Ll Ministerio español de Trabajo e Inmigración ofreció ayer los datos oficiales de la siniestralidad laboral referentes al primer semestre de este año, y en su estadística no aparecen, al menos, 20 trabajadores muertos en Hego Euskal Herria en ese periodo, que sí se tienen en cuenta en la contabilidad mensual que realiza, entre otros, el sindicato LAB. La razón técnica de este desfase apunta a que el ministerio en cuestión no incluye en su listado de fallecidos ni a los autónomos ni tampoco a los inmigrantes.

Ésa es la razón técnica. Pero no es la razón más importante. Entre enero y junio de 2009 se han producido cada día una media de 125 accidentes laborales con la consiguiente baja y una cifra similar sin ella. Cada mes, han perdido la vida ocho trabajadores y otros seis han sufrido un accidente grave. Ésas son las verdaderas razones por las que el ministerio distorsiona sus cifras. Si el volumen de siniestralidad ha descendido en un tercio con respecto al pasado año, los motivos hay que buscarlos en la caída de la actividad económica y el empleo a causa, entre otros factores, de la crisis, y nunca en la mejora de las condiciones de seguridad con la que desarrollan su labor los trabajadores vascos. Por eso maquillan las cifras y esconden los nombres de una veintena de personas que para el ministerio no cuentan, pero que, desgraciadamente, también han muerto.