Buen tiempo, traineras de primer nivel, lucha cerrada entre dos y hasta tres embarcaciones de la misma tanda y emoción hasta la última palada por la igualdad existente entre todos los contendientes. Si no fuera porque Castro volvió a ganar la prueba, dejando casi sentenciada la Liga San Miguel en tan sólo cinco jornadas, se podría decir que la primera regata de Moaña fue perfecta.

Y es que da la sensación de que «La Marinera» tiene una marcha más, un botón de turbo que aprieta cuando ve la necesidad. No se lo pusieron fácil Urdaibai y Hondarribia, que fueron cabeza de regata hasta mitad de recorrido. Tampoco Orio, cuyos tiempos seguían siendo los mejores hasta la tercera ciaboga. Pero tal y como hicieran en Combarro hace una semana, los cántabros sellaron la victoria en un espléndido último largo. Eso sí, en esta ocasión, Hondarribia, a menos de tres segundos, le pisó los talones hasta la última palada.

Cuarto triunfo para Castro en cinco regatas. Además, Juan Mari Etxabe se permitió el lujo de dar descanso a Joseba Fernández, su mano derecha en las labores de preparación y uno de los puntales de la tripulación. Los ganadores fueron Sergio Montenegro, Iurgi Iruretagoiena, Sorin Silviu, Jon Elortegi, Aitor Dorronsoro, José Antonio Acebal, Jon Iriondo, Xabier Etxebeste, Adrián González, Pedro Laza, Javier Vilariño, Antonio Miguel Montenegro y José Ángel Cambados, con Iker Gimeno de vuelta a la popa.

Con Izortz de patrón

La tanda de honor dejó muchas cosas remarcables. La extrema regularidad que está mostrando la «Ama Guadalupekoa» de Hondarribia tuvo premio. Su gran regata, unida a la discreta actuación de San Pedro, sirvió a los de Orbañanos para colocarse en la segunda posición de la general.

Por otro lado, la primera regata de Urdaibai tras la destitución de Fran González como entrenador fue esperanzadora. Aunque el sexto puesto final no parezca gran cosa, estar metido en la lucha con Castro y Hondarribia casi hasta el final es destacable. Y la «Bou Bizkaia» recordó por momentos al año pasado, tanto por la remada, como por la colocación de los hombres -Izortz Zabala fue el patrón en detrimento de Lur Uribarren-.

La segunda tanda también fue de las que hacen afición. Sí, por lo menos, en Orio y Zarautz. Los dos botes guipuzcoanos se retaron cara a cara desde el principio y su intensa lucha hasta el final tuvo como premio una gran marca que permitió a ambos entrar entre los cuatro primeros de la regata. Incluso Pedreña, que se descolgó en la salida, remontó para poner en aprietos a la «Enbata» y, por desgracia, adelantar a Urdaibai en la clasificación final por sólo dos centésimas. Kaiku, por debajo de su nivel real, fue la cruz.

En la primera tanda, malas noticias para Zumaia, que fue superada una vez más por Tirán. La anécdota de la tarde la protagonizó Adrián Lago, proel de Meira, que se cayó al agua cuando ejecutaba la segunda maniobra ante todos sus paisanos.