Da por seguro el triunfo de Contador, está emocionado por el rendimiento de Armstrong y elogia el ambiente de Astana
Popovych recupera la sonrisa como hombre de confianza de Armstrong
Rompió el pasado invierno el contrato que había firmado con Silence para volver a correr a las órdenes del tejano y está contento con la decisión tomada. Estaba llamado a ser un gran campeón, asume con agrado el rol de gregario, pero no descarta ser líder en el futuro.
Joseba ITURRIA | LE GRAND BORNAND
Yaroslav Popovych ha recuperado la sonrisa tras un año complicado en Silence Lotto. Había firmado por tres temporadas con la idea de que se convirtiera en el mejor apoyo de Evans. Ni él ni el equipo se quedaron satisfechos con la primera y decidieron rescindir el contrato y el ucraniano aceptó la oferta que le presentó Bruyneel para convertirse en uno de los hombres de confianza de Armstrong, con el que ganó el Tour del 2005.
«Ha sido un cambio a mejor -señala en su entrevista con GARA-. Aquí estoy muy bien, tengo muchos amigos y con Bruyneel y todo el staff tengo una buena relación. Para mí la posibilidad de correr con Lance era muy bella. Había corrido con él en el 2005 y éramos muy buenos compañeros. Tenemos una buena dirección y siempre he estado contento por cambiar y poder correr con Lance, ha sido una motivación más para venir».
Y con el cambio ha vuelto a dar el nivel que ofrecía en Discovery. «Si miramos mis resultados, en el Giro he estado bien y aquí he hecho un buen trabajo y me veo mejor. Además estoy seguro de que ganaré mi tercer Tour con Contador, que ha demostrado una potencia y una fuerza en Verbier que le ha permitido coger mucha diferencia. Está muy fuerte y vamos a controlar todo. Nuestro equipo tiene mucha experiencia, con un director como Bruyneel que tácticamente es muy bueno. Desde Verbier estamos todos tranquilos, trabajamos para el maillot amarillo. No con otras escuadras que tienen la maglia, que no debíamos haber trabajado».
También está contento por el nivel de Armstrong, con el que ha compartido casi todo su calendario, menos París Niza, cuando estuvo con Contador: «Ya se vio mucha mejoría en el Giro. En el Tour de California se le veía que sufría mucho, que tenía mucha fatiga. A partir de ahí siempre ha ido a mejor y en el Giro en la última semana ya estuvo fuerte. Después, entre el Giro y el Tour, se ha entrenado mucho, ha progresado y eso es algo que me ha emocionado. Después de tres años retirado, que haga un resultado tan bueno es muy importante».
Que hayan estado juntos casi todo el año demuestra que es un hombre de confianza de Armstrong, aunque entiende que esa pregunta debe responderla el tejano: «Yo sé lo que tengo que hacer y después depende de las piernas».
Aunque puede tener una mayor relación con Armstrong, rechaza que haya un mal ambiente en Astana: «Esto es normal. La gente habla siempre desde el inicio del Tour, pero en la escuadra estamos igual de contentos que siempre, con situaciones normales, siempre de broma y dispuestos a ayudarnos y con más tranquilidad de lo que dicen los medios. Es muy importante en estas situaciones no fijarnos en lo que dicen los demás, sino limitarnos a hacer bien nuestro trabajo, porque así se consiguen los resultados y, cuando eso sucede, todo se tranquiliza alrededor. Yo desde luego estoy contento en este ambiente», dice un corredor que espera cerrar su temporada con el Tour de Irlanda y los Tres Días de Missouri: «Ya basta. Mi cabeza necesita descansar».
Una trayectoria especial
Se nota que Popovych está feliz con el rol de gregario cuando parecía asignado para él un papel más brillante que no descarta para el futuro. Todo fue muy rápido para él. Comenzó como ciclista en la escuela de Drogobych. Veía pasar ciclistas con bicicletas de carretera y decidió probar: «Yo andaba en bici normal, no en la de carretera, y me gustaba. Fui con mi amigo a una escuela de ciclismo en Ucrania con doce años y a los que destacábamos nos llevaban a una escuela especial, tipo universidad del deporte, muy especializada. En Ucrania hay cuatro o cinco centros para ayudar al deportista. Con 14 años me lo ofrecieron y con 17 empecé a competir con el equipo nacional de Ucrania de pista en Italia. Corríamos seis meses allí y para tener resultados mejores en la carretera elegían a un par de corredores. Con 19 años empecé a correr con este equipo nacional y al siguiente, en el 2000, empecé con un equipo sub-23 que tenía bicicleta Colnago y por eso he conocido al dueño de Colnago. En el 2001 estaba muy fuerte y siempre he estado en su casa y al final de ese año me dijo que iba a hacer un equipo con una parte en Bélgica y otra en Italia, que era sólo para mí. Todavía mantengo una relación fluida con él y ha sido una persona muy importante en mi carrera ciclista».
Aquel año 2001 Popovych, asentado en la Toscana italiana, arrasaba allí donde corría con el equipo Zoccorinese-Vellutex y, entre otras, ganó la París Roubaix a Boonen. En 2002 pasó a profesionales con el equipo construido para él, Landbouwkrediet Colnago, con el que corrió tres años. En el primero debutó en el Giro con un duodécimo puesto con 22 años. En el 2003 acabó tercero y en el 2004 quinto tras ser líder. Por eso se le auguraba un gran futuro: «Siempre me dijeron que estaba muy fuerte y se esperaba mucho más de mí, pero hay mucha diferencia entre el campo amateur y el profesionalismo. Los primeros dos años fueron muy difíciles para cambiar mi mentalidad. En amateur siempre ganaba todas las carreras. Pero pasé a profesionales y en la primera salieron a cincuenta y me quedaba. Me entrenaba tan bien como el año anterior, pero esos primeros dos años fueron difíciles. Luego he conseguido ir mejorando».
En 2005 pasó a Discovery, «donde viví mi mejor momento como profesional». Ganó el maillot blanco en el Tour, pero empezó a asumir el papel de gregario: «No tengo problema para trabajar para alguien. Si está más fuerte que yo debo trabajar para él y si soy yo el que está fuerte otros deberán trabajar para mí. Tengo esta mentalidad. No he tenido problemas para ayudar a Armstrong, Contador o Evans porque estaban mejor que yo».
«Querría ganar una grande»
Popovych no descarta volver a luchar por la general de una grande: «Me gustaría ganar una gran vuelta, pero antes hay que vencer en Alemania, Romandía... Tengo 29 años y, al margen de Contador, los que ganan las grandes tienen más de 30 años. Me gustaría disputar una grande en el futuro».
Acabó 12º el Tour del 2005, 25º el 2006, ganó una etapa, y 8º en el 2007, tras ser el mejor apoyo de Contador: «Cuando tienes buenas piernas y trabajas puedes hacer buenos puestos. El 2006 fue un poco difícil porque no sabíamos para qué trabajar. Sin Armstrong, estábamos un poco desorientados, no sabíamos cómo comportarnos. Vino Contador, teníamos un objetivo y lo hicimos bien».
Su buen Tour y la desaparición de Discovery le llevaron a fichar por Silence, pero el cambio no salió bien: «En París Niza hice mi mejor resultado. Nunca había empezado un año tan fuerte. Pero cambié mi preparación, trabajé poco con mi equipo, yo estaba acostumbrado a correr con otra preparación y el inicio del Tour fue malo. Estaba bien físicamente, pero después iba a peor en la montaña. Luego estuve muy bien en la última semana, pero ya era tarde. Debía ayudar a Evans y fallé. Él nunca me reprochó nada, estaba tranquilo. Sabe qué es el ciclismo, puedes estar bien o mal y cuando no estás bien no puedes ayudar».
Por eso este año está feliz de volver a encontrar su nivel para ayudar a sus líderes. A la hora de compararlos a ellos y a Evans destaca que «son tres personas muy diferentes, de distintos continentes. Todas las personas somos diferentes y los campeones tienen carácteres muy fuertes y cada uno el suyo, con su mentalidad y su preparación. No he encontrado uno igual. Quizás Contador es parecido a Armstrong, Evans es muy diferente a los dos».
«En California sufría mucho. A partir de ahí siempre ha ido a mejor y en la última semana del Giro ya estuvo fuerte. Después entre el Giro y el Tour se ha entrenado mucho, ha progresado y es algo que me ha emocionado».
«En el equipo estamos con más tranquilidad de lo que dicen los medios. Es muy importante en estas situaciones no fijarnos en lo que dicen los demás y hacer bien el trabajo. Así se consiguen resultados y con ellos llega la tranquilidad».