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Un 82% de los trabajadores del sector agropecuario está expuesto a riesgos
Una encuesta en el sector primario, la primera que se realiza en el Estado español, determina que los trabajadores del sector tienen importantes carencias en cuanto a la seguridad y la salud en el trabajo. Una gran mayoría reconoce estar expuesto a riesgos para su salud, aunque es peor entre los autónomos y entre quienes trabajan en los invernaderos.
Juanjo BASTERRA
El Instituto español de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) ha presentado recientemente los datos de una encuesta que ha realizado entre los trabajadores autónomos y por cuenta ajena del sector agropecuario. Concepción Pascual, directora de ese organismo, afirma que los trabajadores del sector agrario y ganadero presentan «una gran singularidad respecto a la exposición a los riesgos laborales». Confirma que en lo que se refiere a los accidentes de trabajo registrados «sus índices muestran un nivel de daño inferior al de otros sectores, tales como la Industria y la Construcción», pero «la evolución de estos indicadores en los últimos años confirman que el sector se resiste a una bajada de la siniestralidad equiparable a la de otras actividades».
La encuesta confirma que es un sector predominantemente masculino, en el que el 52% de los trabajadores está ocupado en la producción agrícola, el 31% en la producción ganadera y el 17% en la producción combinada, tanto ganadera como agrícola». En referencia a la actividad de los autónomos, la encuesta asegura que además de trabajar en una explotación agropecuaria, un 7% de los trabajadores realiza otro trabajo remunerado.
Mala salud
Entre los resultados, destaca que un 82% de los encuestados señala que es consciente de la existencia en su trabajo habitual de riesgos que pueden desencadenar un accidente de trabajo. Destaca en este caso que un 30% de los encuestados califica su estado de salud «regular o malo». «Este porcentaje de respuesta, ya en sí elevado, experimenta un incremento entre los trabajadores de la producción combinada (agricultura y ganadera), donde el riesgo de accidente se hace visible entre el 97% de los trabajadores». En general, los riesgos más identificado, según la encuesta del INSHT, son «los golpes y las caídas de personas al mismo nivel».
La mayoría de los trabajadores del sector trabaja al aire libre (60,7%), seguido a gran distancia del 14,8% que lo hace en invernaderos y un 11,.8% en locales semicerrados. En este caso, la valoración de la temperatura por parte de los trabajadores que no están al aire libre es «más positiva en invierno que en verano; así, mientras que el 64% de los trabajadores valora la temperatura como confortable en invierno, esta frecuencia se reduce al 34,5% en verano». Más de la mitad de los trabajadores asegura que no puede controlar las condiciones de temperatura y humedad en el interior de las instalaciones «bien porque no hay acondicionadores, según el 37,2%, o bien porque son las condiciones en las que ha de estar el local, un 25,3%».
La mitad de los trabajadores agropecuarios considera que las condiciones de humedad son adecuadas, mientras que un 39% dice que no, sobre todo los que trabajan en los invernaderos, que son los que más problemas de salud mantienen. Un 14,3% , por otro lado, afirma que el nivel de ruido es «molesto» y un 2,2% manifiesta en la encuesta que «soporta niveles elevados o muy elevados» y un 10,2% se queja de las fuertes vibraciones.
Uno de los temas más importantes en este sector es la utilización de productos químicos, ya que su uso está muy extendido. Un 68,7% de los trabajadores utilizan abonos y fertilizantes, mientras que otro 63,6% utiliza herbicidas. Según la encuesta, los trabajadores reconocen que los productos químicos manipulados llevan incorporada la información sobre su peligrosidad. Se calcula que el 53,1% de los trabajadores emplea menos de diez días en el tratamiento intensivo de esos productos; entre 11 y 30 días, el 34,7% de los ocupados y en más de 30 días, para el 10,9%.
Esfuerzo físico y mental
Otra parte del estudio se concentró en la carga física y mental y en la organización del trabajo. Entre las principales conclusiones, destaca que pese a la mecanización de la actividad agropecuaria, «buena parte del trabajo diario exige un considerable esfuerzo físico». Destacan los movimientos repetitivos de manos y brazos, a la vez de mantener una misma postura. «Uno de cada cinco trabajadores ganaderos realiza una fuerza importante e igual proporción adoptan posturas dolorosas o fatigantes, como estar agachado, en cuclillas y arrodillado, entre otras». El trabajo en invernaderos conlleva una frecuente exposición a movimientos repetitivos de manos y brazos.
Desde el punto de vista de la carga mental, la exigencia de mantener un nivel de atención alto o muy alto y un elevado ritmo de trabajo afecta en mayor medida al ganadero.