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Egoi Martínez sumó un punto en la lucha por la montaña y Oscar Pellizotti demostró que piensa disputarla al pelear por otro

Cavendish también gana fácil en un final en ligera ascensión

El Columbia volvió a llegar al sprint sin apenas trabajar porque sólo dos corredores se metieron en la fuga del día y fueron cuatro los equipos que tiraron por detrás. Con el triunfo de ayer iguala a Howan, inglés con más etapas en el Tour, y pasa a liderar la regularidad.

Joseba ITURRIA | ENVIADO ESPECIAL

Mark Cavendish logró su cuarta victoria en la undécima etapa del Tour ayudado por el trabajo que le hacen otros equipos y que permite al Columbia llegar con cuatro corredores en cabeza al último kilómetro para lanzar a un sprinter que nunca falla. Algunos querían ver una opción para acabar con su hegemonía porque los últimos 500 metros tenían una pendiente del 6%, pero eso no es ninguna dificultad para un ciclista lanzado que este año ha superado el Poggio antes de ganar Milán San Remo.

«¿Por qué no iba a ganar aquí? Esto no es el Mont Ventoux. De hecho, en Barcelona si no entré en la lucha por ganar no fue por el repecho, sino porque no estaba bien colocado», decía en la meta tras igualar al inglés Barry Hovan, que había conseguido ocho victorias en el Tour. El que fuera gregario de Tom Simpson hasta que murió en 1967 en el Ventoux -luego se casó con la viuda de su líder- logró ocho triunfos desde ese año hasta 1975. Cavendish lleva ocho en dos Tours y a sus 24 años va camino de batir todos los records. Esta campaña lleva 17 triunfos y el Columbia, 58. El de ayer le valió para recuperar el maillot verde porque Hushvod, que lo intentó de lejos, sólo fue quinto.

Y como sigan los demás equipos así, Cavendish sumará más victorias. Porque un día es por el boicot al pinganillo y otro porque sólo entran dos ciclistas en la fuga, Van Summeren (Silence) y Sapa (Lampre). Etapas como la de ayer deben ser aprovechadas por corredores que no pueden aspirar a ganar una etapa de montaña para formar una escapada numerosa, que es la única forma de ganar una etapa.

Porque en un sprint normal, el de Barcelona no lo era, Cavendish lleva cuatro de cuatro. Y la única manera de ganarle es obligar al Columbia a trabajar en solitario para que no pueda llegar con cuatro hombres en cabeza del pelotón al último kilómetro, lo que ha hecho en todos sus triunfos. Ag2R, que tiró sin sentido porque la fuga no ponía en peligro el maillot de Nocentini, Rabobank o Garmin trabajaron tanto o más que el Columbia y eso permite al equipo de Cavendish lanzarle de una forma en la que es imbatible.

Los únicos problemas para el sprinter inglés llegaron con las preguntas de la televisión francesa. Le dijeron que los demás integrantes del pelotón están molestos con él porque nunca da un relevo en el grupetto de las etapas de montaña y respondió que «tengo que economizar fuerzas, ya tiran otros corredores del Columbia». Luego le dijeron que no le gusta Francia ni los franceses y respondió: «Estoy intentando aprender francés y me gusta este país. Hablo con periódicos y corredores franceses... Parece que como no hay temas de dopaje hay que buscar otros problemas».

Claro que el mismo periodista les preguntó a Nocentini y a su mujer si duermen juntos en el Tour y el italiano tuvo que confirmar que ése es un detalle del AG2R mientras siga de amarillo.

Pelea por la montaña

Dan tan poco juego las etapas, que hay que hablar de estas cosas. Ayer los aspectos más destacados fueron la eliminación de los quince segundos de desventaja a los corredores que entraron cortados el martes y la disputa de un punto en los dos puertos de cuarta. En el primero Egoi Martínez lo acumuló y en el segundo Liquigas trabajó para que lo sumara Pellizotti, lo que lleva a pensar que peleará con el navarro por ese maillot.

Además, la nota negativa estuvo en una caída en el kilómetro 27 que impedirá salir mañana al portugués del Caisse d'Epargne, Rui Costa, con una posible rotura de un ligamento en el hombro izquierdo. Otros cuatro ciclistas del equipo navarro salieron tocados de la caída y también tuvieron mala suerte dos vascos. Bingen Fernández y Juanjo Oroz sufrieron golpes en sus rodillas derechas.

OTRA JORNADA PARA ESCAPADAS O PARA EL SPRINT

La duodécima etapa es propicia para escapadas, con 211 kilómetros y seis puertos suaves. La clave está en el número de los fugados, en que no estén bien colocados, y en la actitud de los equipos no representados. Si trabajan para el Columbia...

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