Incontinencia verbal
«¡El soplón!»
Steven Soderbergh adapta una novela sobre espionaje industrial basada en hechos reales en tono de rara comedia negra, con un muy transformado y hasta grotesco Matt Damon.
Mikel INSAUSTI |
Aunque Steven Soderbergh haya roto su sociedad con George Clooney, y ya no tengan productora propia, el cineasta se mantiene con un pie dentro de Hollywood y el otro fuera. La independencia le permite hacer películas atípicas, capaces de desconcertar al espectador. «¡El soplón!» es otra pieza incalificable que, puestos a calificarla, podría pasar por una comedia negra. No es lo que se espera de un producto protagonizado por Matt Damon, quien debió engordar unos cuantos kilos y lucir un aspecto poco estelar. Tampoco la película responde a lo que cuenta su sinopsis, ya que según los hechos biográficos recreados debería haber sido una historia de espionaje industrial. Pero no, porque Soderbergh se encarga de utilizar la voz en off del protagonista para reflejar su patología sicológica. El sujeto podía haber llevado una carrera profesional bien remunerada sin complicaciones, sólo que se resiste a verse engullido por una existencia previsible. Debido a ello juega a ser un agente secreto, pese a que en realidad no es más que un chivato al servicio ocasional del FBI. Su puesto ejecutivo en una empresa multinacional del sector agrario le permite observar las irregularidades que allí se cometen. No lo hace por conciencia ciudadana.