LA JORNADA Editorial 2009/8/31
Japón: cambio o desencanto
La aplastante derrota del Partido Liberal Democrático (PLD) en las elecciones realizadas ayer en Japón y la no menos contundente victoria del Partido Demócrata de Japón (PDJ, centro izquierda) marca un punto de inflexión en la vida política de esa nación asiática, dominada durante más de medio siglo por los demócrata-liberales.
Más allá de los aires de renovación en una clase gobernante burocratizada, corrompida e insensible ante los nuevos problemas de la población e incapaz de ofrecerle respuestas convincentes ante los efectos de la crisis mundial, es claro que el triunfo del PDJ y de su dirigente, Yukio Hatoyama, inducirá cambios de rumbo en el manejo económico y social y en la política exterior de Tokio. (...)
En lo general, es claro que la principal potencia económica y tecnológica de Oriente se dirige a un cambio de ruta que habrá de traducirse, cuando menos, en una atenuación de los lineamientos neoliberales, en lo económico, y en el ensanchamiento de la soberanía nacional.
Tal perspectiva ha sido vista por analistas internacionales como una suerte de repetición del fenómeno Obama. Este paralelismo podría ser parcialmente cierto, salvo por el hecho de que las diferencias entre el PLD y el PDJ son mucho menos pronunciadas que las que distinguieron a la plataforma demócrata de la republicana (...).
Con esa consideración en mente, aunada a la indudable resistencia que las grandes corporaciones japonesas y la propia clase política de Tokio opondrán a cualquier tentativa de renovación (...), es obligado preguntar si el cambio de gobernantes en Japón podrá traducirse en un viraje real en el manejo de los asuntos públicos -el abandono definitivo del modelo neoliberal, por ejemplo- o si quedará reducido a una alternancia cosmética que, a la larga, ahondaría el desencanto con que los ciudadanos japoneses observan a sus dirigentes políticos.