Euskal Herria jaietan
Inusitado último paseíllo de blusas y neskas por la libertad de expresión
La política de censura del Departamento de Interior de Lakua provocó ayer, último día de fiestas, un hecho insólito en los festejos de Gasteiz: que las cuadrillas de blusas y neskas sustituyeran el alegre paseíllo a los toros por una manifestación silenciosa en defensa de la libertad de expresión. Detrás de esta denuncia estaba la sustracción por parte de la Ertzaintza, la noche anterior, de una pancarta y un coche utilizados ambos en dicho pasacalles.
Joseba VIVANCO
La cuadrilla de blusas Txirrita había organizado estos días una exposición histórica con sus distintas pancartas portadas en el paseíllo a los toros. Pero la que ya no formará parte de esa colección será la correspondiente a este 2009. La Ertzaintza la sustrajo, con nocturnidad, el sábado, y se llevó también el vehículo festivo de otra cuadrilla, Txinpartak. Un hecho sin precedentes que provocó que ayer no hubiera paseíllo al coso taurino, sino una manifestación silenciosa de blusas y neskas tras una única pancarta que rezaba «Adierazpen askatasuna. Libertad de expresión».
La actuación de la Ertzaintza durante las fiestas de La Blanca, retirando pancartas, pegatinas o montando controles permanentes cerca del recinto de txosnas, llegó a su punto culminante en la noche del sábado. Tras la vuelta de los blusas y neskas de la plaza de toros, las pancartas y vehículos utilizados se depositan en un colegio cercano al propio coso taurino. Pero allí aguardaban varias dotaciones de la Policía autonómica, que inspeccionaron las pancartas y requisaron la de la cuadrilla Txirrita, además de llevarse el coche de los blusas de Txinpartak.
Horas después, en la comisaría de la Ertzaintza en la calle Olagibel se personaron representantes de estas cuadrillas y, en particular, a los de Txirrita se les explicó que «habían estado estudiando» las pancartas y que la suya podría «atentar contra la dignidad de las personas».
En concreto, su pancarta refleja los rostros, con corbatas rojigualdas, de «Pachigoiti» y «Rudolf Ares», ambos con el brazo en alto, ideando cómo recortar libertades, y debajo dibujos de agentes de la Ertzaintza retirando pancartas y carteles.
Respecto al vehículo del que se incautó la Ertzaintza, el departamento de Rodolfo Ares aseguró por la tarde a la agencia Efe que estaba «pintado en su totalidad con referencias a la banda terrorista ETA y con dibujos `insultantes' contra la Ertzaintza, la Guardia Civil y la bandera de España». El Departamento de Interior precisaba que «había una serpiente con un hacha y otras referencias a la banda terrorista». Y se argumenta además que «el coche no tenía placas de matrícula, ni focos de luces, y carecía de documentación», pese a tratarse de un vehículo festivo que sale desde hace muchos años en los paseíllos de La Blanca.
La comisión de blusas se reúne
La comisión de blusas, de la que forman parte 23 cuadrillas, se reunió por la mañana -se llegó a hablar teléfonicamente con el alcalde, Patxi Lazcoz, para exigirle, sin resultados, la devolución de lo sustraído-. Y acordó manifestar su protesta en el último paseíllo a los toros de las fiestas. Así lo hicieron, sin música y en silencio. A la hora prevista, sólo la banda municipal hizo sonar sus intrumentos. Minutos después se desplegó una pancarta al inicio de la calle Dato, con el lema «Adierazpen askatasuna», también en castellano, saludada con aplausos.
Poco después arrancó el inusual paseíllo, ante las caras de sorpresa de la gente que se arremolinaba en las orillas para ver el último itinerario de las cuadrillas hasta los toros. Al final del mismo, los representantes de las cuadrillas acordaron que el regreso se hiciera de la misma forma y que aquellas cuadrillas que quisieran celebrar el paseíllo de vuelta lo hicieran, algo que llevaron a cabo varias.
Lo ocurrido ayer fue un hecho insólito en este tradicional acto de las fiestas que se repite cada día, aunque también resultó insólito que después de décadas de pancartas por primera vez la policía confiscara una de ellas.
Quizá el mejor resumen de lo sucedido este fin de semana lo refleje la pancarta de una de las cuadrillas afectadas, Txinpartak: un fondo negro en el que se podía leer la leyenda «Censurada, como en la dictadura».
Sólo miembros de tres cuadrillas -Zintzarri, Martinikos y Biznietos de Celedón-, de 23, no secundaron el acuerdo tomado en el seno de la comisión y decidieron hacer el paseíllo a los toros, minutos después de la marcha silenciosa de la mayoría de blusas y neskas. La tensión llegó cuando éstos impidieron a quienes venían en pasacalles llegar hasta la plaza. Recibidos con gritos de «adierazpen askatasuna» y de «faxistak», escucharon repetidamente la tonadilla «que se vayan, se vayan...». Los enfrentamientos verbales entre ambas partes -muy minoritaria en el caso de la del paseíllo- acabaron con media docena de blusas cruzando en actitud provocativa por un estrecho pasillo. J.V.