Raimundo Fitero

Contagios

Han emprendido una campaña de prevención de la famosa y volátil gripe A, antes conocida como porcina, con unos carteles, pegatinas y anuncios diversos en los que recomiendan: “no beses, no des la mano, di hola”. Es una campaña trampa. Muchos pensarán que en vez de vacunarse, con decir hola, ya quedan inmunizados. En Nafarroa van a abrir las escuelas el próximo curso de manera escalonada también para prevenir la misma gripe. ¿Abrirán primero los del Opus para que les llegue a ellos de manera prioritaria las vacunas y a los de la pública que les den muchos holas?
Sobre esta gripe no sabe uno si tomárselo con una distancia preventiva, diciendo con rictus cínico, hola laboratorios farmacéuticos, de vosotros es el futuro económico a costa del miedo y la salud de media humanidad, o pensar que estamos ante una maniobra de despiste a base de pocos besos y menos apretones de manos. La estadística se utiliza de manera contagiosa y cuesta entender que en algún lugar tengan muchos problemas hoy y mañana no exista ninguno, o al revés que salten a los noticiarios televisivos fallecimientos que se cubren con la manta de la gripe A.
Siempre hemos defendido el cinismo como una de las bellas opciones filosóficas que en ocasiones se afea, pero hay cuestiones contagiosas del cinismo chusco, el que se vuelve simplemente mentira contaminante y es lo que está sucediendo en estos días con las supuestas escuchas telefónicas a dirigentes del PP, la reacción de los adalides de las libertades y las respuestas del gobierno, los sindicatos policiales, las asociaciones de jueces, la tropa de escribidores al dictado, tertulianos varios y demás gente del coro.
Escucho a Cospedal y le doy la razón: «vivimos en un Estado policial como en tiempos de Franco». Es así, no cabe duda. La diferencia entre ambos es que a ella le parece que lo que se hace en Euskal Herria con algunos vascos es defender la democracia, pero haciendo, exactamente, lo que ella denuncia, recortando por la cara libertades cívicas y políticas. Y los que están con su pose en contra de Cospedal pertenecen al mismo pensamiento predemocrático, aunque lo disfracen de constitucionalista. Esto sí que es contagioso.