Roberto Micheletti, que se proclamó presidente de Honduras tras el golpe de Estado, llegó ayer a la residencia particular del mandatario costarricense Oscar Arias, que se ha ofrecido como mediador. No obstante, durante casi tres horas se negó a salir del aeropuerto Juan Santamaría si no le daban «garantías de seguridad». Ante su negativa, el ministro de la Presidencia, Rodrigo Arias, tuvo que trasladarse hasta la terminal. En unas breves declaraciones realizadas a los medios, Arias afirmó que espera regresar a Tegucialpa como «el presidente constitucional de Honduras».

El depuesto presidente Manuel Zelaya también fue recibido por Arias en la vivienda de éste. Ataviado con traje negro y su tradicional sombrero vaquero, no dio declaraciones a los numerosos periodistas de la prensa local e internacional que le aguardaban en el lugar. Tras reunirse en privado con Zelaya, Arias hizo lo mismo con Micheletti. Su idea era poder juntar a ambar partes ayer mismo.

En las cercanías de la casa de Arias, las autoridades de Costa Rica establecieron un dispositivo de seguridad compuesto por unos 150 oficiales desarmados.

Demanda popular

Por su parte, representantes de los sectores populares hondureños también viajaron a Costa Rica con la intención de entregarle una carta a Arias en la que plantean cinco demandas, entre ellas, el regreso de Zelaya y la realización del referéndum que éste quería llevar a cabo.

Mientras, movimientos sociales y partidarios de Zelaya bloquearon la carretera Panamericana de la capital hondureña, que conduce hacia El Salvador, Costa Rica y Nicaragua.

«Esperamos que la empresa privada se dé cuenta de cuánto va a perder sino regresa el presidente Zelaya. Así vamos a hacer en otras carreteras. Queremos que vuelva nuestro presidente que fue electo por el pueblo y no un gobierno golpista», subrayó a Telesur Deni Medina, uno de los manifestantes.