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Entrevista

«Ahora veo bien al PNV en la oposición»

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Idoia MENDIA

Portavoz del gobierno de Lakua

Iñaki IRIONDO

Después de 30 años de gobierno del PNV, ¿cómo han encontrado las cosas al llegar?

En lo que a mi compete, me encontré el despacho limpio de polvo y paja. Tuve una reunión cordial con la vicelehendakari, Idoia Zenarrutzabeitia, que se puso a mi disposición e hizo un somero repaso de lo que consideraba más importante. Ha habido departamentos donde hemos encontrado las cosas más documentadas y en otros, menos. En alguno no han dejado ni un papel.

¿No han mirado debajo de las alfombras o han mirado y no había nada?

No hemos mirado. Preferimos mirar al futuro y hay tanto por hacer... Aunque, evidentemente, en el trabajo del día a día también surgen cosas del pasado. Los cadáveres siempre vuelven.

¿Y han aparecido muchos?

Alguno... pero de lo que se trata es de mirar adelante, hacer las cosas bien y cambiar lo que hay que cambiar.

¿Qué hay que cambiar?

Hay que abrir las ventanas. En un tema como Administraciones Públicas es conveniente ventilar la casa. Hay áreas de este Gobierno que nunca han estado en otras manos que no sean las del PNV .

¿Se nota eso?

Se nota mucho. Hay partes de Administración Pública, como la referida a modernización y administración electrónica que permite el contacto con la ciudadanía y la reforma de la propia administración, que las han tenido muy paradas. A pesar de que la gentes de la casa, que son unos magníficos trabajadores, tenían un montón de proyectos encima de la mesa que los paraban. No voy a entrar en por qué. Y luego está todo lo referido a la lo que son recursos generales, como las contrataciones... Ahí hay que dar un nuevo aire.

¿Qué hay que cambiar en ámbitos de política general si de 43 leyes aprobadas la pasada legislatura el PSE apoyó 35, incluidos todos los presupuestos?

Muchas de esa leyes se hicieron desde la iniciativa de la oposición. Ahora me compete dar mayor ritmo a la Administración a la hora de legislar. Y hay leyes que trabajamos con el tripartito que están pendiente de desarrollar y algunas ni siquiera se han puesto en marcha a pesar de estar aprobadas.

Acusaban al anterior tripartito de ocuparse de cuestiones identitarias, que no eran las que preocupaban a la ciudadanía, pero el pacto con el PP se basa también en esas cuestiones y quedan fuera las «de comer».

No creo que sea así. El acuerdo con el PP trata de cuestiones sectoriales que preocupan a la ciudadanía como la educación, la sanidad, las infraestructuras, más que de cuestiones identitarias. Lo que llama la atención del anterior Gobierno es que no supo ver o no quiso hacer la declaración oportuna de lo que nos venía encima. Al entrar en el Gobierno nos hemos encontrado con un presupuesto ejecutado en un porcentaje muy elevado, con una fuerte crisis y con una caída en la recaudación fortísima, que, de alguna manera, el Ejecutivo anterior debía haber previsto. Hablaban de que Euskadi estaba en una situación comparativamente mejor que el resto de España, pero si el resto de España y Europa se está desplomando, en algún momento llegará la onda expansiva. ¿Por qué no lo contemplaron?

El lehendakari dijo que las arcas públicas estaban peor de lo que él creía. ¿Cuánto peor?

Bastante peor. No sólo es la ejecución elevada del presupuesto para el mes en el que estábamos, sino que los ejercicios anteriores equilibraban sus balances contra el remanente que tenía el Gobierno. Nosotros pensábamos que íbamos a poder contar con ese remanente para equilibrar esta caída de la recaudación y nos hemos encontrado con que no hay tal remanente.

Sindicatos como ELA y LAB denuncian que las instituciones no se han preocupado de corregir la previsible caída de ingresos, sino que la han agudizado con la rebaja del Impuesto de Sociedades, la eliminación del de patrimonio. ¿Van a hacer algo en ese terreno?

Nosotros, cuando no estábamos en el Gobierno, abogábamos por la armonización fiscal entre los tres territorios y manteníamos una posición muy clara sobre el Impuesto de Sociedades. De lo que se trata es de recaudar bien -que no es función de este Gobierno- y ése fue uno de los objetivos de la reunión del lunes con los diputados de Hacienda.

¿Están pesando en algún cambio de modelo de fiscalidad?

No se habló nada en concreto de esa cuestión, pero se apuntó la necesidad de tratarlo en el órgano de armonización.

La reunión ha generado controversia antes y después de celebrarse. ¿Es necesario hacer públicas estas reuniones o se debería primero hacer un trabajo de base?

Fue una reunión de trabajo que es la primera de muchas. Y si no hubiéramos anunciado la reunión, quizá la prensa se hubiera enterado y hubiera sentado peor. Muchas veces no sabes cómo acertar a la hora de comunicar correctamente.

Es que hay veces que da la impresión de que el objetivo de la reunión es que se sepa que hay una reunión.

En esta ocasión no. Era una reunión necesaria porque hay muchas cosas que ordenar. Hay sectores en los que trabaja tanto el Gobierno como las diputaciones, y como vamos a tener menos ingresos para hacer los presupuestos, tendremos que repartirnos las tareas de alguna manera. Si tú haces bien eso, yo dejo de hacerlo y no gastamos el doble, o nos juntamos y decidimos qué parte hacemos cada uno. Estuvimos hablando de cómo reducir el gasto corriente, el tema del empleo, del I+D+i... Fue una reunión muy positiva y las declaraciones que hicieron los diputados sorprenden porque, aunque en el fondo reconocen que fue positiva, cada uno ha salido con un discurso diferente, lo que tampoco entiendo muy bien, salvo que el PNV quiera utilizar las diputaciones para hacer oposición al Gobierno.

¿No tenemos muchas instituciones para una comunidad tan pequeña?

Euskadi es un país peculiar y esto forma parte de su historia. Los territorios históricos y las diputaciones son instituciones muy arraigadas en el país y bueno... llevamos treinta años conviviendo así. Lo que tenemos que hacer es mejorar y engrasar, alejándonos de desconfianzas. Como muy bien dijo Jokin Bildarratz, el presidente de Eudel, hay que tejer complicidades. Más allá de que seamos partidos políticos diferentes, por encima de eso tenemos que poner el bien común y racionalizar. Si tenemos un entramado institucional tan complicado, vamos a ver si lo ordenamos y cada uno hace lo que le corresponde, sin gastar de más.

Ha hablado de tejer complicidades, pero eso tiene que ser difícil con un partido que siente que le han birlado el gobierno.

Al PNV, al principio, le costó digerir la pérdida del Gobierno. Creo que estaba tan convencido de que nunca nadie iba a conseguir gobernar Euskadi sin contar con el PNV que les costó un tiempo digerirlo. Pero, asumido esto, ahora al PNV le veo francamente bien en la oposición. Superado ese primer momento -que le pasaría a cualquier partido-, la actitud del PNV con su propuesta de acuerdo interinstitucional y presupuestario es algo que vemos muy bien, algo positivo. Es lo que nosotros hemos hecho durante años. El PNV es un partido con vocación de gobierno y lo que no tendría sentido es que hiciera una oposición radical. La postura de ofrecerse a pactar los presupuestos es lógica. Y como parece que las prioridades que tienen coinciden con las que tenemos marcadas desde el Ejecutivo, seguro que en octubre, cuando llevemos los presupuestos al Parlamento y comencemos a negociarlos con los grupos, podremos llegar a acuerdos.

Habla usted de «un partido que pierde el Gobierno», pero el caso es que lo hace habiendo ganado las elecciones, cuando las formaciones del anterior tripartito tienen más votos que el pacto PSE-PP y, además, está la cuestión de la ilegalización de una fuerza política. Todo eso también influye, ¿no?

Bueno, no ganaron las elecciones, fueron el partido más votado. Pero ésta es una democracia parlamentaria y lo que cuenta es la aritmética parlamentaria y lo que suma cada partido ahí. Ellos trataron de buscar alianzas y no encontraron la adecuada. Nosotros sí.

Pero las coincidencias programáticas son mucho mayores entre PSE y PNV y, sin embargo, ustedes eligieron al PP.

Ahora el PNV, con su última propuesta, sí que se muestra coincidente en algunas de las prioridades con nosotros. Pero antes de llegar a este punto el PNV tenía bastante poco que ver con nosotros en el programa.

¿Y el PP sí?

Es que precisamente lo que nosotros queríamos era un cambio de políticas en el país, de las políticas que había estado realizando el PNV. Entonces... es muy difícil que un partido haga un cambio tan brutal, que se desdiga de la noche a la mañana de lo que ha estado haciendo hasta ahora. Sin embargo, con el PP hemos podido suscribir ese acuerdo de bases, que sí habla de cambios en las políticas de este país.

Pero dice Basagoiti que ya no se fía del lehendakari.

Yo no voy a entrar a valorar las declaraciones de Antonio Basagoiti. El acuerdo con el PP es un acuerdo bueno, que da estabilidad a este Gobierno. Para nosotros, el PP es el socio preferente en el Parlamento y va a ser con ellos con los primeros con los que vamos a negociar los presupuestos. Y, además, este acuerdo va a permitir que este país y este Gobierno pueda hacer un cambio en las políticas.

Pues es el mismo PP al que en Madrid el PSOE llama de todo por cuestiones como el «caso Gürtel». ¿Son partidos distintos el PP de aquí y el general o lo que hacen mal en el ámbito del Estado lo hacen bien aquí?

En Euskadi vivimos unas circunstancias excepcionales que hacen que la política también sea, a veces, excepcional. Con el PP compartimos cuestiones básicas que han permitido que firmemos ese acuerdo. El PP, en el resto de España y en Madrid en concreto, parece que lo que está esperando es a que la crisis derribe al Gobierno del PSOE, no aportando ninguna idea, poniéndolo todo en negativo... Si se miran los países de nuestro alrededor, se ve que los partidos de la oposición en Portugal, en Francia o en Inglaterra son mucho más responsables ante la crisis, algo que no está ocurriendo en el Congreso de los Diputado. Pero, en fin, son estrategias que tiene el PP y ellos sabrán.

¿Han superado ya el susto del Euskobarómetro?

Yo no me llevé ningún susto, sinceramente. Porque se hizo muy temprano. Yo llegué aquí, a Lakua, el 9 de mayo y ese Euskobarómetro está hecho entre el 18 y el 20 de mayo, por lo que todavía la gente apenas había percibido el cambio. Estoy convencida de que la ciudadanía está satisfecha con el Gobierno y contenta con el cambio. Lo palpo en la calle. Incluso votantes nacionalistas dicen que igual está bien cambiar.

Ese Euskobarómetro reflejaba que a la mayoría no le gusta el pacto PSE-PP y eso no depende tanto de las fechas...

En este país lo que gustó mucho a la gente fue la etapa de los gobiernos de coalición. En la etapa de Ibarretxe, cuando se preguntaba a la ciudadanía también abogaba por un acuerdo entre PNV y PSE. Hay un fondo en la sociedad que añora aquella época porque fue de estabilidad, de desarrollo para el país... La gente todavía recuerda eso y lo manifiesta en las encuestas. Pero estoy convencida de que si se hace la encuesta dentro de dos meses la percepción va a ser diferente.

Y el Euskobarómetro también reflejaba que a la mayoría no le gusta que ilegalicen partidos.

Con la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo se abre una nueva etapa. En este país, desde que se aprobó la Ley de Partidos, mucha gente ha estado diciendo que España era una democracia de baja calidad, que se ilegalizaban ideas... Y lo que deja claro esta sentencia es que España no es una democracia de baja calidad, que la Ley de Partidos cabe perfectamente en el marco legal de la Unión Europea, que no se ilegalizan ideas. Lo que queda claro es que si quieres participar en la democracia como un partido democrático, no vale utilizar el terrorismo, te tendrás que alejar del uso de la violencia.

Pero, a pesar de todo, hay cien mil personas que en aquellas elecciones votaron una opción que sabían iba a ser anulada. Eso no se resuelve con una sentencia. ¿Qué se puede hacer?

Quien esta ilegalizando a esas cien mil personas es la banda terrorista ETA. Creo que ETA es quien ilegaliza a la izquierda abertzale que sigue votando listas que permanentemente son ilegalizadas. Porque cada vez que desde la izquierda abertzale surge alguna voz intentando hacer política, viene la banda y pone un muerto encima de la mesa. Es harto significativo. Sé que existe una reflexión en la izquierda abertzale y creo que esa reflexión debería dar sus frutos. Y la banda, dejar las armas.

También se podría decir que cada vez que surge en la izquierda abertzale una voz que apuesta por hacer política, viene la policía, le detiene y le mete en la cárcel. Ahí está toda la Mesa Nacional encarcelada.

Claro, pero está encarcelada en cumplimiento de unas sentencias puestas por los tribunales.

No. Son presos preventivos.

Bueno, porque existirá riesgo de fuga. No me voy a poner a valorar lo de los tribunales, cada juez toma las medidas preventivas que considera oportunas.

¿Qué soporte legal tiene la persecución y retirada de fotografías de presos?

Lo que este Gobierno se propone es luchar contra el terrorismo desde la unidad democrática de los partidos vascos. Por una parte, como siempre se ha hecho, con los instrumentos que el Estado de Derecho pone en nuestras manos, con las FSE y la Ertzaintza, deteniendo a los terroristas y poniéndoles a disposición de los jueces. Pero, por otro lado, hay un amplio ámbito de impunidad en Euskadi, como ha puesto de manifiesto el Ararteko. Ante esto, hay que actuar. Y está también la Ley de Víctimas, que establece claramente que todo aquello que resulte ofensivo para las víctimas del terrorismo debe ser retirado. El Gobierno lo que está tratando de hacer es proceder a la retirada de todos aquellos carteles y pintadas que resulten ofensivos para las víctimas.

¿Qué base legal sustenta que la foto de un preso sea ofensiva? Hay autos de la Audiencia Nacional que dicen que no es delito de enaltecimiento.

Cuando estos asuntos terminen en vía judicial se podrá dilucidar, porque son los tribunales los que interpretan las leyes.

¿Detener personas por llevar pegatinas de presos no nos retrotrae a épocas anteriores?

No conozco los detalles exactos. Por lo que he leído, llevaban pegatinas pero se negaron a ser identificadas. Se les detuvo por desobediencia a la autoridad y entiendo que es porque se negaron a identificarse.

La versión de las detenidas es que ya les habían acusado de enaltecimiento del terrorismo, les pidieron la identificación y no la tenían encima en ese momento. Es decir, hay una acusación de enaltecimiento del terrorismo por llevar una pegatina.

Depende de lo que diga la pegatina. Tampoco quiero arriesgarme a hacer una valoración sobre un hecho concreto cuando desconozco los detalles.

En legislaturas anteriores se aprobó un nuevo estatuto y se redactó una Ley de Consulta. En definitiva, hubo intentos de reformar el Estatuto. ¿En esta legislatura se proponen hacer algo en este sentido?

El primer objetivo que tenemos en esta legislatura es cumplir con el Estatuto de Gernika, poner en valor las instituciones que tenemos en Euskadi, el autogobierno, y negociar con el Gobierno de España la transferencia de las competencias pendientes. En eso estamos trabajando. Es verdad que si hubiese un consenso amplio, como el que tuvo el Estatuto de Gernika en el año 79, se podría estudiar la posibilidad de profundizar en el autogobierno, pero siempre que exista ese consenso amplio entre todas las fuerzas políticas.

Si no se pone en marcha un instrumento para la reforma nunca se sabrá si hay consenso...

Estamos al inicio de la legislatura y de las conversaciones y rondas del lehendakari. Su prioridad fue la mesa de diálogo social, y por eso hizo una ronda con empresarios, sindicatos y todos los agentes económicos del país. Y también está la ronda con los agentes políticos, que seguirá adelante; cuando termine con todos, llegará el momento de las conclusiones.

«Elijo a quien creo que lo hará mejor, sea hombre o mujer»

Patxi López se comprometió en su discurso de investidura con acabar con los espacios de desigualdad de las mujeres en todos los ámbitos. Después formó un Gobierno con igual número de consejeras que de consejeros, pero...

Si no me equivoco, de 30 viceconsejerías 22 están ocupadas por hombres y 8 por mujeres. Eso no cumple con la Ley de Igualdad.

Bueno, pero en el nivel de directores creo que estamos empatados hombres y mujeres...

Hay mas hombres que mujeres...

Pero 52 a 49 o una cosa así. Yo puedo decir que en mi Consejería somos mayoría las mujeres, por si sirve de ejemplo. Tengo dos viceconsejeros, una viceconsejera y una Viceconsejería vacante, y en Justicia todas las directoras son mujeres...

¿Es que las mujeres sirven para directoras pero no para viceconsejeras?

No, no. Servimos para todo. Yo confío mucho en mis colaboradoras más estrechas y son todas mujeres. Pero no tengo problema tampoco para relacionarme con los hombres. Yo elijo al que creo que lo va a hacer mejor; si me cuadra un hombre, un hombre, y si me cuadra una mujer, una mujer. Estoy muy contenta con mi equipo y trabajan muy bien todos.

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