Ayer por la mañana varios policías de paisano se presentaron en los domicilios de al menos tres jóvenes de Lizarra con intención de detenerlos, según indicaront estigos a GARA. Al no encontrarlos en casa, instaron a sus padres para que los jóvenes se presenten en el cuartel de la Guardia Civil.

Según confirmaron fuentes municipales, el viernes la Guardia Civil ya trató de detener a uno de ellos cuando pasaba delante del cuartel de Lizarra acompañado por unos familiares. Además, un tío del joven que se encontraba con él en aquel momento recibió esa misma noche «amenazas desde un teléfono con número oculto».

Estos acontecimientos se derivan de lo sucedido el pasado día 4 en el marco de las fiestas de la localidad. Se celebraba una kalejira con batucada y la Guardia Civil cargó argumentando que había una pancarta en la que se podía leer «Jaiak bai, borroka ere bai. Independentzia». Los agentes trataron de detener a dos jóvenes, pero un grupo de personas que se reunió en el lugar increpó a la Guardia Civil y consiguió que no se llevaran a uno de ellos. La otra persona, un vecino de Lizarra, fue detenido y acusado de «atentado contra la autoridad», «daños» y «desórdenes públicos». Dos días después quedó en libertad.

«Gestos y provocaciones»

Tras lo ocurrido, la concejala independentista de Lizarra Emma Ruiz exigió a la alcaldesa de la localidad -Begoña Ganuza, de UPN- que «ponga el poder civil por encima de la Guardia Civil y que haga que los agentes salgan únicamente de su cuartel cuando ella lo reclame».

Además, denunció que la situación en la localidad se está tensando: «Algunos agentes están muy crecidos y provocan a la gente continuamente. Tanto agentes que van de paisano como uniformados guiñan el ojo a los jóvenes o les hacen gestos amenazando de llevarlos esposados». La concejala independentista destacó que la respuesta de los vecinos a este «acoso» ha resultado inmediato y que probablemente ese rechazo social esté frenando la intervención policial.