El presidente saliente, Hamid Karzai, ha obtenido la mayoría absoluta en las elecciones afganas, según los resultados preliminares difundidos ayer, pero no puede ser proclamado vencedor antes de que concluyan las investigaciones sobre un fraude masivo, que podrían forzar una segunda vuelta.

Karzai obtuvo el 54,6% de los votos, frente al 27,8% logrado por su principal rival, Abdullah Abdullah, en la totalidad de los colegios electorales, pero estos resultados no podrán ser oficialmente validados hasta dentro de dos o tres semanas, según las autoridades electorales, tras examinar cientos de miles de votos sospechosos.

El presidente de la Comisión Electoral Independiente (IEC), Daud Alí Najafi, confirmó los pronósticos de baja participación, que situó en el 38,7%, y añadió que se han dado por válidas un total de 5.662.758 papeletas.

La IEC dio a conocer los resultados preliminares un mes después de los comicios del 20 de agosto. Pero la oposición y algunos observadores internacionales acusan de parcialidad al organismo encargado del escrutinio de votos. Su presidente, ex asesor de Karzai, fue nombrado por el jefe de Estado.

Los observadores de la Unión Europea (UE) dieron ayer una rueda de prensa en la que, con un tono acusador poco habitual, estimaron que alrededor de 1,5 millones de votos eran «sospechosos», tres cuartas partes de los cuales eran favorables a Hamid Karzai.

«Nos negamos a ser cómplices de cualquier tentativa de fraude masivo», declaró Dimitra Ianu, jefe adjunto de la misión de observadores de la UE.

La estimación de la UE representa alrededor de un cuarto de las papeletas declaradas válidas.

El equipo de Karzai reaccionó violentamente, al calificar el anuncio de la UE de «parcial e irresponsable».

El asunto clave es saber si Karzai, instalado en el poder hace ocho años por la comunidad internacional, será elegido en la primera vuelta. Una segunda vuelta podría beneficiar a los talibán, que han intensificado considerablemente su insurrección en los últimos meses, pese a la presencia de más de 100.000 soldados occidentales.

Pero la comunidad internacional, que organizó y apadrinó los comicios presidenciales, parece dividida entre la necesidad de poner en marcha rápidamente un nuevo gobierno Karzai y la de asegurarle cierta legitimidad que pasaría por una segunda vuelta.