AMÉRICA LATINA EN MOVIMIENTO | ldefonso Finol 2009/8/06
Sobre bases militares extranjeras
Las bases militares extranjeras en nuestro continente son una herencia colonial. Mala herencia que nos recuerda que aún no somos realmente independientes.
Descartemos de una vez la historieta de que las bases son para la lucha contra el narcotráfico (...). Washington ha gastado 6.000 millones de dólares en el Plan Colombia, pero estudios de la ONU informan que la extensión de tierra dedicada al cultivo para drogas creció 27% interanual hasta 2007. La Oficina de Cuentas del Gobierno Estadounidense señala que ese crecimiento fue del 15% y que Colombia sigue abasteciendo un 90% del lucrativo mercado gringo de la cocaína. Anotemos que 85% de esos ingresos se quedan en EEUU.
Las bases que acaban de negociar Colombia y Estados Unidos, siete según las últimas informaciones, no son contra la cocaína, son contra Venezuela.(...)
El Transnational Institute de Amsterdam estima que existen actualmente mil bases militares extranjeras de las cuales más de setecientas dan cuenta de la presencia estadounidense en 130 países (...).
La tesis imperialista del «dominio integral», con desarrollos tan sofisticados como la red de puestos de escucha Echelon o la barrera de defensa antimisiles, no descarta el desarrollo de pequeños centros operativos de avanzada, con tareas casi siempre invisibles y letales.
Las de Colombia tienen una clara definición del Departamento de Defensa: «acceso para operaciones de contingencia, logística y entrenamiento en América Central y Sur». Para el Comando Sur, las bases «no se limitan a la lucha antidrogas, deben tener alcance de movilidad aérea al continente sudamericano». Eso que el vocero de Bogotá llama «red de facilidades».
Las violaciones masivas de derechos humanos del Ejército de Colombia con los «falsos positivos», la narcoparapolítica que chispeó a todo el uribismo, los más de veinte mil asesinatos de los paramilitares amigos de Uribe, nada de eso le importa al imperialismo.
Más que el petróleo, quieren la sumisión de Venezuela. ¿Lo lograrán?