Drama y polémica en el tablero afgano
La OTAN recaba críticas en Europa y rabia en Afganistán
Anuncios de investigaciones oficiales, visitas a las víctimas, discursos televisados del jefe de la ISAF y condenas de los políticos occidentales trataban ayer de «ganarse el corazón» de los afganos, otra vez sepultados bajo las bombas.
Jose Angel ORIA
La OTAN ha puesto en marcha una investigación oficial sobre el ataque aéreo que mató el pasado viernes, en la septentrional provincia afgana de Kunduz, a decenas de personas. Representantes estadounidenses y alemanes de la organización militar internacional decidieron reunirse con parientes y víctimas del bombardeo, en un intento de calmar la lógica indignación causada por el ataque, que llega justo cuando el presidente de EEUU, Barack Obama, ha de tomar una decisión en torno al informe que le ha preparado el general Stanley McChrystal.
El comandante de EEUU en Afganistán, según informaciones periodísticas, habría recomendado el aumento de las tropas en el castigado país de Asia central. Con ello McChrystal espera detener el «deterioro del esfuerzo bélico en Afganistán», que el comandante califica de «grave», pero que aún sería reversible. Dicho informe será analizado por el presidente Obama con carácter urgente la semana que hoy comienza, ya que la opinión pública de EEUU rechaza de modo creciente esta guerra iniciada hace ocho años.
El almirante estadounidense Gregory Smith encabezó la delegación de diez personas de la OTAN que ayer llegó a Kunduz vía aérea a entonar el mea culpa. Según el relato del viaje que ha hecho la cadena árabe de televisión Al-Jazeera, la llegada de Smith coincidió con las oraciones por las víctimas, que tuvieron lugar en al menos doce aldeas de Kunduz. El propio almirante tuvo ocasión de hablar con un niño y con un agricultor que resultaron heridos por las bombas de la OTAN. «Todavía no sabemos cuántos civiles se hallaban en el lugar de la explosión -indicó Smith-. Desafortunadamente, no podemos llegar a cada pueblo».
Las autoridades afganas surgidas a la sombra de la ocupación aseguran que decenas de personas murieron, muchas de ellas civiles, cuando un avión de combate estadounidense F-15 llamado por las tropas alemanas atacó dos camiones cisterna con combustible que habían sido «robados» por los talibán.
Los comandantes de la OTAN esperan ahora poder evitar -minimizar, al menos- las repercusiones negativas por el incidente, que se produjo dos meses después de que el nuevo comandante estadounidense y de la alianza, McChrystal, ordenara nuevos procedimientos para «proteger a los civiles» antes de que las tropas disparen, orden que, al parecer, aún no han entendido algunas de sus tropas. En un discurso sin precedentes transmitido por televisión, el propio McChrystal dijo ayer que el ataque fue lanzando contra lo que las tropas pensaban que era un blanco talibán. El general estadounidense prometió divulgar el resultado de la investigación oficial sobre el asalto.
«Como comandante de la Fuerza de Asistencia en Seguridad Internacional, nada es más importante que la seguridad y protección del pueblo afgano», dijo en el discurso grabado, transmitido en versiones dobladas en dos lenguas oficiales: dari y pashtun.
El trágico ataque tuvo lugar en Kunduz, provincia situada en el norte del país y relativamente tranquila desde la expulsión del régimen talibán, pero donde los rebeldes han tomado el control de áreas remotas. La zona está patrullada por un contingente alemán de 4.000 soldados, que no pueden operar en áreas de combate de otras partes del país por orden de Berlín. El Ejército alemán ha confirmado que uno de sus comandantes aprobó el ataque aéreo.
La masacre avivará el debate sobre la guerra, muy impopular en Alemania, tres semanas antes de las elecciones generales. A ello contribuirá el ataque suicida que ayer mismo sufrieron las tropas alemanas. Cinco soldados alemanes resultaron heridos en un atentado suicida al explotar un automóvil a las afueras de la ciudad de Kunduz. Un portavoz militar alemán señaló que «no hay motivo de preocupación», ya que todos ellos sufrieron lesiones leves. Añadió que también resultó herido leve un traductor afgano.
El ministro alemán de Exteriores, Frank Walter Steinmeier, dio ayer toda una lección de cómo contar las cosas en época electoral. Señaló que la misión del Ejército alemán en Afganistán es tan peligrosa como la «guerra», aunque indicó que el uso de ese término no es correcto. «La guerra siempre se produce entre estados y en Afganistán el Bundeswehr lucha contra el terrorismo», indica Steinmeier en declaraciones que publicó el rotativo «Hamburger Abendblatt». «Por eso no hablamos de guerra, sino de misión de combate», comenta el ministro. Eso sí, Steinmeier reiteró su demanda de que se elabore un plan para la retirada de las fuerzas alemanas emplazadas en Afganis- tán, porque sabe que empeñarse públicamente en seguir en el país asiático le puede restar muchos miles de votos.
Estupefacción europea
No sólo en Alemania ha escocido, y mucho, la masacre del viernes. Varios estados europeos mostraron su indignación por el bombardeo. El ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, calificó de «gran error» el ataque. Lo hizo a su llegada a una reunión con sus homólogos de la Unión Europea (UE) en Estocolmo. Kouchner defendió que la estrategia en Afganistán debe ser «principalmente trabajar con el pueblo afgano, no bombardearlo». El jefe de la diplomacia luxemburguesa, Jean Asselborn, no comprende «cómo se pueden soltar bombas tan fácil y rápidamente. En la OTAN también tiene que haber reglas en esta materia». No obstante, el titular alemán de Defensa, Franz Josef Jung, justificó el ataque: «Cuando a seis kilómetros de nosotros, los talibán se hacen con dos cisternas de gasolina, hay un gran peligro para nosotros», declaró en el sitio de internet del diario «Bild». Y cuando el miedo manda, los escrúpulos salen por la ventana, junto a los derechos humanos de los no occidentales.
La controversia sobre el ataque ensombreció el debate que los ministros europeos mantuvieron sobre la estrategia de los occidentales en Afganistán y su relación con el futuro Gobierno, mientras sigue el sospechoso recuento de los votos de las elecciones presidenciales de agosto. Concretamente, los europeos estudiaban condicionar su ayuda a que Kabul adopte una serie de compromisos con la comunidad internacional, en particular, en la lucha contra la corrupción.
Éste es el contexto en el que el presidente Barack Obama ha de analizar las propuestas del general Stanley McChrystal. Tendrá muy presente que incluso figuras de la derecha de EEUU han comenzado a manifestarse contra la guerra, como ha hecho el columnista George Will, que en el diario «The Washington Post» opinó que EEUU debe abandonar sus «esfuerzos de construcción nacional en Afganistán y comenzar a retirar sus tropas». Propone «el uso de los servicios de inteligencia, misiles crucero, ataques aéreos y pequeñas unidades de fuerzas especiales, concentradas en la frontera con Pakistán».
El presidente español, Rodríguez Zapatero, destacó la necesidad de «renovar» un plan para la salida militar de Afganistán. La UE empezará a preparar durante la Presidencia española de turno una conferencia internacional en Kabul que «marcaría una nueva estrategia de transición, tras la estrategia de reconstrucción».
Gutxienez hirurogeita bat pertsona hil ditu Pakistango Armadak Khyber eskualdean, Afganistango mugatik oso gertu, eta bertan nagusi den gerrilla islamistaren egoitza nagusia suntsitu egin du, Islamabadeko Gobernuak eskainitako bertsioaren arabera. Zibilik ez dago hildakoen artean, aipatu bertsioaren arabera.
Helikopteroak, artilleria eta paramilitarrak erabili zituen Armadak Lashkar-e-Islam (LI) mugimenduak Tirrah bailaran duen egoitzaren aurkako erasoaldian. Iturri independenteren baten bertsiorik jasotzea ezinezkoa izan zen atzo, militarrek debekatuta baitaukate bertara sartzea.
Armadak plazaratutako idatziaren arabera, atzo suntsitutako egoitza gerrillariak ezkutatzeko eta entrenatzeko erabiltzen zituen LI mugimenduak. Sei ibilgailu eta hamabost etxebizitza ere erabat txikitu zituzten. Orain sei egun abian jarritako operazioa da Khyberekoa. Armadak emandako datuen arabera, geroztik gutxienez ehun gerrillari hil dituzte bertan, eta beste hirurogeita hamar atxilotuta eraman dituzte.
LI mugimendua kontuan hartu izan du Islamabadeko Gobernuak herrialdeko ipar-mendebaldeko eskualdeetako giroa lasaitzeko ahaleginetan. Bere garaian su-etena adostera ere iritsi ziren. Mangal Bagh LIko buruak ostiralean hitz egin zuen legez kanpoko irrati batean. Orduan esan zuenez, Armadak bere erasoaldiari amaiera jartzen ez badio, bere indarrek eskualdeko ateak zabalduko dizkiete talibanei.
«The News» egunkariak jakinarazi duenez, LIk nolabaiteko Estatua antolatuta zeukan Khyberen: zergak kobratzen zituen eta bere justizia sistema propioa abian jarria zuen.
GARA