«Es como volver a empezar y hay que darle tiempo al tiempo»
TIRADORA
Fue campeona mundial en doble trap y ganó títulos europeos en foso olímpico, categoría en la que llegó a tener el récord mundial. Tras colgarse la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas'2004, la tiradora bilbaina dijo que no pensaba tirar más por la Federación Española si el presidente y el entrenador continuaban en su puesto y mantuvo su palabra. Ahora compite con República Dominicana.
Miren SÁENZ |
María Quintanal afronta en Maribor, una ciudad del noreste de Eslovenia, su primer Campeonato del Mundo de tiro con la camiseta dominicana. El certamen, inaugurado el viernes, alberga un extenso programa. La vizcaina compite en la modalidad de trap, foso olímpico. Mañana a las 9.30 tiene las eliminatorias. Si afina la puntería entre las seis mejores, se habrá metido en la final de las 18.00.
Fue campeona mundial de doble trap, una disciplina que en categoría femenina ha sido eliminada del programa. ¿Le fastidia?
Algo sí, pero no depende de nosotros. Es una decisión de la Federación Internacional porque dice que hay muchas modalidades en tiro. Creo que son 13.
Pero también se colgó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas'2004 y fue campeona de Europa en foso olímpico, modalidad a la que acude en este Mundial. ¿Aspira a medalla?
Ojalá. Se hará lo que se pueda, pero en la alta competición se nota el no haber competido. No es lo mismo tirar en tu casa, entrenando, que competir contra 45 tiradoras. Lo he notado en las pruebas de la Copa del Mundo, en donde hasta ahora no he conseguido buenos resultados. En la última, en San Marino, me quedé la decimosegunda a dos platos de entrar en la final. Mi marido fue tercero. Anda mejor que yo, lo ha cogido con ganas.
¿Qué tal le fue en los Juegos Centroamericanos?
Bien. Lo que pasó es que estábamos sólo dos chicas, una guatemalteca y yo y no hubo competición en categoría femenina. Participé en la general con los chicos y quedé sexta.
Aquella fue su primera competición internacional con la camiseta dominicana, cuatro años y medio después de renunciar a la selección española por discrepancias con el presidente y el seleccionador de la Federación Española. ¿Qué sintió?
Es como volver a empezar. Esto es como todo, hay que darle tiempo al tiempo.
Pasó del respaldo económico a renunciar a todo y se ha mantenido firme. ¿Se arrepiente?
No me arrepiento de nada. Tomé una decisión y la mantuve, como buena vasca que soy. Gracias a la República Dominicana sigo haciendo el deporte qué me gusta, aunque allí no exista el Plan ADO ni nada parecido.
¿Cómo se ve para el Mundial?
Ahí estoy. Después he participado en tres pruebas de la Copa del Mundo y hasta ahora me han faltado platillos para estar arriba. El nivel está muy alto y aunque esté preparada, psíquicamente todavía me cuesta.
¿A quién ve entre las finalistas?
Andan fuertes las italianas, las rusas, en Eslovaquia hay una chica que tira muy bien y se están metiendo los países árabes. Yo llevo cuatro años sin salir. Ves caras nuevas, sobre todo tiradores jóvenes.
¿Cómo funciona el campeonato?
Primero hay entrenamientos libres y después oficiales. En el oficial hay tres series. Metidos en la competición, las chicas la terminamos en un día porque sólamente disparamos 75 platos y las seis mejores pasan a la final. En caso de empate llegas a la muerte súbita. En la final tiras 25 platos a un tiro. Esto es nuevo. Los chicos, como tiran 125, lo hacen en dos días, el primero 75 y el segundo 50.
¿Qué tal las nuevas reglas?
Si estas compitiendo a dos tiros y en la final sólo te dejan uno es absurdo. Es como esquiar con un esquí o jugar al tenis con menos cuerdas en la raqueta. Hay gente que entra con 125 a la final y allí en vez de romper 25 platos hacen un 15. Y se trata de romper todo.
¿Se nota la crisis en su deporte?
Los cartuchos han subido los precios, entrenamos 3 ó 4 días a las semana. Tres rondas, 75 platos y muchos cartuchos. Estamos haciendo un esfuerzo muy grande y sin patrocinador.
Usted ha regresado con casi 40 años, ¿no hay edades?
Eso es lo bueno, que no hay límite de edad. En este deporte hay pocos secretos. Técnica, pulso y mantener los nervios en su sitio.
¿En qué le ha cambiado la vida?
Perdí el ritmo. De estar arriba a pasarte años sin competir se nota mucho. Pensaba que no iba a ser para tanto. Así que se trata de entrar poco a poco e ir subiendo puestos en el ranking.
Pasó del anonimato a la fama tras encaramarse al podio en los Juegos de Atenas y dijo: «La gente se olvidará pronto».
Es triste, pero es verdad. Cuatro años después de Atenas, en los Juegos de Pekín volvieron a acordarse de mí. Después, hasta que ocurrió lo de la nacionalidad. Esto no es como otros deportes que se sigue el día a día.
Casada con el canario Sergio Piñero, un referente en el Estado español en doble trap que fue olímpico en los Juegos de Sydney'2000, María Quintanal se instaló en Las Palmas tras su matrimonio. Su suegro es el actual seleccionador de la República Dominicana, cuya camiseta visten desde la primavera el grancanario y la bilbaina. Pese a sus dos escenarios costeros, a la vizcaina no le va la playa. Trabaja diariamente en la empresa familiar de material anti-incendios, entrena 3 ó 4 días a la semana y cuida de su hija.
Pepe Piñero es su entrenador y su suegro, su marido también dispara. ¿Hablan de tiro durante las comidas?
No, que va, procuramos no hablar de esto. Está prohibido.
¿Qué dice su hija Arantza de 8 años?
Está casi detrás. Está claro que le gusta, pero yo le digo: «hija dedícate al tenis o al golf que da más pasta» (risas).
¿Qué tal anda República Dominicana de medallas olímpicas?
En Pekín'2008 consiguieron oro en boxeo y plata en taekwondo. -En Atenas'2004 el atleta Félix Sánchez fue campeón en 400 metros vallas-. Allí el primer deporte es el béisbol.
¿Igual ahora les da por los cartuchos?
Es un deporte muy caro y el país tiene otras necesidades. No está muy boyante.
¿Y a usted, le ha dado por bailar merengue?
No. La verdad es que se han portado muy bien porque no es fácil acoger a deportistas de otro país. En el equipo en estos momentos somos ocho, yo soy la única mujer y hay muy buen ambiente. M. S.