La Escuela de Idiomas de Gasteiz estrena dirección (¿?). Parece obvio que todo colectivo docente debería de estar regido por un equipo inteligente, competente, sensible a las necesidades del profesorado y alumnado y con empatía suficiente como para aunar voluntades en un entorno tan importante para nuestra comunidad como es el educativo. Si falla alguna de las características anteriores, tenemos un problema serio. El caso es que este nuevo equipo, lejos de tener en cuenta los derechos laborales de los profesores más antiguos, pasa por encima de ellos, no les permite hacer uso de derechos que son habituales en cualquier centro educativo como la elección de horarios y les asigna tareas que corresponden a otro tipo de colectivos laborales. ¿Por qué esa arrogancia y falta de sensibilidad con los profesores más veteranos? ¿Por qué esa cerrazón de no utilizar el diálogo y animar a presentar denuncias para solucionar los desacuerdos? ¿Es inteligente, es coherente, es justo?¿Por qué esa cultura de hacer más difícil la vida a los compañeros? La época franquista ya pasó, pero para algunos parece que la dictadura es su hábitat natural.

Todo este clima de «mal rollo» generado por el equipo directivo no ayuda en nada a la tarea profesional, en la que el profesor desmotivado y con la cabeza en otro sitio no puede dar lo mejor de sí mismo al alumnado que de esta manera se resiente y se ve perjudicado en su aprendizaje en el aula. Ya en el curso anterior hubo compañeros de baja por esta falta de sensibilidad. ¿Qué pretenden, ampliar el número de profesores descontentos y desmotivados? ¿Por qué no se les respetan sus derechos? ¿Por qué dan prioridad a otros recién llegados o con menos años en la Escuela o más afines a su colectivo en detrimento de profesores con más de 20 años de experiencia en el centro? Por qué ese acoso con agravios comparativos? Creemos que estamos en la obligación de dar a conocer a la opinión pública estos desmanes muchas veces consentidos por el Gobierno Vasco por falta de candidaturas a la dirección. Caronte aguarda.