LA REAL SOCIEDAD CUMPLE MAÑANA CIEN AÑOS
Un siglo de fútbol con el club ciclista como origen
La Real Sociedad cumple mañana cien años. El 7 de setiembre de 1909 fue inscrita con el nombre de Sociedad de Foot-Ball para responder al problema que le había obligado a jugar como Club Ciclista la Copa ganada pocos meses antes.
Joseba ITURRIA
El fútbol había llegado a Gipuzkoa en 1902 como nuevo hobby de la élite de la sociedad y en 1903 se formó el primer equipo en Donostia con el nombre de Recreation Club de Tenis, formado por jóvenes que habían conocido este deporte mientras estudiaban en Inglaterra. Divergencias internas motivaron una escisión y el nacimiento en mayo de 1905 del San Sebastián Foot Ball Club. En un principio el equipo jugaba con los colores verde y amarillo, pero en marzo de 1908 por vez primera luce una camiseta blanca con las letras SS en azul. Desde entonces esos dos colores iban a identificar al sentimiento de los aficionados al fútbol en Gipuzkoa. Con la ayuda de jugadores ingleses aumentó su nivel progresivamente de tal manera que se animaron a participar en el campeonato de Copa de 1909. Hasta que la temporada 1928-29 se disputara la primera edición de la Liga era la máxima competición a nivel del Estado español.
Entonces se encontraron con el problema de que la sociedad no estaba inscrita en el Registro Civil, requisito obligado para participar. Por ello tuvieron que participar con el nombre del Club Ciclista. El 4 de abril de 1909 debutó en la competición que se jugó en Madrid con un triunfo ante el Athletic por 4-2, en un encuentro que pasó a la historia por una anécdota. El árbitro se equivocó en dos penaltis pitados a cada equipo porque el portero dio dos pasos con el balón en las manos. El Athletic aprovechó el suyo para marcar el 1-0 ante el abucheo de la grada y el realista Miguel Sena lanzó el suyo fuera voluntariamente ante la ovación de los aficionados. El Club Ciclista ganaba 3-2 en ese instante y el partido acabó con un 4-2.
¿Con un delantero del Athletic?
Dos días después ganaron en semifinales por 2-0 al Galicia FC de Vigo con goles de su estrella, el inglés McGuinness, antes de caer lesionado y dejar el campo, como su compañero Rodríguez. Los donostiarras pudieron ganar con nueve, pero la preocupación era el estado de su estrella para la final de dos días después. Ante la falta de sustitutos, sólo había once jugadores, en la prensa se daba por probable su baja y se apuntaba que iba a ser sustituido por... un delantero del Athletic.
Pero McGuinness se recuperó y formó parte de un once histórico formado por Bea, A. Sena, Arozena, Arrillaga, Etxeberria, Rodríguez, M. Sena, Lacort, McGuinness, Simmons y Birebén, que ganó la final al Espanyol de Madrid por 3-1, goles de McGuinness (2) y Simmons. Sus impulsores entendieron que no podían seguir como Club Ciclista y querían jugar en el campo de fútbol de Ondarreta y no en el velódromo de Atotxa, donde entonces se compaginaban los partidos de fútbol y las carreras ciclistas. Por eso el 7 de setiembre fue registrada con el nombre de Sociedad de Foot Ball, fundada por Adolfo Sáenz Alonso, su primer presidente.
El día 23 jugó su primer partido y, tras adquirir el 11 de febrero de 1910 el nombre de Real por un oficio del rey español Alfonso III, el equipo blanquiazul estrenó su nombre de Real Sociedad el 26 de marzo ante el London Nodmans inglés. Sin embargo, tuvo que volver a jugar la Copa en 1910 con un nombre prestado, el del Vasconia, porque la Real no tenía la antigüedad suficiente para inscribirse como tal. La división llevó a que hubiera dos Copas diferentes y el equipo donostiarra fue subcampeón de la «rebelde», lo mismo que en 1913, cuando perdió con el Barcelona en una final que necesitó de la disputa de tres partidos -2-1 en el tercero- tras acabar los dos primeros con empate.
Meses después se produjo un hito histórico al pasar de Ondarreta a Atotxa, inaugurado como campo de fútbol el 5 de octubre de 1913 tras la eliminación de la pista de ciclismo. Eso motivó una polémica en la que el máximo representante txirrindulari en Donostia, Juan Comet, criticó a la Real al entender que expulsarles de Atotxa era una muestra de ingratitud con el club que le había ayudado en 1909 para poder ganar su primer título: «Nunca más volverá a ser campeona la Real», lanzó Comet una maldición que no se rompió hasta 1981.
Así se cumplió en 1928, cuando la Real cayó en una final de Copa similar a la de 1913, ya que se volvió a disputar a tres partidos y contra el Barcelona, que ganó en el tercero de Santander por 3-1. La clave estuvo en los arbitrajes contrarios en los dos primeros que acabaron con empates y en que entre éstos y el tercero hubo más de un mes de distancia porque la selección española tenía que participar en los Juegos de Amsterdam. Allí jugaron ocho jugadores de la Real y ninguno del Barcelona por ser éstos profesionales y mantenerse el carácter olímpico amateur. Los blanquiazules acusaron el cansancio y perdieron por 3-1.
En Primera y el Donostia
La Real fue uno de los diez equipos elegidos para jugar en la máxima categoría en la primera temporada que arrancó en Atotxa con un empate a uno contra el Athletic el 10 de febrero de 1929 y que acabó en cuarta posición y con su delantero Paquito Bienzobas como pitxitxi, único realista en la historia en acabar como máximo goleador. En 1931 la Real estuvo con opciones de luchar por el título liguero hasta la penúltima jornada, a la que llegó empatado con Athletic y Racing, pero una derrota ante el Real Madrid (2-0) le llevó a acabar en tercera posición.
Justo nueve días después de finalizar la Liga se proclamó la II República y eso implicó que desaparecieran todos los símbolos monárquicos y la asamblea general ordinaria del club blanquiazul acordó el 27 de junio de 1931 «cambiar el nombre del Club por el de Donostia F.C., manteniendo la insignia y diseño actuales, con la única variante de la corona real que será sustituida por el escudo de San Sebastián». El Donostia aguantó en Primera hasta que sus problemas económicos le llevaron a descender a Segunda en 1935 y a Tercera en 1936, descenso éste que no se consumó porque al término de la Guerra Civil, en 1939, empezó a jugar en Segunda con el nombre de Real Sociedad. Los problemas económicos y la Guerra Civil pudieron acabar con el club. En plena batalla tres directivos convocaron un Asamblea de socios para decidir el futuro del club y sólo acudió un socio. Uno de los convocantes, Francisco Molins, asumió la presidencia e hicieron una convocatoria en la prensa para reclutar futbolistas a la que respondieron muchos jóvenes que dirigidos por los ex futbolistas Argentino Peña y Martín Marculeta mantuvieron viva la llama de la Real.
Así en 1939 volvió a competir en Segunda y en la década de los cuarenta fue el equipo ascensor, con constantes ascensos a Primera y descensos a Segunda. Sólo con la vuelta de grandes jugadores como Eizagirre, Igoa o Epi, la Real recupera una estabilidad en Primera desde 1949 hasta 1962 con un subcampeonato de Copa en 1951 -se perdió en la final por 3-0 ante el Barcelona- y con una leyenda como Benito Díaz en el banquillo.
La Real descendió por penúltima vez a Segunda en 1962 tras fracasar una política de llegada de jugadores foráneos y con unos problemas económicos que le llevaron a apostar, por economía y por filosofía, por la cantera. En 1967 se consiguió el último ascenso y, a partir de ahí, comenzó la mejor época de la Real porque desde la cantera empezaron a salir jugadores de gran nivel que llevaron al club en un principio a consolidarse en Primera y luego a vivir los mejores años de su historia. En la temporada 1973-74 la Real se clasificó por vez primera para la Copa de la UEFA, cosa que repite al año siguiente y en la temporada 78-79 con la llegada al banquillo de Alberto Ormaetxea, que termina de conformar el equipo campeón.
En la temporada 1979-80 comenzó una década inolvidable con el récord de imbatibilidad de 32 partidos -38 con los seis últimos de la temporada anterior- que se rompió cuando se acariciaba el título en la penúltima jornada en Sevilla (2-1) contra nueve jugadores hipermotivados por las primas que pagaba un Real Madrid que contó con los favores arbitrales para dejar a la Real segunda. Parecía que la historia se repetía al año siguiente en Gijón, pero en el último minuto de la última jornada llegó un gol de Zamora que hizo llorar de emoción y alegría a toda Gipuzkoa. Jugaron aquel partido inolvidable Arkonada; Zelaieta (m.79, Larrañaga), Gorriz, Kortabarria, Olaizola; Diego, Alonso, Zamora; Idigoras (m,56, Bakero), Satrustegi y López Ufarte. Kortabarria marcó de penalti el 1-0 en el minuto 7.
El 25 de abril de 1982 la Real repetía título de Liga tras ganar en la última jornada al Athletic por 2-1 tras una gran remontada y el 28 de diciembre ese año se llevaba la Supercopa ante el Madrid con un 4-0, tres goles de Uralde y uno de López Ufarte, que remontaba el 1-0 del Bernabéu. Esa temporada sólo un gol en fuera de juego del Hamburgo impidió a la Real clasificarse para la final de la Copa de Europa. Tras unos años en los que el equipo bajó el nivel, la Real remontó vuelo y ganó la Copa en 1987 en Zaragoza ante el Atlético de Madrid a los penaltis y al año siguiente fue subcampeón de Liga y Copa tras perder en la final contra el Barcelona. En la temporada 2002-03 se logró un último subcampeonato liguero, pero a partir de ahí la Real entró en una crisis que le llevó a Segunda en 2007. Joseba ITURRIA