El Ayuntamiento Popular de Ondarroa organiza desde hoy unas jornadas para analizar y debatir su experiencia de desobediencia civil ante la gestora impuesta en la localidad en base a la Ley española de Partidos, donde la mayoría apostó en las urnas por la izquierda abertzale. Las fechas coinciden con la toma de posesión del Consistorio ondarroarra por parte de la gestora liderada por el PNV, el 27 de julio de hace dos años.

El debate que propone el Ayuntamiento Popular para hoy buscará nuevas fórmulas para que el pueblo recupere la soberanía que le corresponde. A su juicio, la gestora «se aleja cada vez más de los ciudadanos» ante quienes se muesta «autista». Sin embargo, con este debate, el Ayuntamiento Popular quiere abrir miras y analizar cauces para la participación ciudadana en la vida diaria del municipio y que su voz no esté limitada a escucharse una vez cada cuatro años. Es una jornada para conocer otras iniciativas similares a la que se lleva en Ondarroa y de intercambiar ideas con otras localidades y grupos para poner en práctica una democracia más participativa.

La segunda de las jornadas, la de mañana, analizará y repasará las iniciativas que se han llevado a cabo en el pueblo los últimos dos años y hará especial hincapié en la insumisión fiscal que practican los vecinos de Ondarroa como protesta por haberles sido arrebatado el gobierno del municipio. Muchos de los vecinos de este pueblo han decidido no pagar los impuestos municipales como medida de protesta y mantendrán esta «huelga» en pie hasta que no les sean devueltos sus derechos. Las charlas del día tienen como lema «Desde Ondarroa hasta Euskal Herria, desobediencia frente al apartheid».

Medios de comunicación

El miércoles 23 se abrirá un debate sobre los medios de comunicación. En denuncia a cómo fue tratada la problemática de Ondarroa en el magacín de ETB-2 `Pásalo', el Ayuntamiento Popular ha organizado una mesa redonda (bautizada como `Repásalo') en la que estarán presentes, en calidad de invitados, Gabirel Ezkurdia, Floren Aoiz e Iñaki Soto, que atenderán a las preguntas de los vecinos.

Estas jornadas se complementarán con una mendi-martxa el próximo sábado 25, que partirá desde Mendexa y finalizará en Ondarroa. Ambos pueblos están gobernados por gestoras capitaneadas por el PNV. Ese mismo día, a la una del mediodía, además, está prevista una protesta política en la Alameda.

Por otra parte, de lunes a viernes, los vecinos del pueblo están animados a sumarse a las brigadas del Ayuntamiento Popular y trabajar en auzolan para mejorar las infraestructuras del pueblo. Las labores de limpieza, mantenimiento y mejora de Ondarroa se planificaron ayer por la mañana en el Txoko.

En paralelo, los vecinos de Ondarroa repasarán las actividades que han conseguido sacar adelante estos dos últimos años. Como los talleres de autodefensa y talla de madera, las charlas sobre recogida de basura puerta a puerta, los encuentros de grupos de danzas, la adecuación de la pista de voleibol y las jornadas sobre desobediencia y justicia.

Identificación

El Ayuntamiento Popular de Ondarroa denunció en un comunicado la actitud que están teniendo los guardaespaldas del responsable de la gestora que gobierna el pueblo, Félix Aranbarri. Según el comunicado, los escoltas de Aranbarri abordaron a uno de los colaboradores del Ayuntamiento Popular cuando pegaba carteles anunciando las jornadas y le exigieron que se identificara, lo que, a su juicio, supone un intento de la gestora para legitimarse mediante la fuerza, ya que su autoridad no emana del pueblo. Denuncia, además, la hipocresía del PNV, que acusa a Patxi López de tener poca legitimidad para gobernar desde Lakua gracias a la Ley de

Partidos, mientras que, los jeltzales han hecho lo mismo en Ondarroa y otros pueblos, donde, incluso de una forma aún menos democrática, han acabado también con la oposición oficial dentro del consistorio.

En este sentido, el Ayuntamiento Popular denuncia caso por caso la actitud «autocrática» que lleva manteniendo la gestora los últimos años en esta localidad. Concretamente, le acusa de «tirar a la basura» las 2.600 alegaciones que se presentaron a raíz de su plan de renovación de la parte vieja y de desoír las opiniones de los afectados por las obras en Kampiñazpi y en la calle Nasa, entre otros asuntos.