Los países no alineados reivindican su vigencia y otro orden mundial
La crisis y la búsqueda de «una solución multilateral» centraron la XV cumbre del Movimiento de los Países No Alineados, que ayer comenzó en Egipto. El presidente cubano, Raúl Castro, que cedió la presidencia a su homólogo egipcio Hosni Mubarak, criticó duramente las políticas «unilaterales» de Occidente y reivindicó la vigencia de este movimiento. Mubarak pidió «un nuevo orden mundial».
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La crisis económica fue el tema central en el arranque de la XV cumbre del Movimiento de los Países No Alineados (NOAL), que reúne a medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos Raúl Castro. El presidente cubano, muy crítico con las políticas «unilaterales» de Occidente, reclamó un mayor protagonismo de este movimiento en los foros internacionales y en la toma de decisiones, sobre todo, en las relacionadas con la crisis financiera. «Todos los países del mundo deben tomar parte en la búsqueda de soluciones efectivas y justas», incidió.
A modo de solución, planteó «la refundación del sistema planetario internacional con un nuevo patrón de referencia monetaria, que no dependa de la política de un solo estado».
Castro, que traspasó la presidencia del NOAL a su homólogo egipcio, Hosni Mubarak, también mostró su apoyo a «la justa causa palestina y de otros países árabes ocupados»,y reclamó «una solución mediante el diálogo y negociación, que pasa por la fundación de un Estado palestino independiente con Jerusalén Oriental como capital».
Mubarak abogó por «instaurar un nuevo orden internacional en el plano político, económico y comercial al margen de la política de doble rasero».
Al igual que Castro, defendió la importancia y protagonismo de este movimiento, que agrupa a 53 países de África, 38 de Asia, 26 de América Latina y el Caribe y uno de Europa. Otros 16 países y nueve organizaciones tienen estatus de observador.
La Conferencia de Bandung (Indonesia) de 1955, que reunió a 29 Jefes de Estado para identificar y evaluar los problemas mundiales del momento, sentó las bases de lo que seis años después y sobre una base geográfica más amplia se llamaría el Movimiento de Países no Alineados. El fin de la Guerra Fría y el posterior derrumbe de la Unión Soviética en 1991, hicieron peligrar su continuidad. Con esta cumbre, sus principales protagonistas han querido reforzar el papel del NOAL, cuya agenda se centra principalmente en el desarme y la seguridad internacional, los derechos humanos, la autodeterminación, la cuestión palestina, la reforma de las Naciones Unidas, la crisis económica y el cambio climático.
Atendiendo al actual contexto geopolítico, Mubarak afirmó que aspiran a «lograr una verdadera asociación eficaz en la que se traduzcan las palabras en hechos». En ese sentido, llamó al resto de participantes a mantener sus posiciones con «voz firme y audible».
Propuesta de Gadafi
El presidente ruso, Dimitri Medvédev, consideró que este movimiento «es uno de los elementos clave del nuevo orden mundial multicéntrico que se gesta y estamos dispuestos a incrementar nuestra interacción en aras a la estabilidad».
Expresó su convencimiento de que para «la edificación de una nueva arquitectura global es necesario potencias diversos formatos» y que los países integrantes del NOAL tienen un papel especial.
El líder libio Muamar el Gadafi arremetió contra el Consejo de Seguridad de la ONU que, según resaltó, supone «un peligro para la paz internacional porque responde a las mayores potencias del mundo». Para hacer contrapeso a los cinco miembros permanentes del Consejo, pidió la inclusión de un representante de la Unión Africana.
Propuso también que el NOAL forme su propio «Consejo de Seguridad y de Paz. Podríamos resolver los problemas de manera democrática, con el espíritu del movimiento de amistad y hermandad», manifestó.
El presidente de República Dominicana, Leonel Fernández, pidió la creación de un sistema para supervisar el reparto de ayudas a países menos desarrollados como las prometidas por el G8 la semana pasada en Italia.
Gadafi, cubierto con una toga de color tabaco y adornado con un turbante morado, describió el Consejo de Seguridad de la ONU como un monopolio controlado por las mayores potencias del mundo, y la Asamblea General como un club de «reunión social».
Los ministros de Exteriores de Pakistán e India, dos potencias militares rivales, se reunieron el martes de cara al encuentro que hoy por la mañana mantendrán al margen de la cumbre los primeros ministros de ambos países, según informaron fuentes indias.
Las relaciones entre los dos vecinos rivales se deterioraron tras los atentados de Mumbai en noviembre de 2008, que dejaron más de 170 muertos y que Nueva Delhi atribuyó a un grupo armado paquistaní y a los servicios de inteligencia de Islamabad. Esos ataques congelaron el proceso de paz que iniciaron en enero de 2004. Desde su partición e independencia en 1947, han mantenido tres guerras.
A mediados de junio, el primer ministro indio Manmonahn Singh hizo un llamamiento a la paz con Pakistán, pero a condición de que «erradique el terrorismo islamista de su territorio».
Con el encuentro de hoy con el paquistaní Yusuf Raza Gilani, espera que Pakistán se comprometa a actuar contra los que están detrás de los atentados.
India, junto a Egipto y a la ex Yugoslavia, es uno de los miembros fundadores del NOAL. GARA