El Ministro francés de Agricultura, Bruno Le Maire, intentó ayer calmar la cólera de los productores de leche prometiéndoles el apoyo del Estado, un mensaje que fue bien acogido pero no fue suficiente para poner fin al movimiento que comenzó hace más de una semana.

Le Maire propuso acuerdos entre los productores de leche y los industriales bajo la supervisión de las autoridades públicas con el fin de garantizar una renta estable. «No les vamos a dejar solos frente a los industriales», prometió al día siguiente una jornada en la que los productores vertieron millones de litros de leche en las acciones de protestas.

El proyecto de contratos entre productores e industria que promueve el Gobierno francés preocupa a los productores porque temen que sean los industriales los que dicten todas sus condiciones, según Le Maire.

El Ejecutivo quiere fijar las formas de supervisión pública en una reunión con el sector el próximo 1 de octubre.

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Otro intento de responder a la rebelión de los productores contra la caída de precios reunirá el lunes a bancos, seguros y la mutualidad social agrícola, con la esperanza de arrancarles un gesto de solidaridad para aligerar los problemas de tesorería de los ganaderos. Mientras tanto, las acciones de protesta han continuado aunque de forma más moderada.

Unidos en la misma lucha contra la desaparición de las cuotas lecheras, productores franceses y alemanes se concentraron ayer en el puente transfronterizo de Kehl y lanzaron al Rin el contenido de dos grandes depósitos de leche.

Reclaman un precio mínimo de 350 euros a 400 euros por cada mil litros, contra los 260 a 280 euros que se pagan actualmente en el Estado francés.

Aunque la Comisión Europea propuso el jueves medidas para hacer frente a la crisis del sector, no contempla dar marcha atrás en sus planes para eliminar las cuotas en 2015.

«El ministro ha comprendido que debe encontrar una solución europea pero los productores no vamos a poner fin a este movimiento con simples declaraciones», afirmó François Lucas, presidente de la Coordinadora rural.

Por su parte, productores de leche belgas volcaron ayer unos 650.000 litros de leche en las comarcas de Nandrin y Chimay dentro de las iniciativas de la organización de productores de leche belgas Milk Producer Interest Group (MIG).

El miércoles 300 tractores convocados por esta organización vertieron tres millones de litros en un campo cerca de Ciney. Los productores belgas anunciaron además que mañana abrirán al público seis granjas lecheras en la región de Wallonie para sensibilizar a los consumidores sobre su situación y llevarán a cabo un reparto gratuito de leche.

El pasado viernes, la ministra belga de Agricultura, Sabien Laurelle, fue retenida brevemente por agricultores en Ciney, donde se encontraba para ofrecer una conferencia, y le pidieron explicaciones sobre la crisis.