Una serie de atentados volvió a ensangrentar ayer Irak al causar al menos 49 muertos y alrededor de 250 heridos en Bagdad y cerca de la ciudad de Mosul. Este rebrote de la violencia de las últimas semanas, que ha afectado fundamentalmente a los chiíes -mayoría en Irak-, hace temer el regreso de la violencia sectaria que entre 2006 y 2007 estuvo a punto de arrastrar al país a una guerra civil.

Dos camiones bomba aparcados a algunos cientos de metros uno del otro estallaron con pocos minutos de intervalo a primera hora de la mañana cerca de una mezquita chií en la pequeña aldea de Jaznah, a veinte kilómetros al este de Mosul, causando la muerte a 28 personas y heridas a 155, según un responsable del Ministerio de Salud de la provincia de Nínive.

Las explosiones destruyeron 35 viviendas y dejaron grandes cráteres en esta próspera aldea en la que viven 3.500 shabak, una secta de origen kurdo cuyos miembros son en su mayoría comerciantes y agricultores.

Esta minoría integrada por unas 30.000 personas está diseminada en 35 aldeas de Nínive. Muchos de esos pueblos piden su incorporación a la región autónoma del Kurdistán Sur. Su fe es un sincretismo entre el chiísmo y creencias locales. Sus miembros fueron perseguidos durante la era de Saddam Hussein por ser kurdos, y después de la invasión de 2003 fueron blanco de ataques de Al-Qaeda.

«Estaba durmiendo en el tejado cuando me desperté pensando que era un terremoto. Después vi una nube de humo y polvo», dijo Mohamed Kadhem, de 37 años. «Un minuto más tarde estalló otra bomba, que me tiró al suelo», agregó.

Fala Ridha, un enfermero de 23 años herido en ese ataque, afirmó que era el único superviviente de los doce miembros de su familia. «Once personas de mi familia murieron cuando la casa se derrumbó. Todos se despertaron con la primera bomba, pero la segunda estaba muy cerca de mi casa, fue como un terremoto», explicó.

Horas más tarde, hombres armados mataron a dos policías en Mosul.

En Bagdad estallaron tres bombas cuando los jornaleros se congregaban a primera hora para buscar trabajo. El primer artefacto, escondido en una bolsa de cemento, estalló en Hay al-Amel (oeste) matando a siete personas e hiriendo a 46. El segundo ataque, cometido con un coche bomba en Shurta Arbaa (norte), mató a nueve personas e hirió a otras 36. La tercera bomba, colocada en la calle, causó tres muertos 14 heridos en un mercado de Sayadiya.