Estudiosos de la energía del sol cargan pilas en una «quedada solar» en Cortes
Un horno solar para hacer bacalao al pil pil o un coche de juguete solar son dos de las cosas que este fin de semana se han visto en Cortes (Erribera). La «Quedada Solar 2009» ha congregado a casi un centenar de investigadores y aficionados a esta energía.
GARA
El sociólogo navarro Mario Gaviria, histórico militante ecologista y Premio estatal de Medio Ambiente en 2005 por su labor para la introducción de los principios ecológicos, ha pronosticado un mundo futuro eléctrico y «descarbonizado», en el que la producción de energía no se base en el carbón, el gas y el petróleo. Este experto, que ha participado durante fin de semana en la localidad navarra de Cortes en la «Quedada Solar 2009», lamenta que la crisis económica «ha pasado» pero «no ha cambiado nada», salvo que ha afectado «al diez o al quince por ciento de la gente más pobre».
Y es que este histórico ecologista confiesa que estaba «ilusionadísimo» con que la crisis produjera cambios «en profundidad» en el modelo energético y que «la gente trabajara menos, despilfarrara menos, no tuviéramos que matar iraquíes para ir en coche a comprar tabaco», pero «eso no ha sido así. Ha sido una falsa crisis, desgraciadamente».
Es una reflexión hecha en el marco de este encuentro donde la energía solar es la auténtica protagonista, en la que los inventores exponen sus aparatos domésticos, como cafeteras, cocinas o ventiladores, accionados por energías renovables como la solar, aunque en realidad «el fenómeno es profundo y va muy lejos», apunta Gaviria.
Quedada con «solardomésticos»
La localidad de Cortes ha acogido esta segunda «quedada» de ciudadanos interesados en el desarrollo de los llamados «solardomésticos», ingenios y tecnologías que aprovechan la energía solar y otras renovables para prestar servicios energéticos en los entornos domésticos y educativos.
Cocinar, deshidratar, calentar, destilar agua y, en general, ahorrar energía empleando fuentes renovables han sido los ejes principales de esta reunión, en la que también se ha pretendido fomentar valores asociados a la sostenibilidad. Un éxito, en opinión de los organizadores. Manolo Vilchez, uno de ellos, se congratula de que hasta el sol ha acompañado y posibilitado llevar a cabo todo lo previsto, «hasta hacer dos bacalos al pil pil, muy ricos». Y eso que el arroz que comieron ayer «no se ha hecho del todo», aseguraba con humor.
En total, se han dado cita estos días unos sesenta «solarquedantes», como así se denominan, desde aficionados hasta algún jefe de planta termosolar, pasando por empleados de empresas eólicas. Además, varios cientos de personas se han acercado a curiosear en este evento. «El objetivo es quedar e intercambiar, no para hablar de renovables a gran escala sino de lo que cada uno puede hacer. Aquí trabajamos con lo pequeño, la cocinita o el motor», aclara la filosofía de este encuentro que tienen visos de repetirse el año próximo en esta misma localidad.
En lugares como Nafarroa, el 70% de la energía eléctrica procede de fuentes renovables, lo que, a juicio de Mario Gaviria, demuestra que este modelo «se podría extender ya a España y a toda Europa». Eso sí, no duda en criticar al Gobierno de Iruñea por «dormirse en los laureles», ya que en el Estado español hay 25 centrales termoeléctricas, una tecnología que es «la vanguardia del mundo», pero ninguna en suelo navarro.
Gaviria subrayó la importancia de lo que él denomina «Ebrólica», que es el espacio que comprende Gasteiz, Iruñea, Tutera y Zaragoza, un área que es «la más avanzada del mundo en energías renovables por la concentración de investigadores, parques de todo tipo y fábricas».
Este espacio, afirma, en el que hay auténticos «fanáticos de la innovación» es comparable al Silicon Valley de California, pero «no lo sabemos porque somos demasiado pedestres» y no existe un reconocimiento social adecuado a ese esfuerzo investigador. Recientemente, explica, «vino un grupo de trabajo del presidente Obama y me vino a preguntar discretamente cómo habíamos logrado el éxito de las energías renovables. Resulta que Obama viene a aprender aquí, a unos pueblos aparentemente paletos de vaquillas y calderete».
Una buena experiencia gracias, como subrayaba Manolo Vilchez, a la «energía humana» aportada, al apoyo del Ayuntamiento y «hasta a la vecina que vino a comer el arroz y luego nos trajo de su casa el postre».