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Retazos de realidad a través de fotos ficticias, en las calles de Getxo

Las fotografías han vuelto a tomar paredes, calles, salas, plazas. Getxophoto no entiende de lugares inútiles y explota todo el potencial expositivo de los espacios urbanos. Las «Ficciones asiáticas» son el eje de la edición que se alargará hasta el 1 de octubre. Los actores orientales de hoy en día ofrecen una interesante revisión de la fotografía de sus paises con una apuesta por la puesta en escena. La recreación puede contener, según ellos, más verdad que el documento realista.

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Itziar AMESTOY |

Del «pasen y vean» al «salgan y contemplen». El Festival Internacional de Fotografía se reafirma, por tercer año, en su apuesta por la utilización de los espacios urbanos para usos culturales, explorando nuevos lugares expositivos no convencionales, sin olvidar los arraigados espacios de muestras. El resultado de esta mirada múltiple es una ciudad invadida por el trabajo de 17 prestigiosos autores.

El carácter de esta tercera edición lo vuelve a marcar el comisario Alejandro Castellote y, en esta ocasión, ha querido montar un festival con el tema de «Ficciones asiáticas» como hilo conductor. Por ello, una veintena de autores proceden de China, Japón, Corea del Sur y Taiwán. Él mismo explicó, en la visita guiada que tuvo lugar ayer, que ha escogido varios autores con la intención de acercar prestigiosos fotógrafos que han liderado las corrientes contemporáneas, junto a nombres emergentes que aúnan varias disciplinas en sus creaciones.

Antes de sumergirse por Getxo y permitir que el paseo descubra obras en los sitios menos esperados, conviene conocer la reflexión que realiza del tema «Ficciones asiáticas» el comisario. Comenta que la corta vida de la fotografía en Asia oriental tiene unos primeros exponentes muy influenciados por las apuestas documentales. Por ello, considera que para muchos autores de los países presentes en Getxophoto el «realismo documental es sinónimo de la fotografía antigua». Así, basan su concepción contemporánea en explorar el potencial de la puesta en escena y de la experimentación. En el fondo subyace la reflexión -en la que Castellote cita a Baudrillard-, de que el simulacro o la parodia no esconde la verdad, sino que es la propia verdad la que esconde «el hecho en su existencia». Como consecuencia, las exposiciones de Getxo tienen muchos escenarios teatralizados. A todos estos elementos, el comisario añade el dato de que estos fotógrafos buscan alejarse del realismo en el que ha basado sus representaciones el poder estatal de esos países.

Un paseo por 17 miradas

Sin olvidar a los vecinos de la zona, a quienes están dirigidas especialmente las actividades paralelas, lo cierto es que el festival ofrece una buena posibilidad para recorrer el municipio con descansos en los 17 puntos marcados. El folleto que el visitante puede obtener en varios de los puntos del festival incluye un plano de Getxo con todas las exposiciones señalizadas. De todas maneras, la organización explica que las instalaciones están repartidas en dos centros expositivos. El primero es el eje que va desde el Puerto Viejo hasta Arriluze recorriendo el paseo de Ereaga, al lado del mar. El otro eje, más urbanita, está en el centro de Algorta, que es donde se ubican la mayoría de las exposiciones interiores.

El director de Getxophoto, Jokin Aspuru, remarca que el evento busca abrir canales de participación popular, como son las actividades que se han concentrado este fin de semana o los talleres. En ellas se enmarca la visita que guió Castellote durante la mañana de ayer. Como punto de inicio, el comisario escogió el Aula de Cultura que, además, acoge el trabajo de Shen Chao Ling. Con un objetivo «fundamentalmente documentalista», el autor muestra la realidad del cabaret taiwanés desde la década de los 70. Son un conjunto de fotografías que muestran estos peculiares escenarios que sirven tanto para acoger actos religiosos como bodas y comuniones, como para usos más de ocio. Con una posición similar, el mosaico de escenarios muestra también unos cielos espectaculares que Chao Liang ha captado durante 30 años. Tal y como explicó él mismo ayer, el hecho de que las instantáneas estén captadas a la misma hora busca que el público centre su atención en el escenario y no en el contexto.

Un sitio que muestra bien el carácter del festival es el mercado. El trabajo de Yao Lu sorprende dentro del recinto, mientras que la obra de Cui Xiuwen se apodera de la fachada. «Nuevo paisaje» de Lu manipula completamente la realidad para denunciar la verdad más atroz. Reorganiza imágenes de basura hacinada en Beijíng, cubiertas con redes verdes, componiendo paisajes bucólicos. De hecho, en una primera impresión se ven unas montañas extrañas y es con una observación detenida cuando se descubre la verdadera naturaleza del trabajo. Todo ello en un enmarcado circular que evoca la tradición china. El comisario incidió en cómo huye de denuncias más convencionales de la destrucción de la naturaleza, para ganar eficacia con estas composiciones originales. «No afirma, sino que lanza la pregunta de cómo nos relacionamos con la naturaleza, cómo sometemos el paisaje», relató Castellote.

Víctimas

La sala Amezti acoge el impactante trabajo de Liyu + Libo. Estos autores han escenificado varios acontecimientos recogidos de la prensa en las que aparecían víctimas, en el sentido más amplio de la palabra, desde gánsters, prostitutas, asesinos, muertos y un amplio etcétera. Este trabajo tiene el espíritu claro que relata el comisario ya que, aún siendo unas fotos claramente teatralizadas, crean un gran impacto en el visitante, desde que éste es consciente de que no por ser una «puesta en escena» deja de ser realidad.

A Jiang Zhi le ha correspondido ocupar el espacio del ascensor de Ereaga. «Arcoiris» es una «especie de cuento de hadas irónico». Evoca, en cierto modo, cómo el paraiso se ha ido asociando con el exceso del emergente consumismo.

La curiosa instalación de Hu Yang, dentro de un prefabricado, guarda fotografías en su interior que sólo podrán verse mirando por uno de los minúsculos agujeros. El edicio Punta Begoña, con su espectacularidad y ubicación, acoge cuatro trabajos de Wang Qingsong, Maleonn, Sawada Tomoko y Cui Xiuwen. El comisario explicó como envían imágenes del espacio para que los autores amolden sus obras fotográficas y saquen todo el provecho al lugar.

El paseo aún guarda más sorpresas. Juan Gomez, Lee Jeong-Lok o Myong Ho Lee son algunos de los nombres. Hasta el próximo 11 de octubre, fecha en la que concluye el festival, hay tiempo de conocer Getxophoto en su plenitud.

 

Alfredo DIVASSON I Fotógrafo de 3d

Espeleólogo y fotógrafo aficionado de Eibar, Alfredo Divasson se interesó hace algunos años por la fotografía en 3D, en la que sigue experimentando. El próximo sábado, 19 de setiembre, impartirá un cursillo en Getxophoto, sobre esta modalidad fotográfica aún tan desconocida.

«Acostumbrados a ver las fotos planas, en dos dimensiones, en 3D es algo distinto y gusta»

Autodidacta, Alfredo Divasson (Eibar, 1962) experimenta con la fotografía en tres dimensiones, por lo que Getxophoto lo invitó a fotografiar de este singular modo el Getxo más clásico. El resultado estará expuesto hoy en la carpa que el festival ha situado en Areeta, y en la calle Sastistegi desde mañana hasta el 11 de octubre.

Con la fotografía en 3D, se busca «conseguir que cada ojo vea la misma imagen que vería si estuviera en el mismo lugar en que fue tomada la foto», según los apuntes de Divasson. El autor explica que, «cuando ves una foto en 3D no estás viendo solamente una foto, en realidad estas viendo dos fotos superpuestas». La visión del ser humano es en general en tres dimensiones, «por que tenemos dos ojos separados por una distancia y cada ojo ve la imagen con un ángulo distinto». En la fotografía en 3D, buscando imitar la misma situación, «se trata de sacar dos fotos con el ángulo y la separación de nuestra visión ocular y después unirlas», continúa Divasson. Sin embargo, lo más importante, según el eibartarra, «es que cada ojo vea la foto que le corresponda, que no vea la otra, para poder ver en 3 dimensiones», para lo cual es necesario disponer de las famosas gafas de 3D.

Las fotos se pueden obtener con un equipo fotográfico estándar: «primero tienes que tener un trípode y un artilugio especial para poder hacer las dos fotos. Una vez disparas la primera, «con un desplazador -que se puede comprar- se traslada la cámara a una distancia adecuada y disparas la segunda». El problema llega al superponer las fotos, pues «cada ojo ve las dos», y no cada ojo una. Para solucionar el problema, «se tiñe una foto de rojo y la otra de cian» y se superponen, ahora sí, para visualizarlas provistos de unas gafas 3D que, al tener también un visor rojo y otro cian, consiguen que cada ojo vea la foto que le corresponda y nos permite obtener el deseado efecto tridimensional.

Según Divasson, para el espectador, acostumbrado a ver las fotos planas en dos dimensiones, el 3D «es algo distinto, que no se ha hecho nunca y que gusta». La pega es que la calidad fotográfica, «no es extrema, puesto que el método de visualización, al utilizar filtros rojos y cian, pierde mucho en calidad y gama de color, luminosidad...». Además, las fotos han de tratarse, y hacerlo «con las gafas puestas».

Alfredo Divasson impartirá, el próximo sábado 19 de setiembre (de 10.00 a 14.00), un taller de fotografía en tres dimensiones en el Hotel High Tech Tamarises, invitado por Getxophoto, donde se podrá poner en práctica y conocer los conceptos básicos de la tercera dimensión, y buscarle el fondo a la fotografía plana. A. BILBAO

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