Al PNV se le ha ocurrido ahora ofertar un «pacto de estabilidad institucional» a Patxi López y compañía y los de la compañía están más que mosqueados. Ya lo verán.

Antonio Casado, en «El Confidencial», advertía ayer que «la mencionada oferta de pacto de estabilidad tiene mayor alcance en las intenciones del PNV. Se trata de forzar las contradicciones que habitan en la alianza de los socialistas vascos con el PP, jugando a favor del sentir mayoritario de la opinión pública vasca, que sigue mostrándose partidaria de una alianza transversal PSE-PNV. En ese sentido, la oferta ataca la línea de flotación del `pacto constitucional' (PSE-PP) y puede convertirse en un elemento no precisamente estabilizador de la situación en el País Vasco». Ya se huelen algo.

También Cayetano González, en «Libertad Digital» alertaba de los peligros que acechan: «Si el PSE entra al trapo que le ha tendido el PNV, habrá empezado a minar la gran esperanza que su acuerdo con el PP despertó en muchos ciudadanos vascos y españoles que vieron en el la oportunidad de un cambio político en el País Vasco después de treinta años de régimen nacionalista. El PNV sabe de esas dudas del socialismo y por eso ha hecho este ofrecimiento, hábil pero absolutamente tramposo». Lo de la `trampa' me suena. ¿Recuerdan?

Y el veterano José Oneto, en «Estrella Digital» lo tiene muy claro: «De esta forma, con el posible señuelo del voto favorable al proyecto clave que es el Presupuesto, los nacionalistas vascos, que hasta hace unos días han estado `desonzando' al Gobierno de López, han metido una cuña en el pacto de los socialistas y populares, un pacto que según Eduardo Madina `no es una alianza, sino un simple acuerdo de investidura'. Más preocupado por su nueva labor de buscar pactos en el Parlamento central como sucesor de Ramón Jáuregui y número dos del portavoz parlamentario socialista, José Antonio Alonso, que por la estabilidad del Gobierno vasco, Madina, con escasa experiencia parlamentaria, le ha dado motivos a que dirigentes del Partido Popular, como Alfonso Alonso, hablen de intentos de `torpedear el acuerdo' entre socialistas y populares con el objetivo de `mendigar votos' en Madrid». A los de Urkullu les han visto el plumero.