Tienen la mirada sucia -y dos varas de medir-
Se suele decir que «tienen la mirada sucia» las personas que ven en cualquier elemento cotidiano referencias implícitas a lo sexual. Mucha gente tiene la misma clase de obsesión, solo que política, con lo que ocurre en Euskal Herria. Ayer a la mañana saltaba la noticia de que en Tolosa habían ardido unos contenedores de basura. La Consejería de Interior pronto informaba de que se trataba de un sabotaje y los medios de comunicación no tardaron en llevar el tema a sus páginas web. Algunos partidos incluso mandaron notas de condena. Al poco se supo que en realidad el fuego se había originado por la colilla de un cigarro mal apagado. Todo lo cual sugiere algunas preguntas, como por ejemplo, ¿cuántos contenedores se quemarán al año en el Estado español como consecuencia de despistes? ¿cuántos se destrozarán cada fin de semana en actos de vandalismo? A falta de estadísticas, se puede aventurar que de los primeros los mismos que en Euskal Herria y que de los segundos, los provocados, bastantes más que aquí. Que la quema de dos contenedores de un pueblo de 18.000 habitantes se convierta en noticia de un diario de tirada estatal muestra, en primer lugar, que están obsesionados con Euskal Herria y, en segundo lugar, que la diferencia entre unos contenedores y otros se establece por razones políticas. Como las distintas condenas por un mismo hecho.