El nuevo primer ministro japonés promete un cambio político histórico
El nuevo primer ministro japonés, Yukio Hatoyama, prometió ayer tras su investidura por el Parlamento aliviar «el dolor y la cólera» de sus conciudadanos después de haber tomado nota de las demandas del país en un momento de cambio histórico. Hatoyama asumió el cargo de liderar el nuevo Gobierno con la promesa de cambiar radicalmente la gestión del país y hacer de la demanda interna, no de las exportaciones, el motor del crecimiento.
GARA
El Parlamento de Japón invistió ayer con el cargo de primer ministro al líder de Partido Democrático de Japón (PDJ, centro izquierda), Yukio Hatoyama, cuyo objetivo es aplicar una política más social tras 55 años de Gobierno casi ininterrumpido de la derecha. Poco después anunció la composición de su Gobierno.
Sonriente, el nuevo primer ministro saludó con una inclinación a los parlamentarios en medio de una estruendosa ovación. Vencedor de las elecciones legislativas del 30 de agosto, el PDJ prometió llevar a cabo una política «en favor de la vida de la gente», redistribuyendo una parte de la riqueza nacional a las familias, desempleados y jubilados.
El nuevo Gobierno espera, así, devolver la confianza a los japoneses para que consuman más, con el fin de reactivar la economía y, al mismo tiempo, animarlos a tener hijos en un país en crisis demográfica. Con el fin de financiar su programa social, prevé reducir las costosas obras públicas y racionalizar y descentralizar la Administración.
«Inmediatamente después de ser investido como primer ministro, sentí una gran emoción ante el cambio histórico, pero también el peso de mi responsabilidad», dijo Hatoyama en su primera conferencia de prensa como jefe del Gobierno.
Pidió paciencia al pueblo japonés por la inexperiencia de su Gabinete, dijo que su prioridad es impulsar la economía y reafirmó que busca una relación «de igual a igual» con EEUU, aunque sin excluirlo de la política exterior japonesa. Hatoyama, que asistirá a la Asamblea General de la ONU, indicó que espera reunirse la semana próxima con el presidente de EEUU, Barack Obama, con quien quiere construir una relación «de confianza».
«Es la hora de hacer una política que no esté controlada por los burócratas en Japón», dijo también Hatoyama, insistiendo en otro de los mantras que mantuvo durante toda su campaña.
Con un ex sindicalista como ministro de Industria y un viejo detractor del «capitalismo desbocado» al frente de la cartera de Servicios Financieros, el nuevo equipo económico de Japón se presenta claramente escorado a la izquierda. Pero su pilar será el ministro de Finanzas, Hirohisa Fujii, de 77 años, cuya principal labor será eliminar los derroches presupuestarios y gastos «inútiles» para financiar el programa social y las promesas con las el PDJ triunfó en las elecciones.
El nombramiento más sorprendente es el de Shizuka Kamei, de 72 años, al frente de la cartera de Servicios Financieros y Postales. Ex policía «antiterrorista», Kamei es también un admirador de la Revolución cubana y un detractor del «capitalismo desbocado liderado por EEUU». Será el gran regulador de los bancos japoneses en el nuevo Gobierno y se encargará también de detener el proceso de privatización de Correos. «Haré todo lo posible por reconstruir Japón, que ha sido arruinado por los fundamentalistas del mercado», afirmó ayer.
«Su llegada al gobierno «marca el rechazo de los años Koizumi. Pero la detención de la privatización de Correos es también algo que el ala izquierdista del PDJ defiende con fervor», explica el economista Noriko Hama. GARA
Durante dos décadas, Hirohisa Fujii fue un servidor de la potente burocracia japonesa. A partir de ahora, al frente del Ministerio de Finanzas, se dedicará a reducir la influencia de sus antiguos compañeros sobre la segunda economía del planeta. Fujii, que trabajó 23 años en el Tesoro, ya fue ministro de Finanzas en los años 90, y ha sido probablemente su conocimiento de la burocracia japonesa el motivo de su elección. Su experiencia será preciosa para el PDJ, que prometió suprimir gastos inútiles y arrancar el control político de manos de los funcionarios que no han sido elegidos por los ciudadanos.
En declaraciones previas a su nombramiento, Fujii expresó su oposición a toda intervención sobre el mercado de cambios para debilitar el yen, aunque la fuerza actual de la divisa japonesa perjudica a los exportadores nipones.
«No creo que su edad sea un problema. Es alguien muy capaz. Un buen par de manos en las que dejar la economía», señala el economista Noriko Hama. «Como ex burócrata conoce todos sus secretos. Sabe cómo trabajar con la burocracia o conspirar contra ella. Nombrar a un hombre con un pasado burocrático para dominar a los funcionarios es una idea más bien creativa», juzga. GARA
