La crono de 40 kilómetros de hoy y el final del sábado en el Mont Ventoux definirán las plazas del podio y del Top 10
Los Schleck y Contador hacen valer la dureza de la etapa reina
Frank, ganador de la etapa, y Andy lanzaron un duro ataque desde el penúltimo puerto que les permitió llegar con el líder a la meta con más de dos minutos con respecto a Klöden, Armstrong y Nibali. Wiggins fue el derrotado de la jornada al perder tres minutos.
Joseba ITURRIA | LE GRAND BORNAND
Los hermanos Schleck y Alberto Contador aprovecharon la dureza de la etapa reina de los Alpes para distanciar a especialistas en contrarreloj como Wiggins, Armstrong y Klöden en la lucha por las tres plazas del podio final de París que se definirán en la crono de 40,5 kilómetros de hoy en Annecy y en el final del Mont Ventoux del sábado.
La primera plaza del podio no admite discusión, salvo desfallecimiento o accidente porque Contador es superior en las subidas y contrarrelojea mucho mejor que los hermanos Schleck, que ocupan las dos plazas siguientes. Veía a Wiggins como su mayor rival y ayer lo distanció con claridad. También Andy es favorito para la segunda plaza porque no debe perder mucho hoy y le queda el Ventoux para volver a hacer diferencias.
Por eso será la tercera plaza del podio la que esté al alcance de los demás, salvo que Frank Schleck mejore hoy cronos anteriores. Por eso Andy y Contador le dejaron ganar ayer en Le Grand Bornand su segunda etapa en el Tour tras la lograda en Alpe d'Huez. Fue una exhibición de los dos hermanos, sobre todo del pequeño, que por momentos tuvo que aguardar a Frank.
No esperaron al último puerto y aprovecharon la dureza de la subida del penúltimo de Romme, con nueve kilómetros a un 9% de pendiente media. Durísimo. Se decía que el Ventoux iba a decidir, pero las mayores diferencias del Tour se hicieron ayer. Desde abajo lo intentó Carlos Sastre como el año pasado en Alpe d'Huez, pero el abulense no tiene las piernas de entonces tras un Giro que ha pasado factura a todos los que lo han disputado... menos a Pellizotti.
Tras el ataque de Sastre, fue Andy Schleck el que rompió la carrera a 35 kilómetros de meta. En principio sólo Contador y Klöden aguantaron, pero luego Frank saltó desde atrás y empalmó con ellos. Por detrás se quedaron Armstrong y Wiggins, con Nibali y Vandevelde, que hipotecó sus opciones personales pese a que era el líder del Garmin para ayudar al inglés, que fue el derrotado entre los favoritos.
El cuarteto cabecero comenzó a coger tiempo siempre impulsado por los hermanos Schleck, que hicieron una etapa excepcional. Contador sólo pasó a la cabeza en la parte final del último puerto de la Colombiere para atacar a los Saxo Bank. Ese ataque generó polémica, pero dijo que Klöden le dio permiso. Los hermanos respondieron bien y sólo el alemán cedió.
Armstrong y su nuevo equipo
Justo en ese momento Armstrong atacó a Wiggins y Nibali e hizo unos últimos dos kilómetros de La Colombiere espectaculares dentro de un Tour que tiene mucho valor. Una actuación que coincide con su anuncio de un patrocinador para el equipo que piensa sacar en el 2010 y que se espera que sea con Bruyneel como director. Dice en su twitter que lo desvelará hoy. Ayer al final logró enlazar con Klöden y sacó 49 segundos a Wiggins, con lo que tiene serias opciones de aspirar al podio de París, que sería muy meritorio a su edad y tras tres años fuera de la competición.
Hasta la batalla de los dos últimos puertos, la etapa estuvo marcada por un ataque de Thör Hushovd con el objetivo de ampliar su ventaja sobre Cavendish en la lucha por el maillot verde. El noruego se pegó una paliza para sumar doce puntos que encarrilan su objetivo. Se lo merece. Por detrás se formó un grupo de una veintena de corredores con cuatro Euskaltel -Rubén Pérez, Txurruka, Verdugo y Egoi Martínez- y Arrieta, que hizo una gran etapa y acabó en el grupo de los que pelean por terminar entre los diez primeros.
En esa fuga también entró Denis Menchov, que en la línea de su Tour desafortunado se cayó dos veces en un margen de unos pocos kilómetros y acabó desquiciado en el suelo. Nada le ha acompañado en toda la carrera.
La primera de las dos etapas para decidir los puestos de honor se disputa bordeando el Lago d'Annecy sobre 40,5 kilómetros totalmente llanos salvo un puerto de Tercera que se corona en el kilómetro 28, en el que se sube un desnivel de 234 metros.
La del martes fue una noche especial en el hotel del Euskaltel-Euskadi, donde se celebró la victoria de Mikel Astarloza, con brindis incluido. Pero tanto el sanpedrotarra como todo su equipo demostraron su profesionalidad y no se relajaron tras el éxito.
Fue el equipo más representado en el grupo que se formó detrás de Hushovd con cuatro corredores. Uno de ellos era Egoi Martínez, que hizo todo lo que pudo en su lucha imposible por la montaña con un Franco Pellizotti que está bien y tiene mucha calidad.
Amets Txurruka se cayó y acabó con serios problemas en su cadera dolorida y Rubén Pérez, Verdugo y Egoi ayudaron en lo que pudieron a Astarloza, que sufrió lo indecible tras el esfuerzo realizado la víspera para aguantar con el grupo de los hombres que pelean por acabar entre los diez primeros.
Ése era el segundo objetivo del líder del Euskaltel y ayer mejoró un puesto y ya es décimo. En teoría, la crono de hoy le es más favorable que a Lemevel, que es noveno, y más desfavorable con Kreuziger, undécimo. Si se recupera de los esfuerzos, puede cumplir su segundo objetivo. Sería algo muy meritorio.
ITURRIA