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«Hemos superado el duelo y la rabia y ahora hay ganas de darle la vuelta»

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Andoni Ortuzar
Presidente del BBB del PNV

El PNV celebra hoy en las campas de Foronda su Alderdi Eguna de este año con el lema «Guztiok Bat». Por primera vez desde 1980, y tras la llegada de Patxi López a Ajuria Enea, no habrá un lehendakari en la tribuna de oradores. Andoni Ortuzar (Portugalete, 1962), uno de los dirigentes con mayor peso en el PNV, analiza la situación actual y apunta los retos de futuro para el partido.

Iñaki IRIONDO

«Guztiok bat» suena a lema para cuando hay división...

Pues ésta es la excepción que confirma la regla. El lema «Guztiok bat» tiene una dimensión interna, pero mucho mayor externa. En la interna, el partido está afrontando una situación nueva para nosotros, porque por primera vez en 30 años no estamos en el Gobierno Vasco y no hay un lehendakari abertzale, y eso nos exige reposicionarnos y no desfallecer ni desilusionarse ni perder las energías. Mayor es la dimensión externa, sobre qué debiéramos hacer en la política vasca contra las intenciones de PSE y PP, hoy en el Gobierno, de mutar de Euskadi a País Vasco; y contra la crisis económica, ante lo complicadas que se nos han puesto las cosas.

Por primera vez en mucho tiempo va a ser un Alderdi Eguna sin bicefalia. ¿Qué significa eso para el PNV?

Es cierto que hace muchos años que no ocurría, pero en el ADN histórico del partido la bicefalia es bastante reciente. Se instaura de manera formal con el lehendakari Agirre. Hasta entonces no existía un lehendakari ni diputados forales como ahora conocemos. El PNV ya sabe lo que es estar el partido solo ante el peligro. Se nos va a hacer extraño, pero es una de las cosas a las que nos tendremos que acostumbrar y adaptar. Había dos bloques, pero un partido.

Tener dos voces -a veces complementarias y en otras contradictorias- ayudaba a contentar a más gente...

Siempre ha habido un reparto que viene determinado por el papel que cada cual debe jugar. Uno es el mensaje del partido y otro el de la institución, y cada uno ponía el acento en función de cómo estuviera el partido o cómo estuviera la institución. Aunque también hemos tenido jaulas de grillos. Yo recuerdo aquellos Alderdi Eguna previos a la escisión, de poca coherencia. Afortunadamente, desde que se produjo la escisión hasta aquí la coherencia ha sido la nota predominante.

Con la Lehendakaritza han perdido dos cosas: el gobierno y la figura de Juan José Ibarretxe. ¿Ha sido duro?

Sí, porque la hemos perdido de manera injusta y abrupta, no deseada por nosotros, ni por el país, ni por él. Si hubiera sido una transición normal hacia otro candidato del partido, si hubiera perdido las elecciones en las urnas... No sucedió ninguna de esas dos cosas y ha sido doloroso, y se pierde un activo político importante. Pero las cosas hay que verlas con perspectiva y algún día nos daremos cuenta de que este gesto de Ibarretxe redondea y cierra su figura. Permite entender a la persona que ha sido todo para este país y que, cuando ha visto que su momento ha pasado, ha decidido apartarse y vivir haciendo la vida que a él le gustaba y que era la que iba a hacer cuando en el año 1994 Ardanza le desvió de irse a Estados Unidos para ir a Lakua.

¿Qué es lo que más rabia les da, cómo ha llegado Patxi López a Ajuria Enea o lo que hace allí?

Lo que está haciendo. Si hubiéramos perdido las elecciones o, sobre todo, si hubiera sido una alternativa que cree en este país, abertzale, hubiéramos tenido poco que objetar. Pero este señor llega mintiendo, llega de la mano del PP, y mediatizado por éste o a gusto, o una mezcla de las dos cosas, quiere pasar de Euskadi a País Vasco.

¿Por qué le ofreció el PNV al PSE una coalición de gobierno a los cuatro días de las elecciones si sabía que iba a rechazarla?

Porque teníamos que hacer un ejercicio de clarificación, ante nosotros y ante los demás. Las elecciones habían dado una polarización muy importante entre dos fuerzas y veíamos que lo que venía en el ámbito económico era complicado. De la misma manera que en Alemania gobierna la CDU con los socialdemócratas, creíamos que ésa podía ser una buena solución. Y también queríamos desmitificar quién era el no-pactista, el que no quería la relación, el que decía que nos tendía la mano pero si se la tendíamos nosotros no la cogía.

La pérdida del Gobierno, ¿ha motivado a la militancia o la ha desanimado?

En nuestra militancia hay una mezcla de tres sentimientos: duelo con un poquito de rabia por la situación que se ha producido, mucha preocupación por lo que esto puede traer a la patria, y también hay ganas de darle la vuelta. Empezamos en que lo que primaba era el duelo y la rabia, seguimos preocupados, pero lo que va creciendo en la militancia es la ilusión por darle la vuelta, y esperamos que esto se vea en las campas.

Les ha gustado hacer mosaicos. Lo de la ikurriña gigante es un desafío de movilización y organizativo...

Y muy complejo, porque aunque vamos a tener gente suficiente para hacerla hay que organizarlo bien, colocar discipli- nadamente a la gente... Con esto queremos hacer un ejercicio práctico para que la militancia se sienta la protagonista este año. Es la gente de pie la que va a llevar el auténtico liderazgo. Y, además, en un momento en el que prácticamente todas las señas de identidad vasca se quieren poner en cuestión queremos decir que nosotros vamos a seguir aquí, con mucha capacidad para hacer ikurriñas gigantescas y esfuerzos inmensos a favor del autogobierno, del euskara... Que vean que tienen en frente a mucha gente, a una mayoría social que cada vez que quieran hacer un cambio les va a recordar que hay otros que no lo queremos.

¿Cuáles van a ser las consignas para la militancia, los retos para el curso político?

Por un lado, la crisis económica. En nuestros batzokis hay gente con EREs, personas que pasan a las listas de desempleo, autónomos y comerciantes que se nos acercan a contarnos sus dificultades... Hay mucha gente que lo está pasando mal y hay que intentar sacar a Euskadi de esto de la mejor manera posible, y tampoco vemos que en el Gobierno Vasco haya una idea muy clara de cómo hacerlo. Y además habrá un mensaje también de que el partido tiene que sobreponerse a esta situación. Ya hemos hecho borrón y cuenta nueva y hay que tirar para adelante.

En relación a las cuestiones económicas está ya encima la negociación presupuestaria. ¿De verdad el PNV no entrará a negociar las cuentas de Zapatero si no hay blindaje del Concierto Económico?

Eso es insalvable. Sin blindaje, ni nos sentamos a negociar.

¿Y cómo quedan las cuentas de las diputaciones? ¿Confían en la petición de López de que nadie impida la aprobación de presupuestos?

Al PSE y al PSOE les dejamos muy claro desde el inicio que nosotros diferenciábamos el ámbito vasco y el español. En el ámbito vasco creemos que las instituciones, gobierne quien gobierne, tienen que tener unos buenos presupuestos y que vayan en una misma dirección. Porque aunque hagamos las cosas bien, si cada uno tiramos por nuestra cuenta no vamos a ser eficaces. Por eso, con independencia de que el cuerpo nos pida dar leña al PSE por lo que nos han hecho y aunque tenga la mayoría asegurada con el PP, como nos duele Euskadi creemos que hay que hacer ese esfuerzo. En Madrid nos sentimos absolutamente liberados. Alguna cosa buena tenía que tener lo malo. Nosotros, hasta el momento, para traer cosas a Euskadi pagábamos un doble peaje. No nos gustaba, pero sabíamos que era la única forma de traer grandes inversiones, infraestructuras o transferencias. Ahora eso le corresponde hacerlo a Patxi López, que no sabemos si lo hará o no. Ahora estamos más libres y nos sentaremos a negociar sólo en esas condiciones, y luego habrá que ver cómo va la negociación, porque la política económica de Rodríguez Zapatero es muy errática y cada día nos sorprende con una iniciativa.

El anuncio del PSE de que en las elecciones municipales y forales pactará con el PP, ¿beneficia al PNV porque invita a la polarización?

No lo sé, pero unido al anuncio de Rubalcaba de quién va a estar y quién no en las elecciones, resulta muy preocupante, porque con la Ley D'Hont batir a la coalición PSOE-PP se convierte en una tarea compleja en muchos sitios. Lo que sí hemos saludado es la claridad del anuncio, no como en las elecciones de marzo, que se la pasaron diciendo que no iban a hacer nada con el PP y la misma noche electoral dijeron que sí. Se agradece la transparencia, aunque creo que ya se han arrepentido de ella y están introduciendo matices. Falta año y medio, pero los que creemos en una Euskadi autogobernada tendríamos que hacer alguna reflexión.

¿Cómo ve ahora EITB?

Creo que le han cargado la mochila con excesiva responsabilidad. El nuevo equipo está tratando de empastar entre ellos mismos, porque no habían trabajado juntos, y luego tienen una tarea casi imposible, que es no defraudar a quienes les han puesto, pero sin espantar ni ahuyentar a la audiencia que tienen y que saben cómo respira mayoritariamente.

ikurriña gigante

«Es un desafío muy complejo. Queremos hacer un ejercicio práctico para que la militancia se sienta protagonista este año»

autogobierno

«Con el referente del nuevo Estatuto y la Ley de Consulta tenemos que hacer un esfuerzo por plasmar cuál es la posición del PNV. En eso estamos»

presupuestos

«En Euskadi hay que lograr que todas las instituciones vayan en una misma dirección. En Madrid nos sentimos liberados»

«Hubo contactos, pero de un texto de Rubalcaba no sabemos nada»

La semana pasada Urkullu llamaba a un pacto contra la violencia de ETA entre todas las fuerzas democráticas. Esta semana Egibar decía que las estrategias de PP y PSE y las del PNV son incompatibles. ¿Puede aclararnos esta contradicción?

No hay contradicción. Venían a enfocar el tema desde dos puntos de vista diferentes, sobre todo a la vista de las cosas que están diciendo el PSE y el PP. Urkullu, dentro del decálogo que trasladó en su día a Patxi López, apostaba por sacar de la lucha partidista este asunto, y llegar entre los demócratas a un mínimo que nos permita abordar el fenómeno de la violencia desde cierta unidad, cada uno luego con sus matizaciones políticas o de partido. Cuando se hizo esa reflexión, lo que nos encontramos fue con manifestaciones de unos y de otros que lejos de huir del partidismo ahondaban en él. El PP dijo que no hay que hacer nada, que el PNV se sume al consenso de la Ley de Partidos, a la sentencia de Estrasburgo... Si ésas son las premisas, el PNV no puede estar.

¿Ha habido conversaciones entre los partidos? Se le ha presentado a usted como interlocutor del PNV...

Nosotros hemos tenido un verano muy movido en Bizkaia por la nueva política de comunicación del Departamento de Interior y por su actuación en las fiestas, que ha generado momentos de conflicto y tensión con alcaldes. Habrá sido casualidad, pero todos los conflictos se han dado en pueblos con alcalde nacionalista. Yo soy de la Margen Izquierda, paseo por sus calles y veo los carteles y allí no ha pasado nada. En esos momentos y después de los atentados de Burgos y Palma tuvimos contactos telefónicos, pero no hemos abordado el tema con profundidad. Yo creo que en aquel momento lo que al PSOE le importaba era tener una salida conjunta sin disonancia entre las fuerzas democráticas ante la eventualidad de otro gran atentado.

Se ha dicho que hay un borrador que maneja Rubalcaba...

Nosotros sí dijimos que no creíamos que fuera Euskadi, sino Madrid, el ámbito de gestión. Pero a nosotros, a nuestro grupo parlamentario, Rubalcaba todavía no nos ha llamado.

Urkullu anunció también que ya tenían un papel para poner sobre la mesa en el ámbito del autogobierno...

Nuestra primera preocupación es que no desmonten lo conseguido hasta hoy, que será mucho o poco pero nadie duda de que va en la buena dirección, con un techo competencial altísimo, aunque para los que creemos que Euskadi es una nación sea insuficiente. Y luego, como partido mayoritario en el mundo abertzale, nos toca la responsabilidad de hacer una formulación de cómo hay que plasmar hoy la superación de un Estatuto agotado por inanición, viendo la situación política local y la europea, y cómo dotar a Euskadi de un nuevo marco. Tenemos el referente del nuevo Estatuto, la Ley de Consulta, y queda el esfuerzo de plasmar cuál es la posición del PNV.

¿Y cómo lo van a hacer?

En eso estamos. Dándole vueltas.

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