REmonte Final del Casino Kursaal
Urrutia probó lo que cuesta conservar una txapela
El zaguero de Saldias terminó haciendo buenos los pronósticos y se hizo con su segundo campeonato.
URRUTIA 35
ZEBERIO II 33
Jon ORMAZABAL | GASTEIZ
A pesar de que Koteto Ezkurra hizo que pareciera fácil y que los pronósticos y las apuestas estaban tiradas a su favor -se cantaron momios de 55 euros a 100 a su favor, con el 0-0 inicial-, Miguel Mari Urrutia comprobó ayer en sus carnes lo que cuesta conservar una txapela individual en la cabeza. Tras una vibrante y disputadísima final, a sus 26 años, el zaguero de Saldias logró su segundo título consecutivo en el Campeonato Individual, y se confirma como una referencia en el panorama del remonte profesional.
En la final de ayer, el zaguero navarro volvió a realizar una exhibición de facultades físicas y recursos técnicos sobresaliente y necesaria, ya que se topó con un Zeberio II correoso y competitivo al límite, que le puso la final tremendamente cuesta arriba. El delantero de Elduain estuvo en la final impecable en el peloteo, dio una gran dirección a todos su envíos y marchó con ventajas en el marcador hasta muy avanzado el choque (27-28), pero le faltó sacar mayor partido al saque para poder recuperar la txapela.
Múltiples igualadas
Urrutia saltó a la cancha sorprendentemente nervioso: no carburaba en el peloteo, no mostraba la facilidad de otras tardes. Eso lo aprovechó un Zeberio II agazapado, que supo aprovechar los regalos del de Saldias y su propio saber estar para aguantar el chaparrón inicial -Urrutia se adelantó 4-0 y 6-2- y darle la vuelta a la situación después -7-8 y 8-10-.
De ahí hasta el final, el partido se convirtió en un tobogán de idas y venidas, siempre con Zeberio II por delante, pero con escasas rentas, ya que no consiguió poner en problemas a su rival con la jugada inicial. A trancas y barrancas, Urrutia sujetó el partido intercalando golpes de genialidad -hizo 6 tantos directos con saques de gran violencia, además de jugadas de gran precisión, con un gran botecorrido en el 28-28- y errores de bulto -cometió hasta 4 faltas de saque, un número excesivo en una cita tan importante comola de ayer en Galarreta-.
En el tramo final y con todo por decidir, el zaguero de Saldias sacó petróleo a los sabios consejos que le dio su botillero Jon Eizagirre, uno de los pocos capaz de vencer a Koteto en una final. El ex zaguero de Zarautz hizo hincapié al de Saldias en que se aprovechara de su saque y el campeón aplicó la lección para romper la dinámica de continuos empates (34-32) que se estaba dando y selló el triunfo gracias a lo mejor que hizo en todo el partido, restar los saques de su adversario (35-33).
Miguel Mari Urrutia, que dedicó su txapela a su abuelo materno recientemente fallecido, declaró que acudió muy nervioso ayer a Galarreta. La anécdota que protagonizó dio muestra de ello. Y es que, se olvidó sus pantalones de pelotari en su casa de Eratsun, y jugó hasta el tanto 10-12 con los del remontista Julen San Miguel -en ese instante entró en vestuarios y se puso los suyos, que se los llevó su primo José Luis Eskudero-.
Por si fuera poco, también se dejó olvidada la cuerda para sujetar el remonte; en este caso, se la dejó su compañero y amigo Iosu Baleztena. No obstante, por lo que se ve, jugar de prestado le dio bastante suerte.
«Ha sido una semana complicada para mí, todo mi entorno hablaba del partido y me he obsesionado con la final. He sufrido un montón para llevarme la txapela porque además Zeberio II ha hecho un gran partido. Siempre estaba bien colocado para devolver la pelota y nunca fallaba, ni siquiera de rebote. He vivido de los restos durante buena parte del partido, he ido a por todas y me ha salido bien», declaró Urrutia.
GARA
Las cuatro faltas minaron algo el poder con la jugada inicial de Urrutia, pero Zeberio estuvo mucho más flojo en este apartado -fue lo que peor hizo- y el campeón le hizo mucho daño con el resto.