dejarle sin acudir a Mónaco. Una normalización económica que podía estar relacionada con el deseo de Vinokourov de regresar. «No me veo en otro equipo que no sea Astana, aunque no tengo garantías aún de fichar por Astana porque estamos negociando», dijo en una rueda de prensa ayer en la que confirmó su vuelta a la actividad una vez acabe el día 24 de este mes su sanción de dos años. ¿Otro podio -tercero en el 2003- para la lista? ¿Otro gallo para el corral?