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Análisis | Elecciones presidenciales y legislativas cruciales

Cuenta atrás en Bolivia

Si bien las presidenciales parecen encarriladas, es en las elecciones a la Asamblea Plurinacional donde se presenta la pelea, pues actualmente el opositor PODEMOS controla el Senado, restando gobernabilidad a Bolivia y bloqueando la mayor parte de los proyectos del MAS.Bolivia se la juega como laboratorio donde se están gestando actualmente los mayores avances del continente y como espejo para otros procesos y para el movimiento social en general.

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Katu ARKONADA Investigador y analista de CEADESC

Bolivia se enfrente, en apenas 100 días, a unas cruciales elecciones en las que, según destaca el analista, el MAS de Evo Morales se enfrenta al reto de deshacer el empate actual para poder avanzar en la construcción de un verdadero Estado plurinacional y del Buen Vivir.

El 6 de diciembre se celebrarán unas importantes y cruciales elecciones en Bolivia. En algunos municipios habrá hasta 4 urnas para 4 diferentes votaciones. Se elegirán a los próximos presidente y vicepresidente; se votará la composición de la Asamblea Plurinacional, la primera nacida con la nueva Constitución; en algunos municipios, habrá consultas relacionadas con la autonomía indígena (campesina originaria), y en 5 de los 9 departamentos habrá referéndums por la autonomía departamental.

Nadie duda de que el combo de Evo Morales Ayma como presidente y Álvaro García Linera como vicepresidente, que en los últimos días está siendo avalado y respaldado por numerosos movimientos sociales, vaya a ganar las próximas elecciones del 6 de diciembre. La duda estriba en si alcanzarán el 50% de la mayoría absoluta (en las primeras elecciones que ganaron en 2005 llegaron al 53,7% de los votos), pero con seguridad obtendrán un respaldo superior al 40%, mientras que no hay ningún candidato de la oposición que hoy en día aglutine más de un 10% de intención de voto.

Asamblea Plurinacional. La Asamblea Plurinacional a conformarse tras las próximas elecciones, y de acuerdo a la nueva Constitución Política del Estado aprobada el pasado enero en referéndum con más del 60% de votos favorables, estará compuesta por 166 miembros, 36 senadores (4 por cada uno de los 9 departamentos de Bolivia) sumados a 130 diputados, 7 de los cuales son de representación directa para los pueblos indígenas de Bolivia, formados por 36 nacionalidades.

Si bien las presidenciales parecen encarriladas, aquí es donde está la pelea, pues actualmente la oposición de PODEMOS controla el Senado, restando gobernabilidad a Bolivia y bloqueando la mayor parte de las leyes propuestas por el MAS, que buscan cambios y transformaciones estructurales en el país. De ahí el cambio también de tener 3 senadores por departamento a 4, cambio con el que el MAS espera tener hegemonía también en la Cámara de Senadores.

El 7 de setiembre termina el plazo para inscribir a los candidatos a diputados y senadores ante la Corte Nacional Electoral, por parte de los partidos políticos y agrupaciones ciudadanas. A su vez la Asamblea Plurinacional será la encargada de designar las nuevas autoridades del Poder Judicial, que se encuentra en una situación de indefinición y vacío después de la renuncia en los últimos años de cinco magistrados del Tribunal Supremo.

Referéndums autonómicos. Aunque la ley marco de autonomías no ha sido aprobada todavía, y está en proceso de elaboración, como experiencia piloto habrá varios municipios en Bolivia que votarán si quieren pasar a convertirse en autonomías indígenas. La lista no está cerrada, pero serán aproximadamente diez municipios los que pasaran a transformarse autono- mías.

Por otro lado, después del giro dado por el MAS en el tema de la autonomía, impulsada y aprobada en un principio en los departamentos de la Media Luna (Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando), pero que el MAS, en una maniobra que ha dejado sin argumentos a la oposición, ha asumido como bandera, habrá referéndums autonómicos en los departamentos (La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí y Chuquisaca) en los que en junio de 2006 ganó el NO (impulsado por el MAS) y en los que se espera que esta vez gane el SI impulsado por el Gobierno. Esto convertiría al Estado Plurinacional de Bolivia en un Estado integrado por 9 autonomías departamentales.

Movimiento al Socialismo (MAS). En Bolivia se da una fórmula curiosa, pues el MAS es la sigla que fue adoptada por los movimientos sociales aglutinados en el IPSP (Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos) para poder concurrir a las elecciones. Pero por encima de las estructuras políticas tradicionales, de herencia colonial, son los movimientos sociales y, concretamente, el Pacto de Unidad, quienes sustentan el Gobierno de Evo Morales.

El Pacto de Unidad está conformado por 5 organizaciones: CSUTCB (Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia), CNMCIOBBS (Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas y Originarias de Bolivia Bartolina Sisa), CSCIB (Confederación Sindical de Comunidades Interculturales de Bolivia), CONAMAQ (Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu) del altiplano y CIDOB (Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia) de las tierras bajas.

Se puede decir que han cumplido el programa electoral con el que se presentaron a las elecciones, con la nacionalización de los hidrocarburos (motivo que provocó la revuelta del 2003 y la masacre en El Alto que terminó con la huida a EEUU del entonces presidente, Sánchez de Losada) y con la emisión de bonos para repartir las regalías generadas por las riquezas naturales bolivianas al pueblo boliviano.

Entre los principales bonos cabe destacar el Juancito Pinto, por el que los escolares que completen su curso escolar (en Bolivia el índice de ausencia escolar era altísimo) y, por extensión sus familias reciben 200 bolivianos, incentivando la escolarización. El bono Juana Azurduy entrega a las madres embarazadas 200 bolivianos por las cuatro revisiones prenatales, 120 por el parto y otros 125 bolivianos por cada control médico hasta que el niño cumple los 2 años, incentivando de esta manera el cuidado de los niños desde antes de su nacimiento y garantizando una alimentación adecuada en sus primeros años de vida. También es importante el bono Renta Dignidad, para garantizar una vejez mínimamente digna a aquellas personas mayores que no disponen de recursos, aunque hayan trabajado durante toda su vida.

En los últimos tiempos ha habido algunos escándalos de corrupción que han afectado al MAS, siendo el más notorio el de Santos Ramírez, ex presidente de YPFB y hombre fuerte del MAS y de la confianza de Morales, hoy día encarcelado bajo acusaciones de estafa por varios millones de dólares. Además, el reciente traslado de colonos a tierras deshabitadas de Pando está recibiendo acusaciones de ser motivado para crear zonas de voto fiel al MAS en departamentos donde la balanza le es tradicionalmente desfavorable.

Oposición. Objetivamente se puede hablar de una oposición totalmente fragmentada y a la defensiva tras varios escándalos en el último año. Como elementos principales están la masacre ocurrida en el departamento de Pando hace un año, en setiembre del 2008, cuando fuerzas vinculadas al prefecto opositor del departamento, Leopoldo Fernández (actualmente en prisión por estos hechos), emboscaron una marcha de campesinos dejando un saldo de más de 30 muertos y decenas de heridos.

Otro hecho destacable es la desarticulación en abril de este año, por parte de la Policía Nacional, en Santa Cruz de la Sierra, el oriente boliviano y centro neurálgico de la Media Luna, de un comando formado por mercenarios forjados en la guerra de los Balcanes. Al frente estaba Eduardo Rozsa, muerto durante el tiroteo que precedió a la detención del comando. Su objetivo era atentar contra Evo Morales y diversos objetivos del Gobierno boliviano, creando así un clima de desestabilización y de guerra civil, tal y como pusieron de manifiesto los numerosos documentos y armas de guerra incautas. Se está investigando quien financió este grupo, pero las informaciones preliminares apuntan a grupos de poder radicados en Santa Cruz.

Además, ningún candidato cuenta con un respaldo que supere el 10% y parece difícil, por sus diferentes intereses y tendencias políticas, la unión en un frente común, cuyo único programa político seria sacar a Evo del Gobierno.

Entre los principales candidatos opositores están Víctor Hugo Cárdenas, vicepresidente de Sánchez de Losada por el MNR; Jorge Tuto Quiroga (ADN), ex presidente de Bolivia entre el 2001 y 2002 y representante de la derecha tradicional, así como Samuel Doria Medina (MIR), todos ellos estigmatizados por buena parte de la población por ser parte de los viejos tradicionales, anquilosados y corruptos partidos bolivianos. Otros nombres son Manfred Reyes, ex prefecto de Cochabamba destituido tras el referéndum revocatorio y con más apoyo en Santa Cruz que en su propia ciudad, o Germán Antelo, probable candidato del Comité «cívico» pro Santa Cruz.

Posibilidades. Las posibilidades que se abren después de diciembre y tras la previsible victoria de Evo Morales y el MAS son grandes. En su discurso de toma de posesión como vicepresidente y con referencias a Gramsci, García Linera acuñó el término «deshaciendo el empate catastrófico», pero realmente estos 4 últimos años las posibilidades que se abrían en Bolivia, no han servido para deshacer ese empate. Quizá por la debilidad del MAS como partido político o la inexperiencia de los movimientos sociales para gobernar un país cuyas estructuras coloniales cuentan con sólidos y poderosos anclajes, o por el control y bloqueo por parte de la oposición de PODEMOS del senado, que no han permitido avances claros, reformas estructurales mas allá de las soluciones temporales (y necesarias) como los bonos mencionados anteriormente.

Pero una victoria clara del MAS y el control de la Asamblea Plurinacional sí permitiría deshacer el empate y avanzar en la ardua tarea de la descolonización del Estado, desde la educación hasta las políticas públicas, y enfrentar cambios radicales, quizás conflictivos, pero seguramente necesarios, en la estructura del Estado. Y todo ello unido a una política de transparencia y control social, impulsada por un Ministerio de Transparencia sin precedente en el mundo.

Un reto no menos importante es el de pasar de la teoría a la práctica, y tras la introducción en la nueva Constitución Política del Estado del concepto indígena del Buen Vivir (Suma Qamaña, en su expresión aymara, o Sumak Kawsay, en la quechua, pero que también cuenta con conceptos similares como el Ñande Reko -vida armoniosa-, guaraní), implementarlo en las políticas públicas impulsadas por las instituciones, empezando por los diferentes ministerios.

Riesgos. Una posible lectura de una victoria amplia del movimiento social es el riesgo de una acomodación en el poder, si bien ya se da una cooptación de los movimientos sociales por parte del Gobierno, una segunda legislatura podría incidir en esa desmovilización y falta de crítica.

Un ejemplo claro es la política del MAS respecto al movimiento indígena, con un IIRSA, un megaplan de infraestructuras que construye carreteras que atraviesan comunidades indígenas y que en la práctica sólo va a servir para que las riquezas de la Amazonía brasileira (y boliviana) salgan hasta el Pacífico peruano y de ahí lleguen a China de forma más rápida y cómoda, pero sin dejar ningún beneficio real, ni en Bolivia, ni mucho menos para las comunidades afectadas.

Unos planes que, fomentados por Brasil y Venezuela, el Gobierno boliviano impulsa sin una política de desarrollo clara, definida, sostenible y de respeto a los pueblos indígenas. Lo mismo se puede decir de la falta de respeto al convenio 169 de la OIT y la Declaración de la ONU sobre Pueblos Indígenas en lo que respecta a someter a consulta a las comunidades los diferentes proyectos hidrocarburiferos.

Conclusión. En definitiva, y tomando prestada la comparación del querido Boaventura de Souza Santos, el movimiento en general se enfrenta a la disyuntiva Suma Qamaña vs China, y ahí Bolivia se la juega como laboratorio donde se están gestando actualmente los mayores avances del continente y como espejo para otros procesos y para el movimiento social en general.

Ojalá que las elecciones que se celebrarán en menos de 100 días sirvan para deshacer el empate catastrófico y avanzar en la construcción de un verdadero Estado Plurinacional y del Buen Vivir.

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