Putin se presenta como árbitro de cara a las presidenciales de 2012
GARA |
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, anunció que designará al candidato a las presidenciales de 2012 en acuerdo con el actual inquilino de la Casa Blanca, Dimitri Medvedev.
Tras negar que en las elecciones de 2008 hubiera competencia entre ambos, Putin insistió en que tampoco habrá rivalidad alguna a la hora de decidir el nombre del futuro presidente.
Tanto Putin como Medvedev se han mostrado unidos en sus comparecencias ante el grupo Valdai, formado por medio centenar de expertos europeos, estadounidenses y asiáticos en política rusa, un think tank que suele ser habitualmente consultado por los gobiernos de todo el mundo.
Pero ha sido Putin y no Medvedev quien ha avanzado que ambos decidirán de común acuerdo el futuro candidato.
Ello ha reforzado la percepción de estos expertos según la cuál no habría duda alguna de que Putin será el próximo candidato, lo que quiere decir que volverá al Kremlin.
La Constitución rusa prohíbe tres mandatos sucesivos al frente del Estado, lo que impidió a Putin presentarse en 2008.
«De la misma sangre»
«Nos ponemos de acuerdo porque somos de la misma sangre y compartimos la misma visión de las cosas», insiste Putin al defender su total sintonía con Medvedev. «No sé si somos de la misma sangre porque desconozco el grupo sanguíneo de Putin, pero lo de la misma visión de las cosas es exacto», coincide Medvedev.
El actual inquilino de la Casa Blanca ha confirmado estos días que no excluye repetir como candidato y ha mostrado su acuerdo con el modo de designación propuesto por Putin en los últimos días.
Ambos se han esforzado en desmentir la hipótesis de que Medvedev no es el verdadero líder de Rusia. «Si alguien está atontado que se levante, se tome una ducha y vea la realidad: es el presidente quien está a la cabeza de Rusia», señala Putin.
«Sostener que Rusia está dirigida por el FSB es ridículo», afirma por su parte Medvedev, quien recuerda que «yo no he trabajado nunca para el KGB, provengo del mundo de los negocios». El presidente va más allá y asegura que «no es justo ver en Putin únicamente a un ex miembro del KGB».
Putin, por su parte, relativiza las divergencias entre ambos, palpables en las recientes críticas de Medvedev al «retraso y corrupción» de Rusia y a «la insuficiencia de las medidas» de los últimos años. «Compartimos la misma visión y hablamos el mismo lenguaje. Si vemos las cosas de manera diferente en algunos puntos eso no es grave», sentencia Putin.