Antológica y emocionante. Así fue la final del Torneo de Parejas de La Blanca. Un encuentro que hizo las delicias de todos los espectadores, lleno de fantasiosos remates, exhibiciones defensivas, interminables tantos, y como colofón final, una espectacular remontada en el marcador. Un bonito regalo para despedir la festividad de la capital alavesa.

Berasaluze y Mendizabal partían como favoritos para la consecución de la txapela. Y no era para menos, escuchando los comentarios de la grada: «Es que lo de Pablito está siendo increíble. Está en un estado de forma que da miedo, y su inspiración es brutal». No eran palabras de un aficionado cualquiera, no. Provenían en un precioso euskara de la boca de un familiar directo de Xala. Un claro ejemplo de que el delantero de Lekuine, confiando siempre en sus posibilidades, veía muy complicado lograr el triunfo.

Pablo Berasaluze comenzó arrasando como un tifón. Ya en el calentamiento hizo un recital de remates y golpeos capaz de desmoralizar a cualquier rival. Y en los compases iniciales fue el auténtico artífice de todas las jugadas. Estuvo eléctrico, preciso y confiado. El 3-0 llegó en un abrir y cerrar de ojos. Xala esperaba.

Y es que vistas las estelares actuaciones que Pablo Berasaluze está dejando durante este verano, y visto que ayer también parecía estar inspirado, muchos podrían pensar que la estrategia más indicada para hacer morder el polvo al delantero de Berriz podía ser evitar su entrada en juego y cargar todo el peso del partido en su zaguero. Pero Xala no estaba dispuesto. A pesar de conocer la posibilidad de salir escaldado, decidió no dar la espalda. Agarró al toro vizcaino por los cuernos y procuró darle de su propia medicina.

El partido transcurría al compás que cualquier aficionado desea: tantos largos en los cuadros traseros y hábiles remates en los delanteros. Mendizabal y Goñi se enzarzaron en extensos peloteos, tantos de desgaste, que fácilmente alcanzaban los 35 pelotazos a buena. Guerra de trincheras, que diría alguno. El empate a 17 alegraba el rostro de los aficionados, y también el de los corredores de contracancha.

Un Xala rompedor

En ese tipo de juego duro y consistente siempre hay alguien que cede, un talón de Aquiles por el que se filtra la victoria de los rivales. Pero ayer no fue así. En vez de llegar el bajón de alguno de los contendientes, lo que vino fue el paso adelante de uno de ellos. Xala empezó a carburar y de su mano llegaron los tantos más espectaculares. Jugó de un modo descarado y logró tantos de todos los modos posibles; desde ganchos a voleas, pasando por dejadas. Pero por si la inspiración del zurdo de Lekuine fuera poco, Berasaluze también perdió algo de chispa, y sin que ni él, ni Mendizabal pudieran reaccionar, el encuentro acabó con el resultado de 17-22.

Xala apareció satisfecho ante los medios: «Todos sabemos que Pablito está muy bien y que iba a ser muy difícil ganar», decía mientras la afición le felicitaba por su gran trabajo. Tampoco se le escapó al de Lekuine que todos los pelotaris ofrecieron un gran espectáculo: «Los cuatro hemos jugado un partido muy completo, y eso inyecta un plus a la victoria», concluyó.

Ogeta-Gasteiz

Saralegi-Peñagarikano 22/ Olazabal-Laskurain 10; Berasaluze VIII-Mendizabal II.a 17/ Xala-Goñi III.a 22; Capellan-Galarza VI.a 22/ Chafee-Apraiz 17.

Bastida

Chafee 10/ Olaetxea 22; Olaizola I.a-Apraiz 22/ Leiza-Patxi Ruiz 18.

Agoitz (18.00)

Berasaluze IX.a-Urberuaga 22/ Larralde-Arruti 15; Irujo-Zubieta 21/ Gonzalez-Eulate 22.

Covaleda-Soria (22.30)

Saralegi-Apraiz / Arretxe II.a-Argote; Berasaluze VIII.a-Begino / Olaizola II.a-Patxi Ruiz.

Elexalde-Zaratamo (18.00)

Koka-IZa / Chafee-Urrizelki; Bengoetxea VI.a-Ibai Zabala / Urrutikoetxea-Mendizabal II.a.